Bagnaia y Martín: ¿del suelo en 2022 al podio en 2023 en la pelea por el título?

Lusail (Catar), 15 nov (EFE).- Francesco "Pecco" Bagnaia (Ducati Desmosedici GP23) y Jorge Martín (Ducati Desmosedici GP23) protagonizaron ya en su primera carrera de 2022, en Catar, un encontronazo en la lucha por el título mundial al tirar el italiano al español en la duodécima vuelta de una carrera en la que, por entonces, se peleaban por la octava posición. Ahora lo hacen por el título mundial de MotoGP de 2023.

Seguro que en la mente de ambos permanecen todavía muy frescas aquellas imágenes del circuito de Lusail en las que ambos acabaron por los suelos cuando el italiano intentó ganar la posición en una carrera que, por casualidades de la vida, ganó el compañero de "Pecco" en el equipo oficial Ducati, el también italiano Enea Bastianini, que por entonces todavía no sabía que se iba a disputar la moto oficial en 2023 con el español.

Ganó entonces Enea Bastianini su primera victoria en MotoGP y ganó él mismo el pasado fin de semana en Malasia, también en su primera victoria de la temporada y con Ducati, después de un nefasto inicio de temporada que le ha mantenido lesionado durante muchos meses.

Y, seguramente, Enea Bastianini puede jugar una baza determinante en la que ahora mismo están inmersos Bagnaia y Martín por el título mundial.

Apenas hay catorce puntos de diferencia entre el italiano y el español, que se marcharon de Malasia prácticamente igual que llegaron allí. Bueno, con un "más uno" para el italiano por ser justos.

Pero ahora se puede "meter entre ellos" el segundo piloto oficial de Ducati, Enea Bastianini, en su caso no para pelear por el título, pero sí para restar puntos al español en ese objetivo, lo que complica el "trabajo" de Martín y de su escudería Pramac Ducati, pues deberán "afinar" mucho el "tiro" para lograr un objetivo que, hasta ahora en la época de MotoGP, nunca se ha conseguido y es que un equipo satélite gane el mundial por delante de un equipo de fábrica.

No va a ser un objetivo nada fácil, a pesar de la exigua diferencia entre ambos, pero Jorge Martín lo dejó claro al término de la carrera de Malasia y es que le da lo mismo acabar segundo a ocho que a ochenta puntos, así que la declaración de guerra total y absoluta parece más que un hecho, ¿no?

Si algo demostró Bagnaia en la carrera de Sepang es que cuenta con mucha experiencia como para saber cuando es el momento de arriesgar y cuando no. Su respuesta instantánea a todos los ataques de Martín en la carrera de Malasia seguramente le hayan valido el título mundial, salvo error suyo o problemas técnicos en las dos carreras que aún restan por disputarse.

Bien es cierto que una de las máximas del deporte es que "hasta que no se acaba no hay nada decidido", por lo que el interés es máximo en la pelea que ambos contendientes, los dos con la mejor moto del campeonato en sus manos, van a afrontar tanto en Catar como una semana más tarde en la Comunidad Valenciana.

Martín ha demostrado con creces ser el piloto que tiene más velocidad del campeonato, que ahora debe aprovechar de la mejor manera posible, mientras que Bagnaia y su equipo parecen contar con una mayor experiencia el primero y mucha mejor estrategia los segundos, pues su jugada con la presión de los neumáticos, a pesar de la "advertencia" que les cayó por parte de la organización, les salió redonda, con sus dos pilotos en el podio.

El primer foco de atención, una vez más, será Bagnaia y Martín, con Bastianini como espectador de excepción y, quizás, como juez y parte de la contienda, pero en esa lucha puede haber otros actores que han demostrado su valía y crecimiento a lo largo de la temporada.

Estamos hablando, obviamente, del español Alex Márquez (Ducati Desmosedici GP22), que en Malasia hizo probablemente su mejor gran premio desde que está en la categoría de MotoGP.

El pequeño de los hermanos Márquez logró la victoria en la carrera "sprint" y una segunda posición en el gran premio, tras Bastianini, lo que le permite pensar, sin temor a equivocarse, que en Catar, un trazado muy apropiado para desplegar todo el potencial de las Ducati, puede ser otro de los grandes protagonistas, en su caso pensando en la victoria para el equipo que le contrató, la escudería Gresini, pero también para restar puntos a cualquiera de los dos contendientes.

En esa pelea y con el ánimo de acabar la temporada lo mejor posible y con el sabor más dulce en la boca, se encuentran los pilotos oficiales de KTM, el surafricano Brad Binder y el australiano Jack Miller, además de los de Aprilia, los españoles Aleix Espargaró y Maverick Viñales, que no han encontrado el nivel de forma y eficacia que se les presuponía al inicio de la temporada 2023 por uno u otro motivo.

Así que, tanto para los pilotos de KTM como de Aprilia, el objetivo es pelear por una victoria que se les ha resistido en gran medida a lo largo del año, pues Binder sólo ganó las carreras "sprint" de Termas de Río Hondo y de Jerez de la Frontera, y Aleix Espargaró venció los Grandes Premios de Gran Bretaña y Cataluña, quedando inéditos tanto Miller como Viñales.

El francés Johann Zarco, que sólo ha ganado una carrera en MotoGP y lo hizo este año en el Gran Premio de Australia, seguro que también querrá despedirse de la temporada y de la escudería Pramac con un buen resultado, al igual que los pilotos de VR46, los italianos Marco Bezzecchi y Luca Marini, quien podría confirmar en Catar su decisión de marcharse al puesto de Marc Márquez en Honda.

Una decisión muy valiente la del hermano del "campeonísimo" Valentino Rossi, pues en realidad opta por dejar la mejor moto del campeonato para irse a la peor, eso sí, en un equipo oficial.

Y hablando de la peor moto, tanto Marc Márquez como Joan Mir no parece que vayan a llegar a Catar con grandes expectativas.

Seguramente Marc Márquez esté pensando, en su fuero interno, que cuanto antes se acabe la temporada y pueda probar la Ducati con la que su hermano es capaz de hacer podios, mejor que mejor, mientras para Joan Mir será una manera de olvidar un pasado nefasto y pensar en un futuro mejor, siempre y cuando los ingenieros de Honda sean capaces de dar un paso efectivo y real hacia adelante.

Y no se pueden quedar en el tintero los pilotos oficiales de Yamaha, el francés Fabio Quartararo y el italiano Franco Morbidelli, que en este intenso final de temporada parece que "asoman la cabeza" y nada mejor, sobre todo para el primero, que continuará en Yamaha, que el trabajo de los ingenieros de Iwata se vea reflejando positivamente en pista.

Juan Antonio Lladós

(c) Agencia EFE