Avalada por la diversificación, Leylah Fernández busca hacer historia para Canadá en París 2024

Leylah Fernández celebra tras derrotar a Angelique Kerber en los octavos de final del Abierto de Estados Unidos, el domingo 5 de septiembre de 2021, en Nueva York. (AP Foto/John Minchillo)
(ASSOCIATED PRESS)

Cuando en septiembre de 2021 Leylah Fernández recién acababa de vencer a la superestrella del tenis Naomi Osaka, en la tercera ronda del torneo de Grand Slam en el Arthur Ashe Stadium de Queens, Nueva York, sus primeras declaraciones no fueron de júbilo sino de convencimiento personal.

“Sabía desde el principio que podía ganar… desde muy joven sabía que podía ganarle a cualquiera que estuviera enfrente mío”, dijo la joven de 18 años, en lo que fue vitoreado como la victoria más grande de su vida hasta ese momento.

Esa confianza, la misma que piensa usar en su segunda Olimpiada cuando compita en París 2024, se la debe a la diversificación de su origen, la que ella representa.

Jorge, su padre, es ecuatoriano, mientras que su madre Irene, es filipina-canadiense, a esto se le suma su abuelo paterno que es peruano.

“Estoy muy orgullosa de mis raíces… Es un gran honor representar mi país”, dijo Fernández en una videollamada desde Higuerón, España, en donde hizo su preparación para París. “Trato de enseñar mis valores y trato de no solamente jugar para mí, pero estoy jugando para mi país, estoy jugando para mis compañeras ahí en el banco, para mi equipo que está ahí, para mi equipo que está en la casa y mi familia, que hizo el sacrificio de emigrar hacia Canadá y para mí es como mi manera de agradecerles todo lo que hicieron, de todas las soluciones que encontraron para ayudarme a mí para estar en este momento”.

En París, ella hará equipo con Felix Auger-Aliassime y Bianca Andreescu para representar a Canadá.

Para la canadiense, ese logro ante Osaka apenas ocupa el tercer o cuarto lugar en su lista de éxitos y no lo dice con arrogancia. Derrotar a la campeona defensora del torneo tiene sus méritos, fue valioso, pero ella se ha visto en situaciones más complicadas.

Arriba en su lista está un torneo junior en Canadá, en el que las participantes tenían alrededor de 16 años, ella logró llegar a la final y ganar ese torneo con apenas 12 años de edad. Ni siquiera la victoria en el Abierto de Francia, en 2022, sobre Belinda Bencic, hace parte de su Top 5, sino la que le permitió llegar a ella tras derrotar un día antes a Jil Teichmann.

“Ese partido jugué muy mal, con muchos errores, muchos errores fáciles, errores en momentos importantes, pero pude mantener el partido ahí cerca”, recordó Fernández. “Al final del partido hablé con mi papá y me dijo que tengo que mirar ese partido, eran las 11 de la noche, mirar el partido completo y después el próximo día, hacer todo lo puesto. Sin ese partido, sin saber todos mis errores de ese partido, no creo que consigo la victoria contra Belinda”.

La lista de éxitos y victorias impresionantes seguirá creciendo para la originaria de Montreal, mientras que los reflectores nuevamente volverán a brillar sobre ella en las Olimpiadas de París, en lo que representa la segunda oportunidad de vestir los colores canadienses en las Olimpiadas y en donde buscará revancha a la participación que tuvo en Tokio 2020, que se celebraron en el verano de 2021 a raíz de la emergencia global causada por Covid-19.

En Tokio, Fernández obtuvo un impresionante triunfo sobre Dayana Yastremska, pero rápidamente sucumbió ante Barbora Krejcikova en dos sets para ser eliminada.

Fernández, quien es entrenada por su padre, prometió volver más fuerte y mejorar en las áreas débiles de su juego. Tres años después, la hora ha llegado, va a París en alza, con un buen estado físico y con todo el entusiasmo de superar lo alcanzado en Tokio, además, tendrá la difícil misión de capturar la primera medalla en la historia de Canadá en el tenis femenil.

“En las olimpiadas espero jugar muy bien y tengo la oportunidad de ganar una medalla, pero lo más importante para mí es divertirme”, señaló la tenista. “En 2020, tuve la oportunidad de representar Canadá, pero fue un año un poco raro, yo no sabía qué iba a pasar. Ahora ya sé qué esperar y ya sé qué tengo que hacer”.

En casa, Leylah habla en español con su padre y sus hermanas y con su mamá inglés.

Jorge ha tenido un gran peso sobre el desarrollo de Leylah -quien es la segunda de tres hermanas- inculcando la mentalidad aguerrida latina, usando el fútbol como uno de los instrumentos para ayudarla a convertirse quién es hoy, mientras que Irene le ha proveído las tradiciones filipinas y opciones de cocina diferentes.

“Escuchamos música latina, el reguetón… Ahí en la televisión siempre tenemos fútbol o al menos otro deporte que no sea tenis y tratamos de divertirnos”, dijo Leylah. “En casa soy un poco más latina, pero también tenemos nuestras tradiciones de Filipinas, en la que mi mamá siempre cocina algo diferente para poder para poder cambiar un poco la rutina y no olvidarnos a dónde viene su parte de la familia también. Y eso es lo que me gusta, que podemos cambiar entre una casa filipina y una casa latina”.

El poder disfrutar un ají de gallina peruano, un adobo filipino o un estofado de carne, un pollo con arroz y frijoles, la hace apreciar más aún el la diversificación en su núcleo familiar.

Su visita a Ecuador hace “dos o tres años” fue una de las experiencias más satisfactorias que ha vivido. En ese viaje, su hermana Bianca Jolie participó en un torneo en Guayaquil, para luego visitar a sus abuelos a unas 87 millas al oeste en Salinas.

“El ambiente era increíble, me encantó salir a caminar y escuchar música, escuchar los partidos de fútbol y después en la playa ver muchas familias felices, jugando, divirtiéndose… fue mi parte favorita, poder descubrir eso”, dijo Leylah, quien espera visitar de igual forma Perú y las Filipinas.

Jorge tenía poca o casi nada de experiencia en el tenis, pero aprendió los fundamentos necesarios para ser un atleta por su propia carrera como futbolista. A pesar de que ella quería ser futbolista, él le sugirió probar varios deportes para que encuentre su pasión y no elegir el fútbol solo porque él lo había hecho.

Leylah participó entonces en natación, atletismo de corta y larga distancia, hasta que un día Jorge le presentó una raqueta de tenis.

“Empecé a jugar al tenis, me enamoré de ese deporte inmediatamente y fue una sensación una relación diferente entre el tenis y el fútbol”, explicó Leylah, quien entre sus publicaciones en las redes sociales ha demostrado su capacidad para controlar el balón y hacer malabarismos.

“No sé por qué el tenis era mi deporte favorito, seguí jugando fútbol porque me gustaba jugar con mis amigas y tener esa sensación de equipo. Pero hubo un momento en el que tuve que decidir y prefería pasar más tiempo en la cancha de tenis”.

Según Leylah, su padre sacrificó su propia carrera como entrenador de fútbol para enfocarse en ayudarla a ella y su hermana a prepararse en el tenis. Las bases atléticas y fundamentos de competencia estaban ahí presentes durante la preparación, pero el fútbol no se fue del todo, por el contrario, siguió presente.

Leylah trató lo más posible de ver partidos de la Eurocopa y la Copa América que se jugaron simultáneamente, además de que constantemente se mantiene conectada e interesada por el Manchester City de la Liga Premier inglesa que dirige Josep Guardiola.

“Me gusta el Manchester City solamente por Pep Guardiola, por su filosofía y por la manera en la que entró en el equipo”, dijo Leylah. “Hizo los cambios necesarios para que su estilo de juego represente Man City y que Man City pueda ejecutarlo muy bien. Creo que cambió la filosofía de la Liga Premier, es impresionante cómo pudo entrar y dominar la liga tan rápido. Para mí, es un ejemplo muy grande y estoy segura también que es un ejemplo muy grande para mi papá también como entrenador”.

Leylah debutó profesionalmente en 2019 y rápidamente fue ascendiendo en los rankings al igual que en su calidad de juego. En 2020, jugó su primer Grand Slam en el Abierto de Australia, aunque perdió en la primera ronda, pero solo una semana después derrotó de gran manera a Bencic.

Su primer campeonato de WTA lo lograría en 2021, en el Abierto de Monterrey, ganando todos los sets y siendo la más joven del torneo con solo 18 años.

En el Abierto de Estados Unidos, se convirtió en la tercera jugadora en la era de los Abiertos en derrotar a tres de las Top 5 en el ranking.

En 2022, Monterrey nuevamente la vio ganadora cuando derrotó a Camila Osorio en tres sets.

“Tenemos que empezar desde el comienzo, que no solamente es Monterrey, sino México…”, dijo Leylah, quien también recordó su participación en Acapulco.

Previo al torneo mexicano, ella estaba esperando en su casa en la Florida, continuando su preparación en caso de recibir la noticia de si iba a recibir un ‘wild card’ para participar en Acapulco, en el WTA 250, lo que finalmente llegó y no perdió tiempo para viajar.

“Con eso empacamos las maletas y viajamos inmediatamente para jugar al día siguiente”, recordó.

Leylah tuvo una decorosa participación en ese torneo al llegar a las finales y aunque perdió en su último juego, el recuerdo de lo que vivió en tierras mexicanas la dejó marcada.

“Sentí el amor, sentí el apoyo de los mexicanos cuando jugué contra Renata [Zarazua] en las semifinales, todo el estadio estaba en contra mía, pero para el final del partido, estaban muy orgullosos y muy contentos por el juego. No me demostraron odio por ganarle a la jugadora de casa, pero me aplaudieron y me enseñaron que sí soy una buena jugadora y que merecí esa victoria”.

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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.