Atlas, el equipo que fue bicampeón y no aprovechó la gloria para cambiar su historia de verdad

Atlas celebrando su título en el Apertura 2021. (ULISES RUIZ/AFP via Getty Images)
Atlas celebrando su título en el Apertura 2021. (ULISES RUIZ/AFP via Getty Images)

Atlas tuvo en los pies de Julio Furch un milagro consumado ante León: el adiós a la sequía de 70 años sin campeonar en el futbol mexicano. Aquel diciembre de 2021 fue una alegría sin igual para el pueblo rojinegro: el fin de las burlas, de las maldiciones; de preguntarse por qué nunca podían ganar y todos los demás sí lo hacían. Las celebraciones fueron una locura. Atlas era campeón de México y no se trataba de un sueño ni de una broma. Tantas historias conmovedoras entretejidas para llegar hasta ese momento culminante.

Y no se quedaron ahí. El equipo que dirigía Diego Cocca prolongó el milagro al torneo siguiente, el Clausura 2022, cuando sus pupilos vencieron al Pachuca en la final y sellaron así el tercer bicampeonato en torneos cortos (los otros eran de Pumas en 2004 y León en 2014). Ni siquiera hubo necesidad de disputar el Campeón de Campeones: el trofeo les fue concedido en automático. Así se consolidó la imagen del capitán Aldo Rocha con todo el oro en sus manos. Fue una postal para enmarcar y que compensaba toda la historia de sufrimientos del Atlas: esta vez, el título había llegado sin necesidad de esperar.

Sin embargo, ese castillo de éxitos comenzó a resquebrajarse en los siguientes torneos. Al certamen posterior, el último de Cocca al mando, los rojinegros ya no calificaron a la Liguilla. Fue el adiós del entrenador argentino. Entonces se abrió la oportunidad para Benjamín Mora, que no pudo recuperar la inercia ganadora y, en cambio, ahondó en esa crisis que heredó de la parte final de Cocca, por más que calificó a una Liguilla. Atlas quedó eliminado de la Concacaf Champions Cup por el Philadelphia Union en los Cuartos de Final. Así acabó la opción de trascender a nivel internacional, un duro golpe tomando en cuenta que Atlas no era un representante cualquiera, sino el bicampeón de México.

Mora salió y en su lugar llegó Beñat San José —después de un interinato de Omar Flores—, que había tenido antes una experiencia infructuosa con el Mazatlán. Su campaña ha profundizado la crisis rojinegra: marchan en el lugar 16, con sólo tres partidos ganados y un total de 14 puntos. El torneo anterior acabaron penúltimos. En el Clausura 2023, con Mora, quedaron novenos y vencieron a Cruz Azul en la repesca, pero Chivas los eliminó en Cuartos de Final. En el torneo actual no tienen posibilidad alguna de entrar al Play-In.

A pesar de los resultados, el Atlas ha apostado por la continuidad del español Beñat San José. La ausencia del descenso juega a favor en casos así: no hay una presión por obtener puntos que eviten la pérdida de categoría. Actualmente, La Academia es el lugar 13 en ese registro que, como es bien sabido, no tiene utilidad en términos prácticos: a lo mucho, si llegara a caer en los últimos tres lugares, tendría que pagar una multa económica. Atlas vendió en estos años a sus mejores jugadores, como Furch y Julián Quiñones. Además de no encontrar reemplazos a la altura, los jugadores que quedan de aquel plantel no han tenido un rendimiento para nada equiparable al de esos dos torneos dorados.

Atlas cumplió una meta y de manera inolvidable. Pero existen equipos que aprovechan un hito así para romper la historia en dos y convertirse en ganadores permanentes: así lo hizo Tigres desde 2011, cuando ganó su tercera liga, mismas que hoy tiene Atlas. Pero no fue el caso con los tapatíos, que se encuentran en una zona total de confort: no compiten, pero tampoco corren riesgos gracias a la benevolencia del futbol mexicano. Es un círculo vicioso que aleja los éxitos futuros, aunque el recuerdo del bicampeonato esté tan fresco.