La aspirina puede prevenir una complicación mortal del embarazo. ¿Por qué no se informa a las mujeres?

Es habitual que la aspirina infantil se recete a quienes sobreviven a un infarto. Pero hay otro grupo vulnerable que se beneficia de las dosis bajas diarias de aspirina: las mujeres embarazadas con riesgo de desarrollar preeclampsia, una hipertensión arterial potencialmente mortal.

Es un factor que afecta a uno de cada veinte embarazos en Estados Unidos y una de las principales causas de mortalidad materna en todo el país. La preeclampsia es la principal causa de mortalidad materna entre las mujeres negras, que mueren por complicaciones relacionadas con el embarazo casi el triple que las mujeres blancas.

Pero no hay suficientes mujeres embarazadas que sepan que una dosis baja de aspirina puede ayudarlas. Ahora, varios expertos importantes esperan cambiar esta situación.

Antecedentes: la aspirina reduce las probabilidades de ciertas complicaciones.

El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos, un influyente grupo de expertos que emite directrices nacionales, lleva 10 años recomendando que las mujeres con riesgo de preeclampsia empiecen a tomar aspirina infantil cuando lleguen a las 12 semanas de embarazo.

Tanto el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos como la Sociedad de Medicina Materno-Fetal apoyan esta recomendación, afirmando que las dosis bajas de aspirina son seguras y no es probable que provoquen complicaciones. El momento óptimo para empezar es antes de las 16 semanas de embarazo, aunque puede iniciarse más tarde, aconsejan los grupos.

Entre las personas con riesgo de desarrollar preeclampsia se encuentran las que la padecieron durante un embarazo anterior, así como las embarazadas de gemelos, trillizos u otros embarazos múltiples; las que padecen enfermedades renales, autoinmunes, diabetes de tipo 1 o 2; y las que sufren hipertensión arterial crónica.

Una mujer embarazada también puede estar en riesgo si es su primer embarazo, tiene 35 años o más, un índice de masa corporal superior a 30 o antecedentes familiares de preeclampsia.

Según los estudios realizados, tomar aspirina reduce el riesgo de preeclampsia en un 15 por ciento, el de parto prematuro en un 20 por ciento y el de otra complicación, el retraso del crecimiento intrauterino, en un 18 por ciento.

El problema: las mujeres y sus médicos no se han enterado de la noticia.

A pesar de todos los datos, son muy pocas las embarazadas de riesgo que toman aspirina infantil, y muy pocos los médicos que la recomiendan. Un estudio de 2022 reveló que las mujeres negras tienen menos probabilidades de que se les recomiende tomar aspirina infantil, incluso cuando cumplen los criterios.

La propia preeclampsia dista mucho de ser un término familiar: una de cada cinco familias, y una de cada cuatro familias negras, nunca han oído hablar de ella, según una nueva encuesta realizada por Harris Poll para March of Dimes.

Además, solo una de cada cinco familias encuestadas dijo estar familiarizada con intervenciones como la aspirina infantil.

“La aspirina infantil existe desde hace tiempo, pero muchos pacientes no la conocen y muchos proveedores no están examinando a los pacientes adecuadamente”, afirmó Elizabeth Cherot, presidenta y consejera delegada de March of Dimes.

“Es una aspirina de dosis baja. Es de venta libre, está disponible y es accesible. Pero parece haber barreras que impiden que los pacientes de alto riesgo la tomen como medida preventiva”, añadió.

La solución: una campaña nacional de sensibilización.

March of Dimes, que lucha por la salud de las madres y bebés, anunció el miércoles el inicio de una campaña denominada “Dosis bajas, grandes beneficios”, para informar a los profesionales sanitarios y a las mujeres embarazadas sobre los beneficios de las dosis bajas de aspirina.

La campaña está protagonizada por la atleta olímpica estadounidense Allyson Felix, que desarrolló preeclampsia durante su primer embarazo y tuvo que someterse a una cesárea de urgencia a las 32 semanas.

Como ya la había padecido una vez, Felix sabía que podría volver a sufrirla en su segundo embarazo, por lo que decidió tomar aspirina infantil. Con su segundo hijo, que nació el 10 de abril, tuvo un embarazo normal a término.

“Este proyecto pretende difundir el mensaje entre las familias, las embarazadas y el personal sanitario. Los pacientes deberían preguntar a sus proveedores sobre las dosis bajas de aspirina” expresó Cherot.

c.2024 The New York Times Company