Alejandro Zendejas, el jugador que Chivas no aprovechó y, como venganza, les anotó un doloroso gol

Alejandro Zendejas festejando su gol contra Chivas en las Semifinales del Clausura 2023. (Refugio Ruiz/Getty Images)
Alejandro Zendejas festejando su gol contra Chivas en las Semifinales del Clausura 2023. (Refugio Ruiz/Getty Images)

Alejandro Zendejas lleva mucho tiempo siendo un nombre conocido en el futbol mexicano. La primera vez que supo de él fue en el lejano junio de 2016, cuando tenía apenas 18 años. Chivas estaba en pleno proceso de restructuración con Matías Almeyda al frente. Y en esa nueva planificación había que buscar talento mexicano. Uno de los refuerzos para el torneo Apertura fue un joven desconocido que militaba en el FC Dallas de la Major League Soccer. Afín a su costumbre de hablar más del entorno que de los tópicos futbolísticos, la opinión pública decidió examinar el origen de Zendejas y no sus cualidades futbolísticas.

Desde el primer momento se habló que Chivas estaba "rompiendo su tradición", porque el nuevo refuerzo, nacido en Chihuahua, había crecido en Texas y también se había formado ahí como futbolista. Y sobre todo porque había representado a Estados Unidos incluso en una Copa del Mundo, la sub-17 de Chile 2015 (y había compartido vestidor con un nombre hoy ilustre, como Christian Pulisic). Después de tantas conversaciones ajenas a lo que importaba, el balón, Zendejas simplemente pasó de noche por Chivas.

En su primer año como rojiblanco apenas jugó diez partidos (y únicamente dos fueron en Liga MX, los ocho restantes, en Copa MX). Entonces fue enviado a jugar a préstamo con el Zacatepec de la Liga de Ascenso. Aunque ahí jugo más (34 partidos en un año), la sensación era evidente: Zendejas daba pasos hacia atrás y Chivas no había invertido bien con él. Eso pareció confirmarse en 2018, cuando el polivalente jugador volvió al Rebaño, pero solamente para ser ignorado: diez partidos en un año, otra vez, y un solo gol. Su último torneo con los tapatíos, Apertura 2019, fue la prueba final de que no tenía cabida con ellos: dos partidos en todo el certamen.

Con 21 años, su carrera iba en picada (Ricardo Peláez, nuevo presidente de Chivas, no lo tomó en cuenta para su nuevo proyecto). Hasta que llegó el fichaje salvador: Necaxa se lo llevó y todo empezó a cambiar en su carrera. Hubo un inevitable periodo de incertidumbre, porque justo cuando empezaba a ser titular, el torneo Clausura 2020 se suspendió por la pandemia de covid-19. Pero al regreso, Alejandro Zendejas mostró su mejor versión. Por fin encontró regularidad y, además, demostró que podía rendir en diferentes posiciones: desde el ataque, como extremo, en el centro del campo y hasta como lateral con llegada.

Su repertorio técnico era llamativo: zurdo, de fácil manejo de balón, con astucia para el desborde y la asistencia. Todo complementado por un sacrificio constante, lo que le volvía la pieza ideal para cualquier equipo competitivo. Por eso el América le fichó para el Clausura 2022. Aunque su nombre no era estelar, de los llamados "fichajes bomba" que tanto añoran en Coapa, Las Águilas se hicieron de los servicios de un jugador rendidor, que ofrece un nivel constante, muy poco dado a las reyertas internas y externas, y que suele aparecer cuando más se le necesita, requisito clave para hacer carrera en un equipo de alta demanda mediática.

Afianzado como referente americanista, y hasta disputado por dos selecciones (eligió a Estados Unidos sobre México), Zendejas ha evidenciado el error que cometió su primer equipo en México. A Chivas ya le había anotado. Fue en el Clásico del Apertura 2022, que acabó 2-1 para el América. Pero este gol, el de ayer en las Semifinales de Ida de la Liga MX, fue especial. Un manjar para él y una bofetada con guante blanco para el Rebaño Sagrado. Un clarividente pase de Diego Valdés le dejó mano a mano con Jesús Orozco. Lo recortó con frialdad y definió al poste del portero, Miguel Jiménez, que seguramente esperaba un remate a su otro costado o, en todo caso, que la jugada continuara.

El tanto significó el triunfo del América, que ahora tendrá que recibir a Chivas el domingo en el Azteca. Y para Zendejas fue una revancha personal. Le marcó al equipo que no supo aprovechar su talento, que lo mandó a préstamo en lugar de pulir sus virtudes y que, cansados de él, lo vendieron después de tres años de retroceso mutuo. Fue la venganza casi perfecta. Tendrán que coronarla para que, entonces sí, sea inmejorable.

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