Un ataque militar en un campo de desplazados en Birmania deja una treintena de muertos

Bangkok, 10 oct (EFE).- Un ataque militar perpetrado la noche del lunes en el estado norteño de Kachin (Birmania), en una zona fronteriza con China donde hay campos de desplazados, ha dejado alrededor de una treintena de muertos, doce de ellos niños, en un nueva muestra de la brutalidad del conflicto que sacude al país.

Entre los fallecidos, la mayoría mujeres y niños, hay un bebé de once meses, según dijeron este martes a EFE fuentes del equipo de rescate, que añadieron que al menos medio centenar de personas han resultado heridas y han sido trasladadas al hospital de la ciudad de Laiza (estado de Kachin), en la frontera con China.

Lo sucedido es incierto, con informaciones de testigos, medios locales y la guerrilla que opera en la zona -el Ejército Independiente de Kachin (KIO)- indicando que las fuerzas armadas birmanas dispararon rondas de artillería poco antes de la pasada medianoche en un área cerca de Laiza, junto a un campo de desplazados internos.

El grupo de noticias Kachin afirma que durante el ataque el campo de desplazados de Monlaingkhat quedó "destruido", y divulga imágenes en su cuenta de Facebook que muestran a víctimas mortales entre los escombros y filas de cadáveres envueltos en sábanas blancas.

Un profesor de Laiza que forma parte del movimiento de desobediencia civil surgido tras el golpe de Estado militar del 1 de febrero de 2021 aseguró a EFE que "disparos" y "explosiones" alcanzaron los campos de desplazados situados a pocos kilómetros de dicha urbe alrededor de las 23.30 hora local del lunes (GMT+6.30).

Según el docente, Laiza "tembló como si se hubiese producido un terremoto, pero sin apenas ruido" durante el ataque, desconociéndose aún cómo se perpetró exactamente.

El asalto tuvo lugar cerca de una sede del Ejército Independiente de Kachin, grupo que cree que, en lugar de aviones para bombardear, las fuerzas armadas emplearon drones silenciosos, según dijo a EFE el coronel Norbu, portavoz del KIA.

La guerrilla de Kachin, integrada por miembros de la etnia homónima, lleva décadas enfrentada al Ejército birmano, un conflicto agudizado tras la asonada, que puso fin a una década de transición democrática y que ha sumido a Birmania (Myanmar) en la semianarquía.

Desmentido de la junta y toque de China

En una inusual declaración ante este tipo de sucesos, Zaw Min Tun, portavoz de la junta militar que detenta el poder desde la asonada, negó este martes que las fuerzas armadas "bombardearan" o "dispararan con armas" en Kachin, y afirmó que el régimen castrense investigará lo ocurrido, en declaraciones recogidas por el medio Channel News Independent, con sede en Rangún.

El portavoz del KIA desacreditó la negativa de la junta y afirmó a EFE que el área, en la frontera con China, "es uno de los blancos" del Ejército, con enfrentamientos "diarios" entre el grupo y las fuerzas armadas, y defendió que se trata de un "ataque a propósito".

Por su parte, China, el mayor socio comercial de Birmania y cuya influencia en el país ha aumentado a raíz del golpe y su ostracismo internacional, llamó hoy al diálogo entre las partes -sin acusar directamente al Ejército- para evitar una escalada y pidió "medidas prácticas" para "garantizar la seguridad de la zona fronteriza".

Wang Wenbin, portavoz de Exteriores de China -país que mantiene una compleja relación con Birmania, con lazos tanto con el Ejército como con algunas guerrillas étnicas-, agregó que ningún ciudadano de nacionalidad china ha fallecido en el ataque junto a su frontera.

Condenas de la oposición y de la ONU

Mientras, el Gobierno de Unidad Nacional (NUG), un grupo prodemocrático que se autoproclama la autoridad legítima de Birmana tras el golpe y cuyo brazo armado, las fuerzas para la defensa del pueblo (PDF), actúa junto a algunas guerrillas étnicas, calificó el ataque como un "crimen de guerra".

El NUG, formado en parte por exdiputados de la Liga Nacional para la Democracia -el partido de la encarcelada Aung San Suu Kyi, cuya victoria en las elecciones de 2020 fue tachada por fraudulenta por los generales, su excusa para dar el golpe-, calificó el ataque en Kachin como "despiadado".

La delegación de Naciones Unidas en Birmania (Myanmar) se mostró hoy por su lado "profundamente preocupada" por las muertes civiles, y subrayó que "los campos de desplazados internos son lugares de refugio" y "los civiles, sin importar donde estén, nunca deben ser un objetivo".

En línea similar, la oficina en Birmania del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expresó su "consternación" por este "atroz ataque que se ha cobrado vidas inocentes, incluidos niños".

El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU advirtió a finales de septiembre que la brutalidad del Ejército de Birmania en sus ataques contra los civiles aumenta día a día, con miles de asesinatos y tácticas de guerra utilizadas contra la población.

El organismo indicó que, entre el 1 de abril de 2020 y el pasado 31 de julio, los militares asesinaron a más de 4.000 civiles utilizando tres tácticas militares (bombardeos aéreos, masacres y quema de aldeas).

(c) Agencia EFE