Con 18 bajas y mucha cautela, Boca se llevó de Quito un resultado que le da esperanza para definir en La Bombonera

El compacto Julián Ceballos, de 20 años y 1,61 metros, encara perseguido por otro juvenil, Kendry Páez, de 17; Boca fue superado en Ecuador por Independiente del Valle, pero consiguió un 0-0 que lo deja bien perfilado por la Copa Sudamericana.
El compacto Julián Ceballos, de 20 años y 1,61 metros, encara perseguido por otro juvenil, Kendry Páez, de 17; Boca fue superado en Ecuador por Independiente del Valle, pero consiguió un 0-0 que lo deja bien perfilado por la Copa Sudamericana. - Créditos: @GALO PAGUAY

Tras el papelón por la inscripción tardía de los refuerzos, sin caras nuevas, con cinco bajas por lesiones, cuatro jugadores convocados a la selección argentina, cuatro apartados por el director técnico, uno suspendido y cinco juveniles en la cancha, Boca cumplió la premisa de no perder y se llevó de Ecuador un valioso empate, sin goles, frente a Independiente del Valle con miras a la revancha del próximo miércoles en la serie de dieciseisavos de final por la Copa Sudamericana.

Ante un rival limitado, el equipo xeneize plantó bandera en los 2850 metros de Quito y, pese a las ausencias, redondeó un primer tiempo aceptable en el que produjo algunas situaciones de gol. Diego Martínez armó un 4-4-2 con cuatro volantes menores de 22 años, Jabes Saralegui, Mauricio Benítez, Milton Delgado y Julián Ceballos, y planteó un equipo corto y ordenado, que se replegó en su campo y apostó al contragolpe como única alternativa de ataque. Aun así, a Boca le tomó 15 minutos acomodarse al ritmo del partido. Estando amonestado Luis Advíncula desde el inicio por una violenta infracción cerca del banderín de un córner, Independiente manejaba más y mejor la pelota e inquietaba al fondo del visitante con los desbordes Keny Arroyo por la izquierda (tuvo un duelo aparte con el peruano) y Renato Ibarra por la derecha.

El equipo dirigido por el argentino Javier Gandolfi construía por fuera y finalizaba por dentro, con remates de media distancia –todos desviados– o buscando la cabeza del uruguayo Renzo López. Kendry Páez, la joya ecuatoriana de 17 años a la que adquirió Chelsea por 20 millones de dólares, se imponía por prestancia en la mitad de la cancha, pero Boca sufría poco en relación con el dominio del local. Independiente concluyó la primera mitad con 73% de posesión, 11 disparos y 8 córneres, pero las chances más claras fueron del conjunto azul y oro.

El cuadro xeneize pasó el sofocón y empezó a encontrar resquicios para que Miguel Merentiel explotara su velocidad. La Bestia tuvo el 1-0 en sus pies, pero llegó mal pisado a un mano a mano con el arquero Wellington Ramírez y su remate salió desviado. Unos minutos antes, tras una guapeada de Saralegui por la derecha, a Lautaro Di Lollo le había faltado olfato para darle a Boca la ventaja merecida.

Boca dejó buenas sensaciones en el primer período, pero se enamoró del empate en el segundo y casi lo pagó caro. Independiente otra vez fue mejor en el comienzo, pero esta vez agregó al dominio territorial y de pelota un puñado de situaciones de gol. Julio Ortiz desde fuera del área –la pelota salió junto a un poste– y Jeison Medina con un cabezazo en el borde del área chica tuvieron a mano el triunfo para el local, que crecía en el juego y manejaba el balón con libertad ante un Boca demasiado recluido.

Martínez tomó nota y movió el banco de suplentes y el dibujo a los 16 minutos de la segunda mitad. Entró Mateo Mendía, zaguero de 20 años y 1,91 metros, y salió Ceballos, al que la ya le costaba la vuelta. Armó una línea de cinco defensores y trató de ponerle un candado a un empate que a cada minuto le sentaba mejor. La vuelta de Exequiel Zeballos, que llevaba 281 días seguidos de inactividad, no alcanzó para refrescar el ataque, pero al menos Changuito robó una pelota en una salida del rival y asistió a Merentiel para un nuevo mano a mano, también desperdiciado.

Boca volvió a acomodarse en el final y bloqueó los caminos a un adversario que pareció entregarse en el cierre del partido. Recuperó la solvencia en la última línea y entre Marcos Rojo y Sergio Romero se encargaron de manejar los tiempos. Los 5 minutos de adición pudieron quedar cortos, pero daba la sensación de que Independiente y Boca no tenían las ganas y la energía necesarias como para ir por algo más. El cuadro argentino no tuvo la ambición de otros partidos, pero superó una prueba de fuego con carácter y personalidad.

Después de una semana agitada, y en un compromiso en el que Boca no pudo utilizar a ninguno de sus cuatros refuerzos (Gary Medel, Tomás Belmonte, Brian Aguirre –titulares– y Milton Giménez –un posible primer cambio–) por un insólito error administrativo, el equipo embolsó en Ecuador el punto que fue a buscar. Claro que tampoco dispondrá de sus incorporaciones en el partido en la Bombonera, pero el 0-0 en Quito deja muy bien parado al conjunto azul y oro para el desquite del miércoles. Independiente del Valle, que empezó el año con buenas expectativas en la Libertadores y cayó sorpresivamente al repechaje de la Sudamericana, mostró ser un vencible e insolvente, sobre todo fuera de su casa, donde no ganó en 2024 por competencias internacionales.

Compacto de Independiente del Valle 0 vs. Boca Juniors 0

Negocio redondo para un Boca que fue de punto a Quito sin su base titular (Cristian Lema, Ezequiel Fernández, Guillermo “Pol” Fernández, Cristian Medina, Kevin Zenón y Edinson Cavani) pero rescató un punto que sirve tanto en lo anímico como en lo deportivo, más por lo evitado que por lo conseguido. La revancha, seguramente, será otro cantar. Y la obligación, juegue quien juegue, volverá a ser de Boca.