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Pekín, 8 ene (EFE).- Los equipos de rescate trabajan sin descanso y con las frías temperaturas en contra para encontrar supervivientes después del terremoto de 6,8 grados de magnitud que sacudió el martes la región occidental china del Tíbet dejando hasta ahora 126 fallecidos y más de 30.000 evacuados. Más de 14.000 personas se afanan contrarreloj en las tareas de rescate y también han instalado tiendas de campaña para los reubicados en una zona donde se prevé que las temperaturas caigan hasta los 17 grados bajo cero, recoge el diario China Daily. "Los departamentos pertinentes del Gobierno chino han puesto en marcha la respuesta nacional de emergencia nacional nivel 2, y los trabajos de auxilio se está llevando a cabo de manera intensa y ordenada", explicó hoy el portavoz Guo Jiakun del Ministerio de Asuntos de Exteriores en rueda de prensa. Según Guo, un primer lote de material de ayuda ya ha llegado a la zona del desastre, donde se han restablecido el suministro eléctrico y la señal de telecomunicaciones. "La gente de la zona superará este desastre y se reconstruirán sus hogares", indicó Guo al hablar del seísmo, que se produjo a las 09.05 hora local (01.05 GMT) del martes en el condado de Tingri de la prefectura de Shigatse a una profundidad de 10 kilómetros, de acuerdo con el Centro de Redes Sismológicas de China. El terremoto causó el derrumbe de 3.609 viviendas, de entre cuyos escombros se rescató a 407 personas que habían quedado atrapadas, recogió en la noche local del martes la agencia oficial Xinhua. "Todas las casas se derrumbaron" La cadena estatal CCTV mostró anoche imágenes de supervivientes y evacuados instalando tiendas de campaña en los sitios de reubicación y reasentamiento que dan refugio a los afectados. Las autoridades chinas han enviado a la zona unos 22.000 artículos de socorro para catástrofes, entre ellos tiendas de campaña de algodón, abrigos de invierno, edredones y camas plegables, junto con material de emergencia especial para zonas frías de gran altitud. A pesar de que se trata de una zona con una densidad de población muy baja, en un radio de 20 kilómetros alrededor del epicentro residen unas 6.900 personas. La prensa local recoge el testimonio de lugareños como Tseyang Lhamo, una residente de una aldea del municipio de Dramso, en el condado de Dingri, quien afirma que las casas de todas las familias del pueblo se derrumbaron de inmediato. "Mi teléfono móvil recibió una alerta de terremoto. Desperté a mi familia y les dije que corrieran rápidamente", narra a China Daily. "Cuando se produjo el terremoto, me sentí mareada y con náuseas, y me costaba caminar. Todas las casas se derrumbaron", agrega. Prevenir desastres secundarios El presidente chino, Xi Jinping, pidió el martes "esfuerzos exhaustivos para salvar vidas y minimizar el número de víctimas", al tiempo que pedía trabajar para "prevenir desastres secundarios" y "reasentar de forma adecuada a los residentes afectados". También se encuentra en la zona el viceprimer ministro chino Zhang Guoqing, quien visitó hoy a las víctimas y pidió mejorar la vigilancia y la alerta temprana de réplicas e inspeccionar los edificios dañados y los posibles peligros geológicos para prevenir lesiones secundarias y muertes, recoge Xinhua. Por otra parte, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma del país asignó de urgencia 100 millones de yuanes (13,6 millones de dólares, 13,1 millones de euros) para ayudar en las tareas de alivio tras el desastre. El condado de Tingri, que cuenta con una densidad de población de 4,2 personas por kilómetro cuadrado, está situado a los pies de la cordillera del Himalaya y tiene una altitud promedio de 5.000 metros sobre el nivel del mar. El epicentro se situó a unos 85 kilómetros del monte Everest, ubicado justo en la frontera entre China y Nepal y el cual ha sido cerrado al público hasta nuevo aviso para garantizar la seguridad de los visitantes y el personal. Tíbet y otras zonas del oeste de China son frecuente escenario de terremotos, por la cercanía del punto de fricción de la placa tectónica asiática con la india, pero debido a la baja densidad de población en la zona, en muchas ocasiones los seísmos se producen en áreas escasamente habitadas. (c) Agencia EFE