Qué debemos saber sobre las recaídas con Paxlovid

Cuando los casos de COVID-19 se incrementaron durante el verano y aparecieron nuevas variantes, los principios básicos para prevenir y manejar el virus volvieron a ocupar el centro de atención, entre los cuales se encuentra una herramienta fundamental para evitar que la enfermedad se agudice y el paciente fallezca: el tratamiento antiviral Paxlovid.

Cuando los casos de COVID-19 se incrementaron durante el verano y aparecieron nuevas variantes, los principios básicos para prevenir y manejar el virus volvieron a ocupar el centro de atención, entre los cuales se encuentra una herramienta fundamental para evitar que la enfermedad se agudice y el paciente fallezca: el tratamiento antiviral Paxlovid.

Dicho medicamento, el cual está compuesto por dos fármacos, está dirigido a las personas que tienen un riesgo alto de desarrollar una enfermedad grave. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), esta es una categoría muy amplia que incluye a las personas con trastornos del estado de ánimo, como la depresión, a fumadores o exfumadores y aquellas con obesidad.

Los especialistas subrayan que el Paxlovid es un tratamiento eficaz que salva vidas y ayuda a evitar las hospitalizaciones. Puede incluso reducir el riesgo de desarrollar COVID persistente. Pero, según Peter Chin-Hong, especialista en enfermedades infecciosas en la Universidad de California, campus San Francisco, a partir de casos muy sonados de pacientes que sufren una “recaída con Paxlovid”, o de pacientes que dan positivo algunos días después de recuperarse del virus, este medicamento se ha ganado una mala reputación.

Aunque la recaída con Paxlovid está bien documentada, también es posible experimentar una reaparición de los síntomas aun cuando no se tome el fármaco. Un representante de Pfizer escribió en un correo electrónico que la recaída es “poco común y que no se asocia exclusivamente con un tratamiento específico”.

La recaída es una noción difícil de precisar, en parte debido a que se puede definir de dos maneras: al ver si alguien vuelve a dar positivo unos días después de dar negativo, o al ver si los síntomas han regresado después de que, aparentemente, el paciente se ha recuperado. También es difícil diferenciar entre los síntomas de una recaída y los que tan solo persisten… o los de un COVID persistente.

“Es un lío”, señaló Jay Pandit, director de medicina digital en el Instituto de Investigación Traslacional Scripps.

Como resultado, es difícil cuantificar la frecuencia de las recaídas. En un ensayo clínico, los investigadores de Pfizer calcularon que el 2,3 por ciento de las personas que tomaron Paxlovid y el 1,7 por ciento del grupo control experimentaron una recaída, pero investigaciones externas demostraron que el porcentaje puede ser hasta de casi el 14 por ciento en quienes tomaron el medicamento y de alrededor del 9 por ciento en quienes no lo recibieron.

No es fácil tener datos del mundo real debido a que es poco probable que muchos pacientes que sufren una recaída se lo cuenten a los médicos, comentó E. John Wherry, director del Instituto de Inmunología y Salud del Sistema Inmunitario de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania.

“En definitiva, las cifras son más elevadas de lo que se ha reportado”, señaló Michael Mina, un antiguo epidemiólogo de la Universidad de Harvard que ahora es director científico de eMed, una empresa de telemedicina que ha estudiado las recaídas.

¿Por qué hay recaídas de COVID?

La teoría que hay detrás de las recaídas con Paxlovid es que el tratamiento es tan eficaz para eliminar el virus, que el sistema inmunitario no aumenta sus defensas celulares y de anticuerpos, como normalmente lo haría. Es como si se le permitiera al medicamento tomar el volante de nuestro sistema inmunitario.

“Nuestro sistema inmunitario cede el control durante un rato y luego le pedimos que actúe tras cinco días de tratamiento”, señaló Mina. Después de terminar la medicación, es posible que el virus vuelva a replicarse en la nariz, a veces con mayor fuerza.

Pero no se sabe con certeza por qué pueden reaparecer los síntomas después de tener una prueba negativa, incluso sin tomar Paxlovid, mencionó Mina. El sistema inmunitario tiene dos tareas: eliminar el virus y reparar el cuerpo. Este investigador comentó que puede que en algunas personas el sistema inmunitario entre en modo restaurativo demasiado pronto, lo que le brinda al virus la oportunidad de replicarse antes de que sea totalmente aniquilado.

No obstante, más allá de eso, aún no se entiende por qué es más probable que algunas personas tengan recaídas y otras no, señaló Chin-Hong.

Volví a dar positivo. ¿Ahora qué hago?

Es común que la recaída ocurra a menos de una semana de la recuperación, explicó Pandit. Aunque poco frecuente, es posible sufrir una recaída sin desarrollar síntomas, añadió.

No se sabe qué tan contagiosos son los pacientes cuando recaen. Pero Mina comentó que, si vuelves a dar positivo en una prueba rápida, habrá que suponer que eres contagioso y se tendrán que tomar las precauciones necesarias: aislarse lo más posible de otras personas y usar un cubrebocas de alta calidad si vas a lugares públicos o convives con los integrantes del hogar. Los CDC calculan que la recaída dura en promedio tres días, pero puede variar: en algunas personas durará dos días y en otras puede extenderse hasta diez.

Las recaídas tienden a ser más leves que la evolución de la infección original y los pacientes casi nunca toman otro ciclo de Paxlovid si sufren alguna recaída. Pero, según Pandit, es importante vigilar los síntomas y comunicarse con un médico si estos se agudizan.

c.2023 The New York Times Company