La gran contradicción del Foro Davos 2020: hay preocupación climática, pero casi todos viajan en avión privado

Como cada año desde hace cinco décadas, gobernantes, empresarios, banqueros, periodistas y otros líderes mundiales tienen una cita en la localidad alpina de Davos (Suiza) para analizar los problemas más apremiantes que afronta el planeta y buscar algunas soluciones.

Este encuentro, que en este 2020 se celebra entre el 21 y el 24 de enero, está organizado por el Foro Económico y Mundial y es una cita ineludible para las personas influyentes, aunque su precio no es precisamente barato (un pase básico ascendía a 60.000 dólares en 2017).

La edición viene marcada por los incendios en Australia y la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, pero también ocupa un lugar muy importante el cambio climático y cómo hacer un mundo más sostenible. Curiosamente, la mayoría de invitados de la cumbre va a acudir a ella en aviones privados, lo que resulta muy perjudicial para el medio ambiente y muestra la gran contradicción de estos líderes mundiales: apuestan por un mundo menos contaminado y a la vez siguen contribuyendo con las emisiones de sus aviones.

Donald Trump tras llegar a Davos en su avión. (AP Photo/Evan Vucci)
Donald Trump tras llegar a Davos en su avión. (AP Photo/Evan Vucci)

La importancia del cambio climático en Davos 2020 es grande. Por un lado el tema general del evento este año está muy relacionado, ya que se llama “accionistas por un mundo coherente y sostenible”. Por el otro, ‘cómo salvar el planeta’ es uno de los temas más destacados que se van a tratar en la cumbre. La intervención de la activista climática Greta Thunberg muestra también que no es un asunto baladí.

Y sin embargo, la elección del transporte por parte de los asistentes dista mucho de ser sostenible. La mayoría de los asistentes a la cumbre lo hacen en aviones privados, que son muy contaminantes y poco eficientes porque normalmente transportan a muy poca gente. De hecho en 2050 se espera que la aviación contribuya al 22% de las emisiones mundiales.

En 2019 hubo más de 600 vuelos relacionados con el evento y estos datos no tienen en cuenta los aviones de presidentes o primeros ministros que aterrizaron en bases cercanas, por lo que la cifra es mucho más elevada. Para esta edición se esperan unos datos similares y pocos son los que optan por llegar en tren como Greta Thunberg.

Greta Thunberg asiste a Davos (Photo by FABRICE COFFRINI/AFP via Getty Images)
Greta Thunberg asiste a Davos (Photo by FABRICE COFFRINI/AFP via Getty Images)

La defensa del Foro

Aun así el Foro se defiende y asegura que sigue buscando fórmulas que permitan la reducción de la huella de carbono. Entre ellas está el ofrecer incentivos a los participantes que lleguen en tren, compensar los viajes aéreos comprando créditos de carbono (para financiar proyectos de reducción de emisiones), o apostar por vehículos eléctricos e híbridos para los desplazamientos por la ciudad (el 88% serán así según CNN). También reduciendo el consumo de carne o evitando productos que no puedan ser reutilizados.

Avances estos importantes pero que sirven de poco con los aviones contaminando. La industria emite cada año 895 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera y en el caso de los privados las cifras se disparan porque las emisiones se dividen entre un número reducido de pasajeros. Parece que en este 2020 va a seguir siendo la asignatura pendiente de Davos.

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