Daniel Muñoz, de alentar desde la tribuna con la barra de Atlético Nacional de Medellín a ser la flecha derecha de Colombia
Néstor Lorenzo dice no “creerles” a los que empiezan a poner a su Colombia como una gran favorita a quedarse con la Copa América, queriéndose correr del foco absoluto y dejar aquello para la Argentina, Brasil y Uruguay, entre otra. La realidad marca que el pueblo cafetero ya se encolumna detrás de un técnico que empieza a hacer de sus intenciones un hábito. Un equipo firme y fuerte, con decisión y conceptos claros para exponer su ambición ofensiva. Que tiene, entre su manera de jugar, la proyección de un hombre que gana trascendencia por su función, sus goles importantes y la consideración que tiene su entrenador sobre él. Aunque el camino, como en tantos ejemplos, fue sufrido hasta esta brillante actualidad.
Daniel Muñoz Mejía es la herramienta con la que Lorenzo incomoda a sus rivales. Es verdad, sobran las cartas ofensivas por la artillería pesada que ostenta: nombres como Jhon Arias (figura en el Fluminense campeón de la última Copa Libertadores ante Boca), James Rodríguez, Luis Díaz, Rafael Santos Borré, entre otros. Sin embargo, Muñoz es el lateral derecho elegido por el técnico argentino. Al mismo tiempo, no es lateral: si bien no es una novedad en el fútbol, el estilo da su rédito en el seleccionado tricolor y el habitual N°21 es una especie de carrilero dentro de una línea de cuatro defensores.
Colombia buscará clasificarse anticipadamente a cuartos de final de la Copa América este viernes y ampliar su racha de 24 partidos consecutivos sin perder cuando se enfrente a Costa Rica, que llega motivada tras el empate ante Brasil.
Arranca desde la mitad de la cancha, tiene aire para hacer toda la banda y llegar con agresividad al gol: mientras sus alas se despliegan, la idea pasa porque Johan Mujica (el lateral izquierdo) sea el zaguero adicional para permitir la soltura desde el otro lado. Un fantasma que, cuando aparece en los últimos metros sin pelota, asusta cuando nadie se lo espera y es dañino.
Pensar que su sueño de niño se limitaba a una sola cuestión: ser futbolista profesional para llegar a vestir la camiseta de su amado Atlético Nacional de Medellín, pasión que sus padres Germán Muñoz y Franci Mejía le transfirieron. “Desde que tengo uso de razón, soy ‘Verdolaga’ por mis padres. Ambos son muy aficionados a él”, cuenta siempre que le consultan sobre su pasión verdiblanca. Es que ahí hay una historia más allá de los límites del campo de juego.
En su adolescencia, era habitual encontrar a Daniel Muñoz en una de las tribunas populares del estadio Atanasio Girardot. No en cualquiera: alentaba desde la tribuna donde estaban “Los del Sur”, la barra brava del club paisa. Hasta que empezó a preocuparse más por su futuro con la pelota y aceleró por otros lados.
Nacido el 26 de mayo de 1996 (28 años) en el humilde municipio de Amalfi, correspondiente al departamento de Antioquia, sus comienzos en el fútbol se remontan a su mudanza al pueblo de Bello, también perteneciente a la misma ciudad. Más allá de las escuelas infantiles donde pudo desarrollarse, en su vida apareció Envigado: empezó a crecer en el club en el que se formaron jugadores como James o Juan Fernando Quintero, por lo que empezaron a verle futuro.
En especial, un representante que convenció a él y a su familia con la tentación del fútbol exterior, le hizo promesas para jugar en Barcelona: los paseó por México, España e Italia, pero con una razón que nada tenía que ver con el beneficio de insertar a Muñoz en un club importante. “Yo era muy chico y me dejé engañar por una persona. Por ser menor de edad todavía, no tenía un contrato de trabajo. Pasé a tener muchas necesidades durante dos años”, contó alguna vez a los medios de su país. Cuando pudo regresar a Colombia, otra de las declaraciones fue rompiendo su joven cabeza: “Pensé en dejar todo, retirarme. Necesitaba ponerme a trabajar para ayudar a mi familia a recuperar el dinero perdido”.
No obstante, pisar su suelo nuevamente lo activó. Y todo fue una ráfaga. Incorporarse a Total Soccer, un equipo de Medellín, permitió que lo volvieran a ver rápido. Un par de llamadas inmediatas para alertar a las autoridades de Águilas Doradas acerca del jugador que andaba suelto. Allí empezó su carrera: debutó profesionalmente apenas comenzado el 2017, con 20 años, y las vueltas del fútbol quisieron que un semestre después fuera vendido a… Atlético Nacional.
Sueño cumplido, pero vendrían más que en su reinicio como futbolista, quizás, no estaban proyectados. Porque dos años después, apenas 33 encuentros jugados con los colores de los que es hincha y la aparición de la pandemia en 2020 fueron un combo suficiente para pisar suelo belga, tras el pase a Genk. Dentro de las tres temporadas y media en las que estuvo en el club azul, apareció el seleccionado nacional. De repente, del retiro pasó a defender el escudo del club que ama y el de su país.
Todo fue en ascenso. Sobre todo, desde que apareció Lorenzo a cargo del combinado cafetero. Muñoz es un pilar de su ciclo: es uno de los cinco jugadores que más minutos vieron en los 21 encuentros que se han jugado desde su asunción (todavía no perdió), jugando 15 de ellos. Y anotando goles de gran talla: al que le hizo a Paraguay el pasado lunes, sorprendiendo con su ingreso por el segundo palo y cabeceando certeramente para abrir el exitoso 2-1 en el debut por la Copa América, hay que sumarle su histórica tijera de marzo para vencer 1-0 a España en un amistoso disputado en el estadio Olímpico de Londres.
Su rendimiento tanto con Colombia como en Bélgica (20 goles en su estadía) forjaron el cumplimiento de uno de sus renovados anhelos: “Mi sueño es jugar en Barcelona y en la Premier League”, había dicho cuando estaba a punto de ser transferido por primera vez a Europa. Entonces, en enero de este año apareció Crystal Palace, de Inglaterra, y la comodidad de compartir el plantel junto a su compatriota Jefferson Lerma (el otro goleador ante el conjunto guaraní).
Sueños terminados por una estafa. Sueños renovados por insistir y un evidente talento. Sueños por cumplir. ¿Barcelona? Será su próxima meta. O, a esta altura, lo que el fútbol decida. Daniel Muñoz, de aquel que alentaba con la brava de Nacional a este “carrilero” que hace ilusionar a su nación.
Probables formaciones
Colombia: Camilo Vargas; Daniel Muñoz, Davinson Sánchez, Yerry Mina y Johan Mojica; Richard Ríos y Jefferson Lerma; Jhon Arias, James Rodríguez y Luis Díaz; Rafael Santos Borré. DT: Néstor Lorenzo.
Costa Rica: Patrick Sequeira; Haxzel Quirós, Jeyland Mitchell, Juan Pablo Vargas y Francisco Calvo; Ariel Lassiter, Orlando Galo, Jefferson Brenes y Brandon Aguilera; Álvaro Zamora y Manfred Ugalde. DT: Gustavo Alfaro.
Árbitro: Gustavo Tejera (Uruguay).
Hora: 19 (hora argentina)
Estadio: State Farm Stadium, de Arizona
TV: TyC Sports y DirecTV