¿Dónde estaba el Ejército? Las fallas cruciales de los mandos militares de Israel el día del ataque de Hamas

Militantes palestinos celebran victoriosos sobre un tanque israelí que pusieron fuera de combate durante la incursión del 7 de octubre
Militantes palestinos celebran victoriosos sobre un tanque israelí que pusieron fuera de combate durante la incursión del 7 de octubre - Créditos: @ap

TEL AVIV.- Muy por debajo del cuartel general del Ejército israelí en Tel Aviv, en un búnker conocido como La Fosa, los comandantes estaban tratando de dar sentido a los informes de disparos de cohetes de Hamas en el sur de Israel a primera hora del 7 de octubre, cuando entró la llamada.

Era un comandante de la división que supervisa las operaciones militares a lo largo de la frontera con la Franja de Gaza. Su base estaba siendo atacada. El comandante no pudo describir el alcance del ataque ni dar más detalles, pero pidió que se enviaran todos los refuerzos disponibles.

A las 7.43, más de una hora después de que comenzara el asalto con cohetes y miles de combatientes de Hamas irrumpieran en Israel, el búnker emitió sus primeras instrucciones. Ordenó a todas las fuerzas de emergencia que se dirigieran al sur, junto con todas las unidades disponibles que pudieran hacerlo rápidamente. Pero los líderes militares del país aún no reconocían que la invasión estaba muy avanzada.

Horas después, ciudadanos israelíes desesperados seguían valiéndose por sí mismos y pidiendo ayuda. Alrededor de 1200 personas murieron cuando el Ejército más avanzado de Medio Oriente fracasó en su misión esencial: proteger las vidas israelíes.

Un tanque israelí atraviesa la cerca fronteriza con Gaza
Un tanque israelí atraviesa la cerca fronteriza con Gaza - Créditos: @RONALDO SCHEMIDT

Las razones de la lentitud de la respuesta militar tardarán meses en conocerse. Pero una investigación del The New York Times descubrió que el Ejército carecía de personal suficiente, estaba fuera de posición y tan mal organizado que los soldados se comunicaban en grupos improvisados de WhatsApp y dependían de las redes sociales para obtener información sobre los objetivos.

Los comandos se precipitaron a la batalla armados sólo para un combate breve. Se ordenó a los pilotos de helicópteros que tuvieran en cuenta las noticias y los canales de Telegram para elegir sus objetivos.

Y quizás lo más grave: el Ejército ni siquiera tenía un plan para responder a un ataque a gran escala de Hamas en suelo israelí, según fuentes militares. “No había la preparación defensiva adecuada, no había práctica, y no había equipamiento ni creación de fuerzas para una operación de este tipo”, dijo Yom Tov Samia, general de división de las reservas israelíes y ex jefe del Mando Sur del Ejército.

“No existía un plan de defensa para un ataque sorpresa como el del 7 de octubre”, afirmó Amir Avivi, general de brigada de las reservas y ex comandante adjunto de la División de Gaza, responsable de la protección de la región.

Muebles destruidos y muros quemados en una vivienda del kibbutz Nir Oz tras el ataque terrestre de Hamas
Muebles destruidos y muros quemados en una vivienda del kibbutz Nir Oz tras el ataque terrestre de Hamas - Créditos: @Francisco Seco

Las agencias militares y de seguridad israelíes evaluaron en repetidas ocasiones que Hamas no estaba interesada ni era capaz de lanzar una invasión masiva. El gobierno israelí había determinado que la guardia civil poco organizada, conocida como Kitat Konnenut, serviría como primera línea de defensa en las ciudades y pueblos cercanos a la frontera.

Pero los guardias tenían diferentes niveles de formación dependiendo de quién estuviera al mando. Durante años, advirtieron que algunas de sus unidades estaban mal entrenadas y mal equipadas.

Además, los reservistas no estaban preparados para movilizarse y desplegarse rápidamente. Davidi Ben Zion, de 38 años, comandante de las reservas, dijo que los reservistas nunca se entrenaron para responder de inmediato a una invasión.

Las unidades de comandos fueron de las primeras en movilizarse aquella mañana. Algunos dijeron que se precipitaron a la lucha tras recibir mensajes pidiendo ayuda o enterarse de las infiltraciones por las redes sociales. Otras unidades estaban a la espera y recibieron órdenes formales de activación.

Armas livianas

El reducido tamaño de los equipos sugiere que los mandos no entendieron bien la amenaza. Las tropas se desplegaron con pistolas y fusiles de asalto. Los combatientes de Hamas tenían ametralladoras pesadas, lanzagranadas propulsadas por cohetes, minas terrestres y mucho más. Estaban preparados para luchar durante días. Al parecer, los comandos israelíes creían que sólo lucharían durante horas.

“Los terroristas tenían una clara ventaja táctica en potencia de fuego”, dijo Yair Ansbacher, de 40 años, reservista de una unidad antiterrorista que combatió el 7 de octubre. Él y sus compañeros utilizaron principalmente pistolas, fusiles de asalto y a veces rifles de francotirador, dijo.

Y tal como habían advertido los voluntarios civiles, la primera línea de defensa dentro de Israel se vio rápidamente desbordada. Algunas unidades apenas tenían armas suficientes para una batalla de horas de duración, dijeron las autoridades.

Un puñado de palestinos celebran junto a un tanque israelí desarticulado tras la veloz invasión del 7 de octubre al sur del país
Un puñado de palestinos celebran junto a un tanque israelí desarticulado tras la veloz invasión del 7 de octubre al sur del país - Créditos: @Hassan Eslaiah

Hamas también trabajó estratégicamente para debilitar la ventaja de Israel en potencia de fuego. Atacaron tanques israelíes, alcanzando a varios de ellos, dijo el general Hisham Ibrahim, comandante del cuerpo blindado. Los tanques se quedaron sin munición, lo que obligó a las tripulaciones a luchar junco con los soldados de tierra.

Pero Hamas realizó otro ataque estratégico que prácticamente cegó a los militares israelíes en un momento crucial. El asalto a la base militar de Re’im dejó a sus soldados luchando por sus vidas en vez de coordinar una respuesta a la invasión.

Re’im es la sede de la División de Gaza, que supervisa todas las operaciones militares en la región. También alberga dos brigadas -la del norte y la del sur- dedicadas a proteger unos 65 kilómetros de frontera. Al igual que otras bases, Re’im carecía de personal suficiente debido a las vacaciones. Un comandante de brigada y personal clave estaban fuera de la base, según un oficial militar de alto rango.

La unidad de comandos de élite Maglan opera desde una base situada a unos 25 minutos de Gaza. Su comandante adjunto activó la unidad sobre las 6.30 de la mañana del 7 de octubre. Pero el equipo recibió escasa orientación de los generales israelíes de alto rango o del cuartel general de la División de Gaza, que, no se dieron cuenta, estaba a su vez bajo ataque.

Soldados israelíes patrullan el área devastada donde tuvo lugar la fiesta electrónica en el sur del país atacada por los jihadistas
Soldados israelíes patrullan el área devastada donde tuvo lugar la fiesta electrónica en el sur del país atacada por los jihadistas - Créditos: @JACK GUEZ

Con las comunicaciones interrumpidas desde Re’im y los líderes militares en Tel Aviv luchando por comprender el alcance del ataque, Maglan recurrió a una fuente de información improbable: Refael Hayun, un hombre de 40 años que vivía con sus padres en Netivot, a unos ocho kilómetros de Gaza.

Hayun vio videos del atentado de Hamas en tiempo real en las redes sociales y transmitió información a los agentes de Maglan. Comenzó a recibir mensajes de WhatsApp de personas que intentaban salvar a sus hijos, amigos y a sí mismos.

“Hola Refael, estamos atrapados en un contenedor de basura cerca del lugar de la fiesta”, decía un mensaje. “Por favor, ven a rescatarnos. Somos 16 personas”. Hayun transmitió esas localizaciones a los comandos.

Ben Zion, el reservista, dijo que su unidad de paracaidistas salió de su base en el centro de Israel, no lejos de Tel Aviv, en un convoy hacia la 1.30 de la tarde. Esperaba ver las carreteras repletas de soldados y vehículos blindados. “Las carreteras estaban vacías”, recordó en una entrevista. A las siete horas de combate, se volvió hacia el reservista que estaba a su lado y le preguntó: “¿Dónde está el Ejército?”.

Por Adam Goldman, Ronen Bergman, Mark Mazzetti, Natan Odenheimer, Alexander Cardia, Ainara Tiefenthäler y Sheera Frenkel