Cuando el Tercer Reich planeó utilizar mosquitos infectados de malaria como arma biológica contra los Aliados

De sobras conocido es la gran cantidad de dinero que se invirtió durante los años en los que Adolfl Hitler se mantuvo al frente del Tercer Reich alemán en el que se destinaban grandes e importantes partidas presupuestarias hacia la investigación y desarrollo de nuevas formas con las que aniquilar o mantener controlado a los enemigos del régimen.

El Tercer Reich planeó utilizar mosquitos infectados de malaria como arma biológica contra los Aliados (imagen vía Wikimedia commons)
El Tercer Reich planeó utilizar mosquitos infectados de malaria como arma biológica contra los Aliados (imagen vía Wikimedia commons)

Docenas eran los laboratorios repartidos a lo largo y ancho de Alemania que contaban con cientos de investigadores de primer nivel (científicos, ingenieros…), quienes trabajaban incansablemente en busca de ofrecer al Führer todo tipo de artilugios, drogas o armamento que ayudasen a hacer todavía más grande el régimen nacionalsocialista.

Algunos de los lugares idóneos para ubicar aquellos laboratorios de experimentación eran los campos de concentración, debido a que los investigadores podían utilizar a los prisioneros como conejillos de india.

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El campo de concentración de Dachau (al sur del país) fue el primero de una larga lista de centros de internamiento y exterminio que posteriormente se construyeron por toda Alemania y en el que se habilitó un importante centro de investigación científico-militar al frente del cual se colocó al biólogo, experto en entomología, Eduard May.

Según constaba en la documentación, sobre la apertura de aquel centro de investigación, el mismo se creaba para encontrar antídotos contra enfermedades infecciosas como el tifus o la malaria, con el fin de inmunizar a los soldados de la Wehrmacht (Fuerzas Armadas de la Alemania nazi) y a los miembros de la SS (policía política), cuando eran enviados a zonas de alto contagio durante la IIGM. Por tal motivo, aquel laboratorio en Dachau recibió el nombre de ‘Entomologisches Institut der Waffen-SS und Polizei’ (que vendría a traducirse como Instituto Entomológico de las Waffen SS y la Policía)

Pero los jerarcas nazis tenían otro propósito oculto en aquella experimentación: encontrar también la forma de mantener y trasladar a un gran número de mosquitos transmisores de la malaria, los cuales que serían soltados en zonas enemigas con la intención de infectar a los Aliados o población civil. Heinrich Himmler, líder de la SS, fue el gran impulsor de aquel centro de investigación.

Para ello también se puso a disposición de Eduard May al prestigioso (a la vez que polémico) virólogo Claus Schilling, quien realmente sería el encargado de dirigir la experimentación con prisioneros del campo de Dachau.

Algo más de un millar de presos fueron utilizados como cobayas humanas, enfermando prácticamente la totalidad y falleciendo alrededor de la mitad de estos.

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No hay constancia de que finalmente se llevara a cabo el traslado y uso de mosquitos infectados de malaria como arma biológica contra los Aliados.

Tras la liberación del campo de concentración de Dachau, el 29 de abril de 1945, por parte del ejército de los Estados Unidos, Eduard May y Claus Schilling fueron apresados, pero ambos corrieron suertes muy distintas.

Schilling fue juzgado, encontrado culpable de experimentar con seres humanos y condenado a muerte, siendo ejecutado (mediante la horca) el 28 de mayo de 1946.

Por su parte, May, tras pasar unos meses en prisión, fue puesto en libertad sin ser juzgado, debido a que no se encontraron pruebas que lo incriminasen directamente en la experimentación con seres humanos. A finales de aquella misma década consiguió una plaza como profesor en la Universidad Libre de Berlín. Falleció en 1956 a causa de una larga enfermedad.

Fuentes de consulta e imagen: researchgate / Himmlers Forscher / nationalgeographic / timesofisrael / theguardian / Wikimedia commons

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