A cuánto asciende la suma de dinero demandada por los caddies a la Asociación Argentina de Golf
La catarata de juicios de caddies que demandaron por relación de dependencia encubierta a clubes de golf no solo afecta a la economía de estos establecimientos deportivos, sino que también involucra a la Asociación Argentina de Golf, que en muchos casos es codenunciada por los abogados demandantes.
Hoy, si se tienen en cuenta todas las causas en trámite, la suma por la que es demandada este organismo asciende a 5426 millones de pesos, lo que equivaldría a más de 4 millones de dólares, de acuerdo a la cotización actual del dólar paralelo.
El monto llegó a los valores actuales debido al sistema de actualizaciones (llamado acta 2764), que rige en los tribunales porteños. Así, por ejemplo, una demanda de agosto de 2023 que en su origen sumaba $323 millones hoy asciende a $1270 millones, y otra que en 2021 era de 96 millones aumentó un 1710%: actualmente es de $1738 millones.
“Son montos siderales”, afirma Esteban Carcavallo, abogado de la Asociación Argentina de Golf (AAG). Sobre la implicancia de esta entidad deportiva en los juicios, explica: “El caddie se considera a él mismo empleado del club y, a la vez, empleado de la asociación por solidaridad”.
“Son demandas que no tienen ningún sentido –suma el presidente de la AAG, Miguel Leeson-, básicamente porque no tenemos canchas de golf propias ni caddies”.
Son cifras que hasta la fecha no han tenido que pagar; la Justicia no ha encontrado responsabilidad de este organismo en ninguna de las demandas realizadas por los caddies. Mientras, la gran mayoría de los casos los clubes demandados son encontrados culpables por los jueces porteños, y deben pagar cientos de millones de pesos por cada uno.
Pese a ganar, explica Leeson, el mismo proceso judicial implica altos costos para la Asociación Argentina de Golf, y más en los últimos años, cuando estas demandas se volvieron masivas. “Ir a declarar nos cuesta plata, plata que no deberíamos estar gastando en esto. Los juicios siempre terminan igual: nunca hemos tenido un fallo en contra de la asociación”, afirma.
Desde la AAG afirman que las causas en su contra son parte de una estrategia del puñado de abogados que representan a caddies del interior del país. “Se agarran del domicilio de nuestra asociación, que está en Capital, para poder traer la demanda a la ciudad de Buenos Aires. Hacen liquidar la demanda acá”, afirma Carcavallo.
El motivo detrás de esta movida, afirman los directivos de los clubes que son codemandados junto a la AAG, es facilitar la resolución del juicio a favor del caddie. Dicen, a su vez, que los fueros porteños los resuelven con mayor rapidez y con aplicación de un sistema de actualización de los montos favorable a ellos.
“Sería muy difícil que la Justicia cordobesa reconozca que un caddie tiene o tuvo una relación de dependencia con un club. En caso de llevar la causa en Córdoba, los demandantes tampoco lograrían los disparatados montos que pretenden”, afirma Rodolfo De Ferrari, presidente del Córdoba Golf Club, establecimiento que tiene un total de seis causas iniciadas por caddies, todas en Capital.
Las demandas representan un total aproximado de $2737 millones a pagar por el club, lo que equivale a unos dos millones de dólares, sin tener en cuenta gastos de justicia y honorarios, dicen. En caso de perderlas, afirma, se deberá liquidar el club.
En las seis denuncias contra este establecimiento deportivo los caddies codemandaron a la Asociación Argentina de Golf. Esta organización también es demandada en causas de caddies contra el Santiago del Estero Golf Club, el Chaco Golf Club y el bonaerense Argentino Golf Club, entre otros.
Según se puede ver en los registros judiciales a los que accedió LA NACION, de las 10 demandas vigentes que tiene este organismo, la más elevada es de $ 1738 millones, y la encabeza un cordobés que dice haber sido caddie del Córdoba Golf Club y haber sido despedido luego de décadas de trabajo, situación el club niega. Este expediente (6517/2023) se tramita en el Juzgado Nacional del Trabajo Nº 13, a cargo de la jueza Mirta González Burbridge.
Al igual que la mayoría de las demandas a la Asociación Argentina de Golf, esta causa la lleva el estudio de abogados Montenegro Pávito & Asociados, cuyos socios son el diputado nacional de La Libertad Avanza Guillermo Montenegro (homónimo del intendente de Mar del Plata) y Federico Pávito, director General de Administración del Senado.
Consultado por este diario, el abogado Pávito había negado las acusaciones de los clubes, que tildan a su estudio de oportunista, y argumentó los motivos por los que su estudio acude a los fueros porteños. “En cada jurisdicción los clubes de golf tienen mucho poder; los socios son personas bastante encumbradas en la zona, por ejemplo, los del Jockey Club en San Isidro, los del San Andrés Golf Club en San Martín. Entonces tienen más llegada a los jueces y la justicia se vuelve bastante más esquiva”, responde.
Sobre los tiempos de resolución de sus demandas en Capital, afirma que, dependiendo del juzgado, demoran actualmente entre 10 meses y tres años en primera instancia, y entre seis meses y dos años y medio en la Cámara.
Desde el sindicato de Caddies y la Asociación Argentina de Caddies lamentan los efectos de estos juicios. “Los caddies están desapareciendo y esto es en parte por las demandas. Han sido un arma de doble filo. Un caddie no es un trabajador dentro del campo de golf que cumple un horario fijo. Son jornalizados. El tema es que cuando hay un vacío en el marco legal, siempre existen problemas”, afirma Claudio Sesto, secretario de relaciones institucionales del sindicato de Caddies y presidente de la Asociación Argentina de Caddies, quien afirma que hoy los caddies no superan los 2300 en todo el país.
En abril de este año, por pedido del Santiago del Estero Golf Club, el tribunal de Santiago del Estero solicitó al de la ciudad de Buenos Aires que los seis juicios de caddies que tiene esta asociación civil se lleven a cabo en la provincia, afirman desde el club. Sin embargo, todavía no ha habido novedades.
“Solicitamos que se lleven a cabo acá. Los demandados y los demandantes son de Santiago. Los juicios los llevan en Capital porque codemandan a la Asociación Argentina de Golf”, afirma Ramiro López Bustos, quien hasta hace pocos meses fue presidente del club santiagueño.
Al igual que las autoridades de la mayoría de los clubes de golf consultados por LA NACION, los directivos de este establecimiento deportivo hablan de testimonios falsos e incluso de la utilización de testigos falsos en las causas.
“Las seis demandas las hacen un padre y sus cuatro hijos. De los hijos hay uno que no sabemos quien es, nunca lo hemos visto. Hay otro hijo que entró al club un par de veces en los últimos 15 años. Y otro que era becado por nuestro club para poder jugar al golf porque era muy bueno. Ha competido en nombre de nuestro club, y de vez en cuando hacía de caddie, pero solo cuando otro jugador se lo pedía”, afirma López Bustos.
Según él, los testimonios se repiten entre distintos demandantes de clubes de golf del país: “Todos dicen lo mismo: que trabajan tiempo completo en el club durante años. En nuestro caso, ya dos que dicen que vinieron todos los días durante 20 años. Todos dicen que el club los hacía cortar el pasto. Es todo mentira. Los caddies en nuestro club esperan afuera a que alguno de los socios, cuando entra, lo contrate y lo haga entrar con él. No tienen relación con el club”.
Pávito niega este tipo de acusaciones. “Nosotros no tenemos ninguno trucho, al menos eso es lo que creo”, dijo el abogado que reconoce que, entre los terminados, los que acordó y los que tiene en trámite, intervino en unos 90 juicios de caddies contra clubes de golf.
Pávito dijo que en su estudio les hacen algunas preguntas al demandante para ver si fue efectivamente caddie o no. ¿Qué se le pregunta?, inquirió LA NACION. “Por ejemplo, cantidad de hoyos que tiene la cancha en la que trabajó, cantidad de palos que lleva una bolsa y si conoce a alguien”, contestó.