La crisis en las universidades de EE.UU.: Columbia se endurece y emite suspensiones a los manifestantes propalestinos
WASHINGTON.- La Universidad de Columbia, epicentro de las protestas en las universidades norteamericanas por la guerra en la Franja de Gaza que han desatado una profunda crisis política, endureció al máximo su postura con los estudiantes instalados en el campamento en el campus al darles un ultimátum: irse, o ser suspendidos, o incluso expulsados. La amenaza de la universidad, que incluyó además un deadline duro –a partir de las 2 p.m. de este lunes–, fue ampliamente ignorada por la protesta, marcando un nuevo pico de tensión en una confrontación que crece sin una resolución a la vista.
La última escalada llegó tras el fracaso de una negociación entre la administración de la universidad y los estudiantes para llegar a un acuerdo, poner fin a la protesta y levantar el campamento, días antes del acto de graduación, previsto para el 15 de mayo, una fecha celebratoria que este año se encamina a quedar opacada –o, quizá, suspendida– por el conflicto en Medio Oriente.
“Como probablemente saben, el diálogo entre la Universidad y los líderes estudiantiles del campamento se encuentra, lamentablemente, en un punto muerto”, arranca la nota. “El actual campamento no autorizado y la perturbación en el campus de la Universidad de Columbia están creando un ambiente poco acogedor para los miembros de nuestra comunidad. Los actores externos también han contribuido a este entorno, especialmente alrededor de nuestras puertas, causando preocupaciones de seguridad, incluso para nuestros vecinos”, describe el aviso, de dos páginas. Columbia después urge a los estudiantes a despejar el campamento para “no privar” al resto de los estudiantes de la graduación, y anticipa que ofrecerá “un lugar alternativo” para protestar. Luego viene el ultimátum.
El menú de sanciones a los manifestantes incluye el impedimento para completar el semestre, la suspensión por “un semestre o más”, o, incluso, una expulsión
“Si no se elimina el campamento, tendremos que iniciar procedimientos disciplinarios debido a una serie de violaciones de las políticas universitarias”, amenaza la notificación despachada por la administración de Columbia, bajo una fuerte presión para levantar el campamento.
El menú de sanciones a los manifestantes incluye el impedimento para completar el semestre, la suspensión por “un semestre o más”, o, incluso, una expulsión. La notificación señalaba, además, que la universidad ya había identificado “a muchos estudiantes en el campamento”, y los intimaba a firmar un formulario al dejar el campamento para “comprometerse a cumplir con todas las políticas” de la universidad hasta fines de junio de 2025.
Lejos del efecto buscado, a las 2 en punto de la tarde, docenas de manifestantes seguían en el campamento mientras otros cientos formaban un piquete alrededor de los jardines en un cordón humano cantando: “¡Palestina libre, libre!”, y también otro canto que ha sido acusado de antisemita: “¡Desde el río hasta el mar, Palestina será libre!”, informó el periódico universitario, Columbia Spectator. Varios profesores con chalecos amarillos se unieron a la protesta.
El nuevo choque en Columbia ocurre justo cuando la ola de protestas se derramó fuera de las fronteras del país y se globalizó
Cumplido el plazo, Columbia comenzó a suspender a estudiantes.
El nuevo choque en Columbia ocurre justo cuando la ola de protestas se derramó fuera de las fronteras del país y se globalizó. En París, decenas de estudiantes franceses acamparon este mediodía en la Universidad de la Sorbona de París, dentro y fuera del edificio, después de una acción similar en Sciences Po el viernes pasado. Al menos 900 manifestantes han sido arrestados en las manifestaciones en contra de Israel y a favor de los palestinos en universidades en universidades de Estados Unidos como Yale o la Universidad de Indiana, en Bloomington. Y la Universidad del Sur de California (USC) tomó una decisión que otras casas de estudio intenta evitar a toda costa, a sabiendas de que quizá deban seguir por el mismo camino: cancelar la ceremonia de graduación.
La crisis en los campus tensó al país, profundizó la grieta abierta por la guerra entre Israel y Hamas en Gaza tras el ataque terrorista del pasado 7 de octubre y desató un cruce de acusaciones: los detractores de las protestas dicen que los manifestantes respaldan a Hamas y son antisemitas, mientras que sus partidarios dicen que el antisemitismo se usa como un arma para reprimir las críticas a Israel. Las protestas han ofrecido múltiples incidentes de acoso a estudiantes judíos. La Casa Blanca ha intentado marcar un equilibrio al respaldar la “protesta pacífica” y, al mismo tiempo, remarcar que el antisemitismo, el discurso de odio y la retórica hostil no tiene espacio en ningún lugar de Estados Unidos.
La presidenta de Columbia, Minouche Shafik, que quedó bajo una enorme presión para asfixiar la protesta, dijo este lunes en un comunicado que el campus está “sacudido por divisiones sobre la guerra en Gaza”, y que el campamento había creado “un ambiente poco acogedor” para muchos de estudiantes y profesores judíos. A la vez, afirmó: “No tenemos ninguna intención de suprimir la expresión o el derecho a la protesta pacífica”.
“Tampoco queremos privar a miles de estudiantes y sus familias y amigos de una celebración de graduación. Recuerden que muchos de los graduados de esta clase no tuvieron una celebración al graduarse de la escuela secundaria debido a la pandemia, y muchos de ellos son los primeros en sus familias en obtener un título universitario”, dijo Shakif, antes de pedirle a los que protestan que “se dispersen voluntariamente”.
Nada indicaba que fueran a hacerlo.