Crisis en Ucrania impacta economía latinoamericana. Esto es lo bueno, lo malo y lo feo

La guerra en Ucrania está sacudiendo a la economía mundial, incrementando la volatilidad de los mercados financieros y alimentando a la inflación. Pero para un puñado de países latinoamericanos el efecto hasta ahora ha sido más bien positivo, al favorecer los precios de las materias primas que exportan, resaltó un informe del Economist Intelligence Unit (EIU).

Cinco países de la región son los que están mejor posicionados para beneficiarse del auge de los commodities propiciado por el conflicto: Bolivia, Ecuador, Paraguay, Chile y Perú.

Pero el conflicto europeo no beneficiará a todos los países de la región, y produce efectos nocivos a aquellos que no tienen sus finanzas en órden, resaltó el documento al señalar que cinco países se muestran actualmente como los más vulnerables a la volatilidad de la guerra. Estos son, El Salvador, República Dominicana, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

La Economist Intelligence Unit es una unidad de negocios independiente de la revista británica The Economist, abocada a evaluar la economía mundial y el desempeño individual de los países. Sus informes son utilizados por inversionistas alrededor del mundo.

La gran pregunta para los países que se están beneficiando con la guerra es si los mayores ingresos provenientes de los commodities logrará traducirse en una tasa de crecimiento sostenido en esas economías.

Es obvio que los ingresos adicionales en esos países incidirán en una mayor tasa de inversión, un incremento en la tasa de creación de empleos y más consumo. Pero el informe advierte que también hay razones para pensar que el auge de los commodities en esta ocasión será diferente para América Latina.

“En primer lugar, la economía mundial parece estar en una posición más débil este año que en el auge anterior de las materias primas. La realidad es que ha requerido de shocks extremos en la oferta provocados por una pandemia y una guerra para que los precios de las materias primas suban hasta sus actuales picos”, señala el estudio.

Y en lo que ensombrece aún más el panorama de los commodities, en este momento están aumentando las preocupaciones sobre la salud de la economía de China, mientras que Estados Unidos se encuentra a la víspera de un nuevo ciclo de ajuste monetario a ser ejecutado con rapidez para contener a la inflación.

Pese a éstos nubarrones, algunos países de la región sí verán un mayor incremento del producto interno bruto este año como consecuencia de la crisis en Ucrania, dijo el EIU.

“Hemos revisado, de hecho, nuestros pronósticos del PIB al alza desde el comienzo del año y para algunas economías en la región, el auge de los commodities va a tener efectos dramáticos”, señala el informe.

“En Bolivia, por ejemplo, ya estaba claro a fines del año pasado que el auge en el precio del gas natural no sólo impulsaría un crecimiento mucho más rápido, sino que alteraría por completo la perspectiva de la política económica, lo que le permitiría a las autoridades evitar la aplicación de ajustes fiscales y cambiarios pendientes (y políticamente difíciles) que antes eran vistos como necesarios para evitar una crisis en la balanza de pagos”, agregó.

La situación es muy diferente para las naciones latinoamericanas que no exportan materias primas. Para ellas, la guerra es una noticia muy mala, particularmente cuando muchas de ellas fueron alcanzadas por la volatilidad derivada registrando niveles relativamente altos de endeudamiento, desequilibrios en su balanza de pagos y altos niveles de inflación, dijo el estudio.

Encontrándose en ese entorno de debilidad, éstos países estarán mal posicionados para resistir el impacto del esperado endurecimiento monetario interno de su principal socio comercial, Estados Unidos, país que contando con una economía en desaceleración reducirá la importación de productos latinoamericanos.

Para los países latinomamericanos que no exportan commodities, la combinación de menores exportaciones y un aumento los precios de los productos que importan, “aumentará los desequilibrios externos y la creciente presión fiscal” en momentos en que sus electores claman por más apoyo del gobierno.

Ese escenario eleva las probabilidades de una crisis financiera, alertó el estudio.