Las críticas de Trump fuerzan un dilema político prematuro para DeSantis

El gobernador Ron DeSantis, respondió el miércoles a la más reciente avalancha de críticas de Donald Trump, argumentando que estaba centrado en obtener resultados para la Florida y no en tratar de “desprestigiar a otros republicanos”.

Las declaraciones pudieran ser el comienzo de un delicado acto de equilibrio para el gobernador republicano en medio de una escalada de críticas, que pudiera ayudar a determinar el resultado de las primarias presidenciales del Partido Republicano del próximo año.

Entre los muchos retos a los que se enfrentaría DeSantis en una hipotética candidatura presidencial, pocos son más espinosos que cómo responder mejor a las críticas a menudo personales e infundadas de Trump, críticas que en el pasado han definido a los oponentes políticos y han ayudado al ex presidente a controlar los términos del debate.

Es un dilema que atormentó a los candidatos republicanos la última vez que Trump se presentó a unas primarias competitivas de ese partido, en 2016, incluidos sus compatriotas floridanos Marco Rubio y Jeb Bush.

Y algunos republicanos advierten que pudiera amenazar a la propia campaña hipotética de DeSantis si no encuentra una solución mejor.

“En 2016 nadie descubrió la mejor manera de contrarrestar los ataques de Trump”, dijo Alex Conant, ex asesor del senador Rubio. “Y así es, en parte, como acabó en la Casa Blanca”.

DeSantis aún no ha decidido públicamente si se postulará para presidente, centrándose en cambio en comenzar su nuevo mandato como gobernador. Pero su ausencia de la campaña electoral no ha impedido que Trump lo critique repetidamente, por lo general en la red social Truth Social.

Esas críticas alcanzaron un nuevo nivel el martes, cuando el ex presidente —sin pruebas— destacó una publicación en las redes sociales que acusaba a DeSantis de tratar de conquistar a estudiantes de secundaria. La acusación infundada siguió a una serie de críticas a DeSantis por parte de Trump esta semana, quien también dijo que DeSantis consentía a Antifa y se oponía a un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.

Al preguntársele al respecto en una conferencia de prensa el miércoles, DeSantis rechazó la acusación.

“Paso mi tiempo entregando resultados para la gente de la Florida y luchando contra Joe Biden”, dijo el gobernador. “Así es como paso mi tiempo, no tratando de desprestigiar a otros republicanos”.

La respuesta de DeSantis suscitó elogios de algunos republicanos, que la aplaudieron por contundente y concisa, aunque advirtieron que si DeSantis se postula a la presidencia, probablemente necesitará una respuesta mayor o más a fondo en el futuro.

“No está mordiendo el anzuelo”, dijo David Jolly, ex legislador republicano. “Y quizá tenga varios meses en los que pueda salirse con la suya sin morder el anzuelo”.

El meollo del dilema para DeSantis y otros candidatos republicanos que se enfrentan a Trump, dicen los estrategas, es que fácilmente pueden hacer demasiado o muy poco cuando responden al ex presidente.

Si se le rebate con demasiada contundencia o en términos personales, el candidato corre el riesgo de enturbiar su propia reputación y su mensaje. Se considera que Rubio, por ejemplo, perjudicó a su propia campaña tras sugerir que Trump tenía “manos pequeñas” durante la contienda de 2016.

Pero si se ignoran las críticas por completo también se corre el riesgo de que el candidato parezca débil, lo que le ocurrió al ex gobernador Bush después de que Trump dijo que tenía “poca energía”.

“Lo que no puedes hacer es tratar de luchar a su nivel”, dijo Conant. “No se te va a ocurrir un apodo mejor que el que él te va a poner. Creo que los candidatos tienen que apoyarse en su propia autenticidad y no tratar de reinventarse para contrarrestarlo”.

Conant instó a DeSantis a no dejar que Trump lo distraiga de su “mensaje central” de logros conservadores en la Florida.

Algunos defensores de DeSantis, por su parte, se animan con las críticas de Trump, argumentando que es una señal de que ve en el gobernador una gran amenaza para su candidatura. Algunas de las primeras encuestas de las primarias muestran que DeSantis aventaja a Trump en un hipotético mano a mano en algunos estados clave como Carolina del Sur.

Incluso algunos de los posibles rivales de DeSantis en las primarias reconocen que empezaría la contienda en una posición más fuerte que la mayoría de las alternativas a Trump, una lista que pudiera incluir a la ex gobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley; el ex secretario de Estado Mike Pompeo; el ex vicepresidente Mike Pence, y el ex gobernador de Arkansas Asa Hutchinson.

Algunos republicanos de la Florida dijeron que confiaban en que el gobernador maneje las críticas de Trump más hábilmente que los anteriores candidatos del Partido Republicano, citando lo que describen como su capacidad para responder a Trump pero sin dejarse absorber por prolongados y perjudiciales dimes y diretes con él.

“Ya sea que venga de la derecha o de la izquierda, el gobernador DeSantis ha manejado los ataques que le llegan de la mejor manera posible en estas situaciones: señalando su sólido historial conservador y su éxito electoral”, dijo Giancarlo Sopo, veterano estratega del Partido Republicano en el estado. “Este estilo es más parecido al aikido que a una pelea de bar, y creo que es prudente”.

La de esta semana no es la primera vez que Trump critica a DeSantis. A finales del año pasado, lo apodó “Ron DeSanctimonious”, y lo ha llamado repetidamente malagradecido por pensar en una candidatura presidencial a pesar del respaldo del ex presidente en las primarias del Partido Republicano para gobernador de la Florida en 2018. Trump regularmente se atribuye el mérito de la carrera política de DeSantis, diciendo que el entonces legislador nunca habría ganado sus primarias si no fuera por el apoyo de Trump.

También ha argumentado en contra de la versión de los hechos del gobernador, que DeSantis respaldó los confinamientos forzados por el gobierno durante la pandemia del coronavirus de 2020.

DeSantis también ha respondido antes, al menos indirectamente, señalando en enero que se ha enfrentado a críticas de todo tipo, pero aun así se las arregló para ganar la reelección el año pasado por un margen histórico. El comentario fue ampliamente visto como una indirecta contra Trump, quien perdió su propia campaña de reelección en 2020.

Los republicanos dicen que esperan que las críticas de Trump a DeSantis sean cada vez más frecuentes e incluso más personales, citando su enfoque en 2016. En esa campaña, el entonces candidato Trump criticó duramente a la esposa del senador Ted Cruz de Texas, su oponente en ese momento, mientras sugería que el padre del senador estuvo involucrado en el asesinato del presidente John F. Kennedy.