El combustible más contaminante del mundo ha sido prohibido en el Ártico, pero sigue utilizándose: ¿Por qué?

El combustible más contaminante del mundo ha sido prohibido en el Ártico, pero sigue utilizándose: ¿Por qué?

Los activistas han advertido de que la prohibición del fuelóleo pesado impuesta por la Organización Marítima Internacional (OMI) podría no reducir el uso de este combustible marino contaminante hasta dentro de cinco años.

A partir de hoy, los buques que naveguen por aguas árticas no podrán utilizar ni transportar fuelóleo pesado (HFO, por sus siglas en inglés) en virtud de un reglamento de la agencia marítima de la ONU que la OMI adoptó en 2021. La prohibición tiene por objeto evitar efectos medioambientales devastadores en la sensible región ártica y su fauna y flora.

Pero los grupos ecologistas señalan la existencia de lagunas -como el ámbito geográfico, las exenciones y las dispensas- que hacen que muchos buques puedan seguir transportando este combustible. La mitad del litoral ártico es responsabilidad de Rusia, que tiene más de 800 buques en esas aguas y no tiene previsto aplicar la nueva normativa.

Vista de montaña en el archipiélago de Svalbard, en la región ártica de Noruega, donde está prohibido el fuel pesado.
Vista de montaña en el archipiélago de Svalbard, en la región ártica de Noruega, donde está prohibido el fuel pesado. - AP Photo

¿Qué es el fuelóleo pesado (HFO) y por qué es un problema?

Según la organización sin ánimo de lucro Clean Arctic Alliance, el fuelóleo pesado es un combustible viscoso y contaminante que representa alrededor del 80% del combustible marino mundial. Está prohibido en la Antártida desde hace más de una década y, desde 2022, en las aguas que rodean el archipiélago ártico noruego de Svalbard. Pero actualmente, alrededor del 75% del combustible marino que se transporta en el Ártico es HFO.

El HFO plantea dos grandes problemas medioambientales: sus emisiones y la dificultad de limpiar los vertidos. El primero ocurre cuando se quema el HFO, creando gases de escape llenos de partículas de carbono negro.

Éstas reducen la reflectividad de la nieve, los glaciares y el hielo marino del Ártico, aumentando su capacidad de absorber calor. A medida que la crisis climática modifica la naturaleza del Ártico, se abren más rutas de navegación, lo que aumenta el riesgo de emisiones y contribuye a acelerar el bucle de retroalimentación del calentamiento global.

Clean Arctic Alliance afirma que las emisiones de carbono negro del transporte marítimo aumentaron un 85% entre 2015 y 2019: la prohibición de la OMI solo reducirá su volumen en un 5%.

WWF afirma que el HFO es tan sucio que la legislación internacional exige que se elimine su contenido de azufre antes de ser emitido. Desgraciadamente, esta laguna tecnológica -que utiliza agua de mar para "lavar" los gases de escape- significa que los contaminantes se liberan en el océano en lugar de en el aire. Más del 97% del volumen total de residuos contaminantes de los buques en aguas canadienses procede de los depuradores.

¿Por qué son tan peligrosos los vertidos de fuelóleo pesado?

Los combustibles marinos se clasifican por su viscosidad. El HFO es una mezcla espesa, parecida al alquitrán, de aceites residuales pesados, los subproductos creados en la refinería de aceites más ligeros. Es un 30% más barato que otros fuelóleos. Su densidad en relación con el agua puede variar, por lo que el petróleo derramado puede flotar, hundirse o quedar suspendido en el agua.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica describe el HFO como un petróleo "persistente". Sólo entre el 5% y el 10% del petróleo se evapora en las primeras horas tras el vertido. Los vertidos suelen formar gruesas manchas en la superficie del agua, algunas de las cuales se rompen en bolas de alquitrán de varios metros de diámetro. Los vientos y las corrientes oceánicas pueden arrastrarlas cientos de kilómetros.

Cuando el HFO se derrama en aguas polares, el frío tiene un efecto emulsionante. Esto ralentiza su descomposición y hace casi imposible su limpieza. En el Ártico, los esfuerzos ya se han visto obstaculizados por el hielo, el frío extremo y la accesibilidad limitada para traer el equipo necesario para hacer frente a grandes vertidos. Estos vertidos ponen en peligro a especies como la morsa, el oso polar y la beluga, asfixian a los organismos intermareales y contaminan los sedimentos a largo plazo.

Un oso polar nada en aguas del Ártico. El fuel pesado pone en peligro a esta especie.
Un oso polar nada en aguas del Ártico. El fuel pesado pone en peligro a esta especie. - Photo by Annie Spratt on Unsplash

¿Cuál es la eficacia de la prohibición del HFO impuesta por la Organización Marítima Internacional?

El Consejo Internacional de Transporte Limpio calcula que alrededor del 74% de los buques que utilizan actualmente HFO pueden seguir haciéndolo en virtud de la nueva normativa. Los buques con "tanques de combustible protegidos" están exentos de la prohibición. Los tanques de combustible protegidos pueden reducir el riesgo de vertido, pero seguirán contribuyendo a las emisiones de carbono negro y a la contaminación de las aguas residuales procedentes de la depuración.

Aunque la Ley noruega de protección del medio ambiente de Svalbard ya prohíbe el HFO -que recientemente se aplicó con una multa de un millón de coronas noruegas (87.508 euros) a una naviera irlandesa-, los países ribereños del Ártico pueden conceder exenciones o dispensas en sus aguas territoriales a los buques de sus respectivos países.

Canadá ha manifestado su intención de conceder exenciones a los buques nacionales que transporten alimentos y combustible a las comunidades árticas. Finlandia ha sugerido que hará cumplir la normativa, mientras que Estados Unidos y Dinamarca aún no han hecho comentarios.