Ciudad vacía. El fuerte éxodo por Año Nuevo genera demoras en las rutas hacia la costa bonaerense
El éxodo de fin de año comenzó con complicaciones para quienes se dirigen a la costa atlántica bonaerense y a Chile, destinos elegidos por miles de argentinos para las vacaciones. Este 28 de diciembre, el flujo vehicular en la Autovía 2 y la ruta 11 alcanzó niveles récord, con más de 2.400 vehículos por hora y demoras registradas desde hace 8 horas en dirección a las playas bonaerenses. La información fue confirmada a LA NACIÓN por fuentes de la empresa concesionaria Aubasa. A esto se suman las largas esperas en el paso fronterizo Los Libertadores, donde el tiempo para cruzar de Mendoza a Chile llegó a extenderse a más de siete horas en los últimos días.
En la Autovía 2, la situación comenzó a complicarse desde las primeras horas de la mañana,, especialmente en los peajes, donde la congestión se intensificó debido a la limitada cantidad de vías habilitadas. “Es un caos total, siempre pasa lo mismo cuando queremos viajar para pasar Año Nuevo en Mar del Plata”, expresó Mariana Acosta, quien lleva más de cuatro horas demorada en la Autovía 2 junto a su marido y su hijo de cinco años, a este medio. “No puede ser que cada año sea igual. Los peajes tienen pocas cabinas habilitadas, el tránsito es interminable y no hay organización para manejar tanto flujo de autos. Venimos con el auto cargado, mi hijo está cansado y nosotros desesperados por llegar. Es como si nunca aprendieran a prepararse para estos días”, agregó con visible frustración.
La finalización de obras en la Autovía 2, anunciada semanas atrás, generó expectativas sobre una mejora en la circulación, pero algunos puntos críticos como el cruce de las rutas 11 y 56 siguen siendo focos de congestión. Este último, donde aún no se ha completado un distribuidor vial financiado por el gobierno nacional, se perfila como uno de los mayores desafíos logísticos para el operativo de tránsito durante el verano.
En paralelo, los argentinos que eligieron cruzar la Cordillera de los Andes para vacacionar en Chile enfrentaron largas filas en el paso internacional Los Libertadores. Desde antes de Navidad, el movimiento comenzó a intensificarse, alcanzando más de 6.000 personas por jornada en los últimos días. Se espera que esta cifra continúe aumentando, especialmente el 31 de diciembre y durante los primeros días de 2025. Aunque el complejo está operativo las 24 horas, los estrictos controles aduaneros ralentizan el ingreso a Chile, mientras que el regreso a la Argentina desde el complejo Los Horcones se realiza en aproximadamente 20 minutos.
El gobierno de Mendoza activó un plan de contingencia para mitigar los inconvenientes en el cruce fronterizo. Este incluye “paradores de espera” con servicios básicos en puntos como Penitentes y Puente del Inca, donde los automovilistas pueden hacer una pausa antes de continuar el viaje. Sin embargo, la previsión de mal tiempo en alta montaña, sumado a la alta demanda turística, dificulta la fluidez del tránsito.
En cuanto a las rutas hacia la costa atlántica, el panorama es mixto. Por un lado, la repavimentación de tramos de la Autovía 2 y las mejoras en los puentes sobre el río Samborombón y el arroyo El Chancho han reducido los tiempos de viaje en comparación con el último verano. Por otro lado, persisten reclamos por la falta de mantenimiento en ciertos sectores, especialmente en la zona cercana a Coronel Vidal y en el acceso a Mar del Plata, donde los conductores reportaron grietas y superficies desparejas.
Nicolás Frasca, quien decidió trasladarse desde San Telmo hacia Miramar para iniciar la temporada como DJ, detalló a LA NACIÓN su experiencia de viaje. “Salí a las 8 de la mañana y tardé siete horas y media en llegar. Lo normal son cinco horas. No sé si fue por el peaje, un accidente o una mala organización, pero el viaje fue muy lento. Decidí viajar hoy porque el lunes llega mi familia y no quería lidiar con las demoras de los días más concurridos, y me encuentro con esto, tardando horas y horas. En un momento, pensé en dar la vuelta y volver”, relató.
El impacto económico de los peajes es uno de los puntos más sensibles para los viajeros que se dirigen hacia la costa atlántica. Las cabinas de Samborombón y Maipú, en la Autovía 2, son las que concentran las tarifas más altas, con un costo de $5.300 cada una. A esto se suman los $2.000 que se deben abonar en los peajes de Dock Sud y Hudson, en la autopista Buenos Aires-La Plata, durante las horas pico. Este esquema tarifario implica que un viaje promedio a Mar del Plata cueste aproximadamente $14.600 solo de ida, alcanzando un total de $29.200 entre ida y vuelta.
El incremento tarifario, autorizado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, incluye subas en todo el corredor vial atlántico, así como en la autopista Buenos Aires-La Plata. Según lo publicado en el Boletín Oficial, las actualizaciones responden a la necesidad de financiar obras de mantenimiento y ampliación de las rutas. Sin embargo, los usuarios cuestionan si estas mejoras se reflejan en la realidad, especialmente en sectores críticos como los accesos a Mar del Plata y las intersecciones entre las rutas 11 y 56, donde las demoras son recurrentes.
Con la colaboración de Pablo Mannino