MAR DEL PLATA.– Fuertes vientos y una crecida de mar excepcional coinciden desde anoche en este frente de costa, donde las primeras consecuencias fueron caídas de algunos árboles, luminarias y tendidos aéreos de cables en distintos puntos de la ciudad.

Las ráfagas durante la noche superaron los 70 kilómetros por hora y castigaron fuerte a toda esta zona, aunque sin provocar daños relevantes.

Si bien las condiciones que se anticipaban eran pésimas, desde el municipio de General Pueyrredon consideraron que no era necesario disponer suspensión de clases durante la jornada de hoy. Distinta decisión tomaron en las comunas vecinas de Mar Chiquita y General Alvarado, donde resolvieron mantener cerradas las escuelas, al menos durante turno mañana. Antes de mediodía iban a resolver si extendían la medida al turno tarde.

Desde el municipio se había anunciado ayer por la tarde el alerta meteorológico frente a un pronóstico muy adverso, tanto desde el Servicio Meteorológico Nacional como del Servicio de Hidrografía Naval.

El primero confirmaba un período de tormentas y vientos de hasta 87 kilómetros por hora, los que tomaron su máxima expresión durante esta madrugada.

El otro anticipaba una pleamar por encima de los valores habituales. Eso significó que desde anoche, con aporte adicional de fuerte oleaje, el mar avanzara sobre el frente de playas varios metros. Y que golpeara con fuerza sobre murallones y escolleras. Hasta el momento no se relevaron daños en balnearios.

Sin complicaciones importantes

“Tuvimos una noche muy movida, con mucho trabajo, pero sin complicaciones importantes”, confirmó Alfredo Rodríguez, director de Defensa Civil, organismo que se encargó de atender mayoría de las emergencias que se dieron desde el inicio de este período de mal tiempo.

Enumeró caída de siete árboles, algunos semáforos y luminarias de vía pública y también cables caídos. Se respondió a esos llamados y se normalizó la circulación vehicular luego de despejar esos elementos rendidos ante la potencia de los vientos.

En otros distritos de la costa, tanto hacia el norte como en el extremo sur que llega hasta la zona de Monte Hermoso, reconocen una importante incidencia de vientos y sobre todo una crecida del mar que ganó mucho terreno. En estos casos tampoco se advirtieron daños importantes.

Ciclón extratropical

De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), un ciclón extratropical, también llamado tormenta de latitud media, es un sistema de bajas presiones que se desarrolla fuera de los trópicos, entre las latitudes de 30° y 60°. Este fenómeno surge cuando se encuentran dos masas de aire de diferentes temperaturas, creando un “frente” que puede ser frío o cálido.

“Lo que tenemos en la provincia de Buenos Aires es la formación de un sistema de baja presión. Todo el planeta está lleno de centros de altas y bajas presiones, se forman constantemente, maduran y se disipan. Técnicamente, el nombre que engloba a todos los tipos de bajas presiones es ciclón. Mientras que génesis viene del latín y quiere decir nacimiento. Entonces, el nombre científico para definir a la formación de un sistema de baja presión es ciclogénesis. Ahora, tenemos un proceso de ciclogénesis, es algo completamente normal, completamente habitual, ocurre alrededor de 8 o 10 veces al año en esta zona”, describe la experta del Sistema Meteorológico Nacional (SMN), Cindy Fernández.

Las tormentas extratropicales varían en intensidad, desde lluvias leves y vientos moderados de entre 16 y 30 kilómetros por hora, hasta lluvias torrenciales y vientos que superan los 120 kilómetros por hora. Estos fenómenos pueden desarrollarse tanto sobre tierra como sobre el mar, manteniendo en alerta a las áreas afectadas debido a las adversas condiciones climáticas que generan.