Pelosi se deshace en elogios y apoyo a Taiwán en una visita que enfurece a China

Por Yimou Lee y Sarah Wu

TAIPÉI, 3 ago (Reuters) -La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, abandonó el miércoles Taiwán tras prometer solidaridad y alabar su democracia, dejando un rastro de cólera china por su breve visita a la isla autogobernada que Pekín reclama como propia.

Pekín demostró su indignación por la visita de mayor nivel de Estados Unidos a la isla en 25 años con un despliegue de actividad militar en las aguas circundantes, convocando al embajador de Estados Unidos en Pekín y anunciando la suspensión de varias importaciones agrícolas de Taiwán.

Según el Ministerio de Defensa de Taiwán, algunas de las maniobras militares previstas por China iban a tener lugar dentro del territorio marítimo y aéreo de 12 millas náuticas de Taiwán, una medida sin precedentes que un alto cargo de Defensa describió a los periodistas como "equivalente a un bloqueo marítimo y aéreo de Taiwán".

Pelosi llegó a última hora del martes con una delegación del Congreso para una visita no anunciada pero que ha generado inquietud en todo el mundo, desafiando las repetidas advertencias de China. Según Pelosi, la visita demuestra el inquebrantable compromiso de Estados Unidos con la democracia de Taiwán.

"Nuestra delegación ha venido a Taiwán para dejar claro que no abandonaremos a Taiwán", dijo Pelosi a la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, de quien Pekín sospecha que está impulsando la independencia formal, una línea roja para China.

"Ahora, más que nunca, la solidaridad de Estados Unidos con Taiwán es crucial, y ese es el mensaje que traemos aquí, hoy", dijo durante una visita de aproximadamente 19 horas.

Pelosi, tradicionalmente crítica con China, especialmente en materia de derechos humanos, se reunió con un antiguo activista de Tiananmén, un librero de Hong Kong que había sido detenido por China y un activista taiwanés recientemente liberado por China.

La furia en China por el desafío de la política demócrata de 82 años a Pekín se hizo evidente en todas las redes sociales chinas, donde una bloguera se quejó: "esta vieja diablesa, ¡se atreve a venir!".

El último presidente de la Cámara de Representantes que viajó a Taiwán fue Newt Gingrich, que lo hizo en 1997. Sin embargo, la visita de Pelosi se produce en un contexto de fuerte deterioro de las relaciones entre China y Estados Unidos, tras la irrupción de China, en el último cuarto de siglo de China, como una fuerza económica, militar y geopolítica mucho más poderosa.

China considera que Taiwán forma parte de su territorio y nunca ha renunciado a utilizar la fuerza para someterlo a su control. Estados Unidos advirtió a China que no utilizara la visita como pretexto para una acción militar contra Taiwán.

Como represalia, el departamento chino de aduanas anunció la suspensión de las importaciones de cítricos, peces sable blancos y jureles congelados procedentes de Taiwán, mientras que su ministerio de comercio prohibió la exportación de arena natural a Taiwán.

Aunque apenas hubo señales de protesta contra objetivos o bienes de consumo estadounidenses, hubo una importante presencia policial ante el consulado de Estados Unidos en Shanghái y unos niveles de seguridad aparentemente más importantes de lo habitual ante la embajada en Pekín.

EJERCICIOS MILITARES

Poco después de la llegada de Pelosi, los militares chinos anunciaron simulacros aéreos y marítimos conjuntos cerca de Taiwán y lanzamientos de prueba de misiles convencionales en el mar al este de la isla, y la agencia estatal de noticias china Xinhua describió simulacros con fuego real y otros ejercicios alrededor de Taiwán desde el jueves hasta el domingo.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo que la visita de Pelosi perjudica gravemente la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, "tiene un impacto severo en la base política de las relaciones entre China y Estados Unidos, y vulnera gravemente la soberanía y la integridad territorial de China".

Antes de la llegada de Pelosi el martes, aviones de guerra chinos sobrevolaron la línea que divide el estrecho de Taiwán. El ejército chino dijo que estaba en alerta máxima y que lanzaría "operaciones militares selectivas" en respuesta a la visita de Pelosi.

El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo tras la llegada de Pelosi a Taiwán que Estados Unidos "no se va a dejar intimidar" por las amenazas o la retórica belicosa de China y que no hay razón para que su visita precipite una crisis o un conflicto.

Kirby dijo que China podría ejercer una "coerción económica" sobre Taiwán, y añadió que el impacto en las relaciones entre Estados Unidos y China dependerá de las acciones de Pekín en los próximos días y semanas.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, discutió la posibilidad de la visita de Pelosi con su homólogo Wang Yi durante una reunión del G20 en Bali el mes pasado, y dijo que cualquier viaje de este tipo sería totalmente una decisión de Pelosi e independiente del Gobierno de EEUU, dijo un alto cargo estadounidense el miércoles.

"LA AMBICIÓN DE CHINA"

Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas oficiales con Taiwán, pero está obligado por la legislación estadounidense a proporcionarle los medios para defenderse. China considera que las visitas de representantes estadounidenses a Taiwán son una señal alentadora para los independentistas de la isla. Taiwán rechaza las reivindicaciones de soberanía de China y afirma que sólo el pueblo taiwanés puede decidir el futuro de la isla.

El ejército de Taiwán aumentó su nivel de alerta. Su Ministerio de Defensa dijo que 21 aviones chinos entraron en su zona de identificación de defensa aérea el martes, y que China estaba intentando amenazar puertos y ciudades clave con ejercicios en las aguas circundantes.

"Las denominadas zonas de simulacro se encuentran dentro de los canales internacionales más transitados de la región Indo-Pacífica", dijo el miércoles a Reuters un alto cargo de Taiwán familiarizado con su planificación de seguridad.

"Podemos ver la ambición de China: convertir el estrecho de Taiwán en aguas no internacionales, así como hacer de toda la zona al oeste de la primera cadena de islas en el Pacífico occidental su esfera de influencia", dijo el responsable.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de China afirmó que sus ejercicios militares en torno a Taiwán no han causado ningún problema de libertad de navegación.

(Yimou Lee y Sarah Wu; redacción de Tony Munroe; edición de Simon Cameron-Moore y Stephen Coates; traducido por José Muñoz y Flora Gómez)