“Un centro oncológico no lo es por el nombre”: paciente protesta con huelga de hambre por falta de recursos para el cáncer en Tijuana

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El Centro Oncológico Ambulatorio de Tijuana fue inaugurado en agosto de 2022 por la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar, con la promesa de que fortalecería los servicios de salud de la zona costa del estado y atendería a pacientes con cáncer a nivel regional.

Según las declaraciones de la funcionaria durante la inauguración, anteriormente no se contaba con un espacio digno para la atención de esa enfermedad en la ciudad. El nuevo centro atendería a 2 mil 800 personas al mes.

Ahora por cumplir casi un año de inaugurado, pacientes con cáncer se quejan de que constantemente faltan medicamentos y el equipamiento necesario para sus tratamientos.

Protesta con huelga de hambre por falta de recursos de centro oncológico en Tijuana

Esa es la razón que condujo a la huelga de hambre que sostiene el activista Emmanuel García González por sexto día consecutivo, tras una protesta colectiva que no fue escuchada el lunes pasado.

En entrevista, asegura que llegará al octavo día, si es necesario, o hasta que las autoridades den atención o respuesta a la problemática.

“De los pacientes, se acercaron a mí personas en tratamientos de hepatitis C, de diálisis, del mismo cáncer con necesidad de radioterapias, de ultrasonidos mismos y otras cuestiones complementarias a sus tratamientos, e inclusive de medicamentos faltantes.

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“Esa fue la historia, y nos pusimos de acuerdo para protestar el lunes a mediodía, los pacientes generales. Yo el domingo tomé la decisión de no ingerir alimentos a la medianoche porque sabía que algo me decía que no nos iban a hacer caso, estaban desestimando ya muchas cosas de las que yo veía que ya tienen mucho tiempo”, señala.

Entre ellas, las radioterapias y los estudios PET/CT.

Tras la desaparición del Insabi –asegura el activista–, las personas han quedado a su suerte por la falta del tercer nivel de atención en el sector salud.

“Todo es contrario a lo que sería el primer mundo, o Dinamarca, o la narrativa de nuestro presidente, y estamos en una realidad completamente adversa”, agrega García González, quien llegó a las puertas del centro oncológico alrededor del lunes al mediodía, cuando ocurrió la protesta, ya con 12 horas sin comer.

Fue entonces que hizo la notificación de su huelga de hambre, y de que permanecería ahí ya que nadie había acudido a la protesta ni atendido las exigencias de los pacientes.

Desde su perspectiva, las autoridades que hoy deberían responder son el doctor Adrián Medina Amarillas, secretario de salud del estado, y Del Pilar, o bien, el secretario general de gobierno, Catalino Zavala.

Lejos de resolver las inconformidades, por lo pronto solo están recabando un informe general sobre la huelga de hambre.

Al cumplir casi las 104 horas de huelga de hambre, nadie había acudido a tomar los signos vitales de García González, quien, además, asegura haber sido agredido por guardias al usar el baño –como le había asegurado que podía hacerlo la comisión estatal de derechos humanos–, así como por elementos municipales.

Aunque los primeros días ni siquiera tomó agua, la recomendación médica fue que no se excediera de cuatro o cinco días para cuidar su salud, pues, además, él mismo está en espera de recibir un diagnóstico tras la presencia de síntomas que lo han alarmado. Por ello, ingirió agua entre la hora 72 y la 80.

“Sabemos que ayer (jueves) mi gobernadora y mi secretario del estado estaban en Palacio Nacional. Queremos creer que fueron a hablar este tema con el presidente o a resolver algo del tema de recursos.

“Pedimos que nos exhiban las facturas de compra del acelerador lineal que va a brindar radioterapia, de los estudios PET/CT, del equipo también, todos ellos no tienen un valor superior a los 80 mil pesos”, exige el activista.

Hasta ahora, asegura, son 863 días de que les prometieron un centro completamente equipado.

Para él, las autoridades no tienen interés o se encuentran en un confort de protección, que no sabe de dónde provenga, de que no van a existir consecuencias.

Incluso, antes, para su propio diagnóstico y para los tratamientos de otras personas con hepatitis C, les dijeron que acudieran al IMSS Bienestar. Aunque la entidad ya está adherida a ese esquema, el servicio aún no es funcional, acusa.

Desde la administración anterior, del exgobernador Jaime Bonilla, se prometió el acondicionamiento del centro oncológico, pero el cumplimiento nunca llegó.

Después, se acondicionó un área en la que se invirtieron menos de 10 millones en remodelación, y desde el 30 de abril del año pasado, poco después de la inauguración, el activista protestó por la ausencia de todos los aparatos y servicios necesarios.

Se trató de unos murales con las manos de niños y adultos pacientes, y unos corazones, que aún permanecen en la instalación hospitalaria.

Una larga lucha

Los pacientes que reciben atención a sus enfermedades en el centro oncológico, y a quienes se les adeuda tratamientos, estudios, algún servicio complementario o medicamentos, acudieron este viernes a narrar, desde su propia perspectiva, sus testimonios y su condición.

En algunos casos, el cáncer ha reaparecido por la falta de acceso a tratamientos y ahora deben ir hasta Mexicali para pedirlos, aun si a veces regresan de nuevo con las manos vacías.

Emmanuel García González conoce y ha acompañado estas exigencias desde tiempo atrás, mediante la organización Por tu amor, que ha trabajado desde hace 10 años en la región.

Sus exigencias se hicieron más profundas, recuerda, a partir del 2019, tras la crisis de desabasto de medicamentos.

En ese año, asegura, señalaron y demostraron el desabasto, y hasta hoy siguen enfrentando la falta de ciertos medicamentos.

En diciembre de 2019 protestó en Acapulco, donde entonces vivía, junto a una pareja por la falta de quimioterapia para su hijo, que finalmente llegó hasta abril del siguiente año.

“Y no es de hoy, todo lo que te estoy diciendo. La otra vez estuvimos seis meses sin radio, la vez pasada también cerramos la ready lane, la garita, aquí hay tres garitas, una que es la old traffic, otra que es ready lane y otra que es la Sentri.

“En esa ocasión tomamos la garita también, y fue que conseguimos este centro en otra de las visitas del presidente con Alcocer, y la que lo culminó fue Marina del Pilar. Es un decir culminó: hizo una fachada guinda y le puso ‘centro oncológico’. Un centro oncológico no lo es por el nombre, sino por el equipamiento y los estudios”, señala García González.

Ahora, con la petición de atención y diagnóstico para él mismo, hasta que cumplió cerca de 34 horas en huelga de hambre pudieron ofrecerle un ultrasonido, pero sigue sin diagnóstico.

En el 2021 ya había hecho otra huelga de hambre en la instalación hospitalaria que se ubicaba ahí mismo, antes del centro oncológico, dedicada al mismo tema pero sin las condiciones y la rehabilitación necesaria.

Para este momento, ya hace falta incluso un módulo de detección de cáncer de próstata y testicular, reclama.

Unas 20 personas –las que aún tienen la salud necesaria para trasladarse– se dieron cita este viernes para volver a expresar su inconformidad, entre quienes requieren diálisis y quienes necesitan tratamiento para cáncer.

Las principales quejas son la falta de radioterapias, la ausencia de continuidad en medicamentos y tratamientos, así como en los diagnósticos y estudios complementarios. En general, en la integralidad del servicio y el tratamiento.

Al no ser atendidos, después de una nueva hidratación y el bloqueo intermitente de la garita, el activista ha decidido continuar la huelga de hambre y dejar de comer hasta el día ocho o incluso 10.

Los días críticos serían del ocho al 16. En el ocho, adelanta, probablemente decidiría comer y conservar el ayuno parcialmente, para prolongar la protesta con el consumo de pequeñas cantidades de alimentos esenciales de bajo contenido calórico –chayotes y zanahorias– y algunos granos o legumbres.

El lunes o martes, el colectivo consideraría llegar incluso a Palacio Nacional o la sede de alguna dependencia federal en la ciudad de México.

“Yo puedo prolongar esta huelga, aunque ingiera alimentos para no morir, porque eso también demuestra que no nada más muere la gente por enfermedad, sino por la falta de atención y negligencia en cada una de nuestras enfermedades.

“Igual que la huelga, nadie me atendió. Estoy dispuesto a prolongarla hasta que nos muestren las facturas… Aquí sigo a la espera”, advierte.