“Está más caro que otros años”: cuáles son los precios que se manejan en Pinamar y cuál es la tendencia que eligen los turistas
PINAMAR (Enviada especial).- “Por una cuestión económica este año optamos por cuatro días. La verdad es que eso hizo que acortáramos las vacaciones. Y es el doble de esfuerzo que estamos haciendo”, cuenta Mercedes. Vino desde Merlo, San Luis, con sus cuatro hijas y su madre, para empezar el año en esta ciudad balnearia.
Es una tendencia que se repite: ya casi no hay familias que vengan la quincena completa, optan por una semana o escapadas de fin de semana. “Una demanda más espontánea y de último momento”, que ilusionaba a los hoteleros y gastronómicos que esperaban el arranque de una temporada que ya se muestra demorada.
“Eso que hacías otros años, este año no”, resume Juan Carlos. Está sentado en la ronda de mate con otras tres familias. Andrés Jacofsky, que está a su lado, ejemplifica: “Nosotros alquilábamos siempre carpa y este año, no. Está $40.000 el día. Otros años no nos parecía un número importante y dividíamos entre dos familias”.
“Los últimos años veníamos a aparts más modernos y este nos alojamos en uno más antiguo Lo cerramos en octubre, y está lleno, pero porque es más accesible. A los que íbamos antes todavía tienen lugar, me siguen llegando promociones”, suma su mujer.
“Si vas a comer afuera es imposible. Para siete personas estamos hablando de 100.000 pesos y el año pasado esa misma cena eran $40.000. No está pensado para que salgas todas las noches a comer afuera, en Buenos Aires no lo hacés”, sigue Juan Carlos. Y describe: “Lo que yo veo es que la gente come y después da la vuelta al perro: cafecito y un helado, que es más barato y no lo resignás”.
En el grupo hay por lo menos seis adolescentes. “El heladito y esas cosas son $5000 por chico”, aporta su mujer, Claudia Prandi, y cuenta que algunos precios subieron después de Año Nuevo: “El samba está $2000. ¡Tres minutos, $2000! Y el 31 [pasado] salía $1000″.
Marianela Beatriz, propietaria del balneario La Posta del Mar, coincide: “En el consumo se nota mucho. Antes teníamos turno de comidas, ahora una sola. Son las 19 y esto antes estallaba de gente pidiendo rabas, una cerveza, ahora está muy tranquilo”.
Las carpas, que cuestan $45.000 por día, están todas completas para este mes. “Están llenas porque es un público que viene todos los años. Repiten el número de carpa, conocen a sus vecinos. Pero hay tres o cuatro sombrillas vacías, eso antes no pasaba. A mí, me da pena llegar quizás a las 13 al balneario y ver que hay lugar para estacionar cuando en otra época los clientes me dejaban las llaves y yo andaba acomodando porque no entraban”.
Como suele suceder todos los años, la ocupación en Año Nuevo fue buena. El cambio se sintió el 30 pasado cuando, tras superar una ruta caótica, la ciudad se pobló con aquellos que elegían Pinamar para recibir 2024.
En una temporada que venía demorada, y con una demanda clavada desde principios de diciembre, según los datos del Observatorio Turístico y Económico, de la Secretaria de Turismo y Desarrollo Económico de Pinamar, ese fin de semana el promedio general de ocupación en todo el partido fue de un 75%. Lideraba Cariló, con un 84%, seguido por Ostende, con el 74,5%; Valeria, con el 74% y Pinamar, con el 70%.
“Todo el rubro gastronómico, hotelero, inmobiliario nos dicen que tenemos una merma respecto de lo que fue el año pasado. Pero en términos relativos con otros destinos, Pinamar no sufrió una merma tan marcada. Si, hay una fuerte notoriedad en lo que son los fines de semana y luego de lunes a jueves, que cae. Entonces, de lunes a jueves teníamos una ocupación promedio del 70% y los fines de semana estás entre un 80% y un 90%. Hasta ahora no se llegó al 100% en ningún fin de semana en materia de hotelería e inmobiliaria, sabiendo que el fuerte también es la segunda quincena”, dijo a LA NACION Lucas Ventoso, secretario de Turismo y Deportes de la Municipalidad de Pinamar.
Matías Meliá, de la inmobiliaria C21 Kozuszok, indica: “Hoy tenemos un promedio de ocupación en los distintos servicios turísticos dentro de Pinamar del 60% o 65% durante la semana y del 80% al 90% durante los fines de semana. Esto habla de una temporada con una proyección promedio del 70% de utilización de servicios turísticos durante enero. Es una temporada de estadías mucho más cortas y con una fuerte demanda espontánea para la realización de la reserva, con mucho menos tiempos y planificación respecto a otras. Febrero sigue siendo una incógnita ya que aún no tenemos ni muchas reservas ni consultas para ese mes. Lo que si hemos notado es que las reservas de los productos premium se realizaron con mucha antelación y tienen un a ocupación promedio 10% superior al de las reservas de la ciudad”.
“Las carpas las tenemos ocupadas. Yo hice una preventa en octubre más barata, me aseguré estar acá”, cuenta Carlos Bastons, concesionario del parador Marbella. Y completa: “La gente se cuida en la gastronomía. Cuando caminás en el centro, no ves los restaurants como antes. La hotelería por ahí no está completa”.
“De cuatro días, tres comés en tu casa y uno, salís. Mi cálculo es que más o menos se gasta $70.000 para cuatro personas”, resume Cecilia Garriga. Vino con su hija y otra familia amiga. “Hay gente que se está abusando”, dice Horacio Ferreira. “Está más caro que otros años”, suma su mujer Mariela Pesce.”Pero, como somos de Mendoza, no nos parece tan caro. Allá está todo dolarizado, imposible. Hasta a nosotros nos cobran en dólares. Ir a comer a una bodega sale $100.000. Pero bueno, venimos igual, trabajamos todo el año para esto”, suma mientras tira los dados para seguir con la generala.
El alojamiento lo reservaron en julio, y en dólares, como hace mucho años. “Pero ya teníamos el contacto. Hace muchos años que venimos al mismo, entonces le hablamos en julio y chau”, explica.
“Carísimo”, resume Paola Sanrosi, de Ramos Mejía. Hace 20 años que vacaciona en Pinamar con su familia. Está con su madre, su hijo, su hermana, su cuñado y sus sobrinas. Optan siempre por comer en su departamento. “El supermercado está igual, hay que caminar. A comer afuera fuimos el primer día a un lugar normal. Yo vengo hace bastantes años, entonces conozco dónde moverme. Sí, quizás me doy el gusto porque me gusta cocinar y compro algún vino rico. Pero busco mucha promoción, hay mucho con los bancos”, cuenta.
“El año pasado en los paradores se podía algún tostado, pero hoy no. Mi hijo tiene 21 años y sale todos los días y mínimo le doy 10.000 pesos”, agrega.
“Playa, sol y mar”, sintetiza Sanrosi, pero aclara: “Yo, quizás, puedo estar acá, porque mi suegra me dejó un departamento, entonces no pago alojamiento”.
“La gente se larga, ven que consiguen, están menos días. El que antes reservaba 10 días, hoy reserva 5 o 7. Hay un cuidado de la plata, hay mucha negociación, con una restricción de consumo. Las rotiserías están a full. Las próximas dos semanas van a ser muy parejas, vamos a promediar el 70%-75% de ocupación. Es bajo, pero, para el estado de situación económica del país, hay que contarlo como un éxito. Va a subir en los fines de semana. Creo que estamos en camino de pasar de regular a buena. Vamos a depender de cómo viene febrero, que hoy es una incógnita”, analiza Pedro Marinovic, secretario de la Asociación Empresaria, Hotelera y Gastronómica de Pinamar (Aehgp).
Precios
Alquiler promedio de un departamento de dos ambientes $80.000 por día y uno de tres ambientes $100.000
Alquiler de una casa a partir de $150.000 por día
Alquiler de carpa por día: entre $30.000 y $70.000
Sombrilla y silla por día: $20000
Almuerzo promedio en un parador a partir de $9000
Choclo: $2000
Docena de churros: $5000
Bebidas en un parador: $1600
Licuado: $3500
Café: $1600
Porrón de cerveza: $3200