Carlos Fuentes y el origen afrodescendiente de Artemio Cruz

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Carlos Fuentes fue un prolífico novelista, cuentista y ensayista mexicano (1928-2012); su novela La región más transparente (1958) es considerada el inicio de la novela moderna en México. La muerte de Artemio Cruz (1962) cierra el ciclo de las novelas sobre la revolución mexicana.

El personaje central de esta novela, Artemio Cruz, se sumó a la “bola” revolucionaria huyendo de un crimen y se unió a los ejércitos de Zapata. Después de la Revolución se convirtió en el típico empresario-político corrupto, autoritario y hedonista que apareció con frecuencia en las novelas de la revolución y en la posterior literatura del siglo XX.

Artemio Cruz es el revolucionario, enriquecido ilegalmente, que se encuentra agonizando en una cama de su lujosa mansión en la Ciudad de México. Lo acompañan su esposa Catalina y su hija Teresa, a quienes desprecia. Las mujeres, a su vez, le tienen el mismo sentimiento a él, pero simulan preocupación cuando en realidad es interés por el testamento y la riqueza que Artemio acumuló a través de corruptelas. Artemio se jacta de pensar no dejarles ni un centavo, ya que siempre han vivido bajo los lujos que él les ha ofrecido, y ellas nunca han mostrado gratitud. Junto a él se encuentra su leal asistente Padilla, a quien piensa dejarle gran parte de su fortuna. También aparecen en la novela varios médicos que entran y salen de la habitación.

La revolución y los gobiernos postrevolucionarios de la primera mitad del siglo XX son el marco de la novela que apunta hacia el México que somos actualmente, con su sistema político de amenazas, de corrupción, de impunidad, de autoritarismo y de fortunas mal habidas. ¿Cuál es el origen de Artemio Cruz?

Hábilmente, Fuentes nos da pequeños indicios sobre la identidad de Artemio Cruz hasta que al final revela su verdadero origen. Al conocerlo por primera vez, Catalina su esposa, tuvo la siguiente impresión: “Levantó la mirada para observar, impúdicamente, los rasgos fuertes del desconocido. No pudo evitar el encuentro con los ojos verdes. Guapo no, hermoso no era. Pero esa piel oliva del rostro, desparramada por el cuerpo con la misma fuerza linear, sinuosa, de labios gruesos y los nervios saltones de las sienes…”. Esta primera impresión va desapareciendo con el tiempo y en su lugar queda el resentimiento por un matrimonio impuesto por su padre; ella siempre se sintió superior a su esposo. Los datos que nos va dando Fuentes de alguna manera “borran” o atenúan la apariencia de Artemio Cruz y solo al final conocemos la verdad. Sin embargo, hay indicios suficientes para imaginar su apariencia: “la cercanía de ese hombre alto y oscuro, de bigote espeso…” (p.130), o bien: “único retrato verídico de ese rostro de ojos verdes y boca enérgica, frente ancha y pómulos salientes” (p. 170); cuando Artemio camina por sus tierras, se dirige a una choza donde alguna vez tuvo relaciones con una mujer indígena. “La muchacha miró con susto la cara descompuesta del amo, el pelo rizado que le caía sobre los ojos de vidrio verdoso, los gruesos labios rodeados de un vello revuelto y áspero”.

Carlos Fuentes pone en juego la identidad mestiza que ha negado la presencia de origen africano como una parte constitutiva de la composición socio-cultural de México. El mestizaje aparenta celebrar la diversidad cultural, esta identidad común del mestizaje que incluyó durante los discursos nacionales en los siglos XIX y XX solamente a las poblaciones indígenas y a las europeas, básicamente la española; sin embargo, este discurso ha sido cuestionado durante el presente siglo gracias a los movimientos reivindicatorios de la presencia de poblaciones de origen africano en nuestro país que, entre otros, ha dado como resultado la reforma constitucional que reconoce a los pueblos y comunidades afromexicanas como parte integrante de la composición pluricultural de la Nación mexicana, con el fin de garantizar su libre determinación, autonomía, desarrollo e inclusión social. Además, el censo 2020 incluyó una pregunta de autoadscripción dando por resultado que 2 milloones 576 mil 213 personas se reconocieran como afromexicanas, siendo Veracruz la tercera entidad federativa con mayor cantidad de afrodescendientes. Una de las pistas de Fuentes es precisamente su apellido Cruz, que denota su origen veracruzano y la permanencia en una encrucijada constante ya que siempre quiso huir de su origen. Pero “no morirás sin regresar: este poblado al pie del monte, habitado por trescientas personas y apenas distinguible por unos manchones de teja entre el follaje que, en cuanto echa raíz la piedra de la montaña, se encrespa en la suave ladera que acompaña al río en su curso hasta el mar cercano…”, ese es el lugar de su nacimiento.

El 9 de abril de 1889 nació Artemio Cruz. “Salía entre las piernas, salía empujado por las contracciones del vientre, cada vez más seguidas, y Lunero debía soltar los hombros de Cruz Isabel, Isabel Cruz, arrodillarse entre las piernas abiertas, recibir esa cabeza húmeda, negra, el pequeño cuerpo pegajoso, atado a Cruz Isabel, Isabel Cruz” y él, que cometió un crimen, hará todo lo posible por huir de su origen y piensa: “Le darán las gracias al pelado Artemio Cruz porque los hizo gente respetable; le darán las gracias porque no se conformó con vivir y morir en una choza de negros”. Así, finalmente Carlos Fuentes nos señala claramente el origen afrodescendiente de Artemio Cruz.

* José Luis Martínez Maldonado (@afrodes_mx / Facebook) es licenciando en Literatura y Arte Dramático y maestro en Artes Visuales. Es fundador de Afrodescendencias en México, Investigación e Incidencia A.C. y colaborador Programa Nacional de Afrodescendientes y Diversidad Cultural del INAH.