La campaña de Trump toma medidas extraordinarias para ahorrar dinero

Un mitin de Donald Trump en Prescott, Arizona, el fin de semana pasado. Su campaña ha tratado de limitar los costos haciendo que grupos aliados paguen por el alquiler de algunos de sus lugares de concentración y manteniendo a los miembros del personal en las nóminas de esos grupos y no en la de la campaña. (Anna Watts/The New York Times)
Un mitin de Donald Trump en Prescott, Arizona, el fin de semana pasado. Su campaña ha tratado de limitar los costos haciendo que grupos aliados paguen por el alquiler de algunos de sus lugares de concentración y manteniendo a los miembros del personal en las nóminas de esos grupos y no en la de la campaña. (Anna Watts/The New York Times)

El comité oficial de campaña de Donald Trump ha encontrado maneras para que cuentas aliadas paguen sus gastos.

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La operación política de Donald Trump ha estado tomando medidas extraordinarias en un intento de mantenerse competitiva financieramente frente a la vicepresidenta Kamala Harris, desplegando estrategias contables agresivas y creativas que ponen a prueba los límites legales de hasta dónde puede llegar un candidato para librarse de los costos básicos de postularse a la presidencia.

El ejemplo más sorprendente es la nómina oficial del comité de campaña del expresidente. En agosto solo contaba con 11 personas.

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Esa es una fracción pequeñísima de las más de 200 personas que Trump tenía en nómina hace cuatro años y de las más de 600 personas en la nómina de la campaña de Harris en agosto, según muestran los registros federales.

La razón por la que Trump tiene ahora tan pocas personas en nómina es que está trasladando costos de su comité de campaña a otras cuentas aliadas o compartidas con el Partido Republicano. El objetivo de esta maniobra contable aparentemente complicada es liberar millones de dólares, que de otro modo estarían bloqueados en cuentas del partido y de recaudación de fondos, para gastarlos en anuncios de televisión para Trump.

Trump y el senador JD Vance de Ohio saludan a unos simpatizantes entre bastidores antes de un mitin de campaña en Asheboro, Carolina del Norte, en agosto. (Doug Mills/The New York Times)
Trump y el senador JD Vance de Ohio saludan a unos simpatizantes entre bastidores antes de un mitin de campaña en Asheboro, Carolina del Norte, en agosto. (Doug Mills/The New York Times)

Y el desplazamiento de las nóminas es solo una pieza del rompecabezas financiero.

Trump tampoco ha estado utilizando su comité de campaña para pagar muchos de los grandes mítines que son sus eventos característicos, según dos personas con conocimiento de su contabilidad que hablaron bajo condición de anonimato para discutir asuntos internos. En su lugar, el equipo de Trump está, con fines contables, tratando esos eventos como recaudaciones de fondos mediante la inclusión de filas para que los contribuyentes se tomen fotos con el candidato entre bastidores o mesas redondas de donantes.

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En las campañas presidenciales es habitual que los gastos de personal y otros costos recaigan en cuentas compartidas o de los partidos. Varias personas que trabajan intensamente para que Harris sea electa, por ejemplo, están en la nómina del Comité Nacional Demócrata. Pero Trump ha llevado esta estrategia hasta el extremo.

“Esto es forzar las reglas hasta su punto de quiebre”, dijo Dan Weiner, director del programa de elecciones y gobierno del Centro Brennan para la Justicia. “Claramente está explotando una ambigüedad técnica en la ley para hacer algo que nunca se ha hecho antes”.

Se espera que el ahorro combinado de sus mítines, la nómina reducida y algunos anuncios en línea que también ha metido en cuentas conjuntas supere los 10 millones de dólares, y posiblemente mucho más.

Brian Hughes, vocero de Trump, dijo que la campaña estaba recaudando y gastando dinero “de manera responsable”.

“La campaña Trump-Vance y los comités afiliados cumplen plena y completamente con todas las leyes y reglamentos electorales”, dijo Hughes. “Nuestras contribuciones y gastos se reportan en cumplimiento de esas leyes y regulaciones”.

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El alcance de la reorganización de los costos de Trump, que no se había informado anteriormente, se revelará en los nuevos documentos de la campaña esta semana. Algunas de las cuentas a las que Trump ha desplazado gastos no han tenido que revelar públicamente sus finanzas desde el 30 de junio.

Entre bastidores, los asesores de Trump llevan meses ideando formas para eliminar el mayor número posible de costos del comité principal de su campaña de 2024, con el fin de evitar lo que ocurrió hace cuatro años, cuando redujo parte de la publicidad en medio de una escasez de efectivo en las últimas etapas de la contienda.

En la base del planteamiento de Trump está el hecho de que no todo el dinero es igual en las campañas presidenciales.

El dinero del comité electoral oficial de un candidato es el más valioso. Es el dinero que generalmente debe utilizarse para pagar anuncios de televisión caros a las tarifas más baratas. También es el más escaso porque esa cuenta tiene un límite de contribución de 3300 dólares por donante en las elecciones generales.

En cambio, el Comité Trump 47, que reparte sus ingresos entre el Comité Nacional Republicano, los partidos estatales y la campaña de Trump, puede recaudar cheques de hasta 924.600 dólares por persona.

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Así que el equipo de Trump ha trasladado tantos costos como ha podido a cuentas compartidas como el Comité Trump 47 o el propio Comité Nacional Republicano.

La agresiva contabilidad parece apostar a que es poco probable que la agencia federal de vigilancia de campañas, la Comisión de Elecciones Federales, haga algo para frenar a Trump. La comisión está dividida en partes iguales entre demócratas y republicanos y, en general, ha hecho poco por disuadir o tomar medidas contra los candidatos que ajustan las reglas a su conveniencia.

De hecho, un dictamen de la Comisión de Elecciones Federales a principios de este año abrió las puertas a los candidatos para coordinarse directamente con súper PAC independientes (sigla en inglés que designa a los comités de acción política) para las operaciones de puerta en puerta y de captación del voto. El equipo de Trump lleva meses hablando de cómo se basa en esas nuevas normas para ahorrar dinero.

Además de los costos de las nóminas y los mítines, el equipo de Trump ha estado utilizando otra cuenta compartida con el partido, el Comité Nacional Trump, para gastar millones de dólares en anuncios en línea que son prácticamente idénticos a los que se han emitido en televisión y han sido pagados por la campaña.

La diferencia en estos anuncios es una fina franja en la parte superior con texto color blanco que insta a la gente a donar a Trump. Esto es suficiente, según el equipo de Trump, para considerarlos anuncios de recaudación de fondos en lugar de los anuncios tradicionales que una campaña debe pagar.

La cuenta conjunta ha pagado unos 5 millones de dólares por esos anuncios, según muestran los registros de Google.

La semana pasada, la Comisión de Elecciones Federales llegó a un punto muerto en un asunto similar que implicaba a los republicanos del Senado, quienes estaban utilizando cuentas compartidas con el partido para pagar anuncios de televisión que pedían donaciones.

El dinero que la campaña de Trump se ha ahorrado en costos de mítines, nóminas y algo de publicidad en línea se está invirtiendo en anuncios de televisión en las últimas semanas de la contienda. Aunque Harris ha recaudado 1000 millones de dólares en menos de tres meses, Trump iba a gastar casi la misma cantidad que ella en televisión en octubre y noviembre, según datos de AdImpact, un servicio de seguimiento de anuncios.

El ahorro en nómina que ha logrado Trump es sustancial.

En julio y agosto, Trump declaró alrededor de 333.000 dólares en costos salariales, frente a los 9,25 millones de Harris. De hecho, Harris ha gastado aproximadamente la misma cantidad en seguros médicos (305.309 dólares) que Trump en toda su nómina en esos meses. Ambas campañas también pagan a algunos asesores, incluidos algunos de los principales estrategas de Trump, a través de acuerdos de consultoría.

La nómina de Trump es mucho menor ahora que a principios de año. Tenía 60 personas en la nómina de su campaña que recibieron al menos 3000 dólares en enero, según muestran los registros.

Trump incluso ha encontrado la manera de subvencionar a las 11 personas en la nómina oficial de su campaña. Cinco de esos funcionarios también recibieron cheques de su PAC, Save America, en julio y agosto, entre ellos Walt Nauta, su asesor personal y excoacusado en el caso de los documentos clasificados que fue desestimado por un juez federal nombrado por Trump.

El PAC de Trump ha pagado principalmente los honorarios legales durante su contienda presidencial, pero apoyó su operación política después de dejar la Casa Blanca y hasta que declaró su candidatura para 2024 a finales de 2022.

El ahorro en los mítines también es grande. El precio de sus actos más grandes suele superar con creces los 100.000 dólares.

Por ejemplo, Trump y Harris celebraron mítines este verano en el mismo lugar, el Liacouras Center de la Universidad de Temple.

Harris utilizó el estadio para la espectacular presentación de su compañero de fórmula, el gobernador Tim Walz. Su comité de campaña declaró haber pagado a la Universidad de Temple más de 325.000 dólares cuando se celebró el acto, según muestran los registros.

Trump celebró un mitin allí en junio, pero su campaña no pagó los 108.100 dólares del alquiler, según los registros federales. Lo hizo su cuenta conjunta de recaudación de fondos, el Comité Trump 47.

Rachel Shorey colaboró con reportería.


Shane Goldmacher
es un corresponsal de política nacional y cubre la campaña de 2024 y los principales sucesos, tendencias y fuerzas que moldean la política estadounidense. Se le puede contactar en shane.goldmacher@nytimes.com. Más de Shane Goldmacher


Maggie Haberman
es corresponsal política sénior que cubre la campaña presidencial de 2024, desde las contiendas electorales en todo el país hasta las investigaciones sobre el expresidente Donald Trump. Más de Maggie Haberman

Rachel Shorey colaboró con reportería.

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