En busca de acuerdos con EE.UU.: esta es la estrategia de Río Negro para enfrentar potenciales incendios forestales
SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Ahora que los incendios forestales cesaron, el gobierno de Río Negro busca prepararse mejor para las próximas temporadas de verano. En ese sentido, el ministro de Desarrollo Económico y Productivo, Carlos Banacloy, se reunió con representantes de la Embajada de Estados Unidos y del Servicio Forestal (USFS) de ese país que se encuentra a la vanguardia en materia de combate de fuego.
Según se informó, se elevaron a los miembros de la embajada diversos requerimientos para impulsar la generación de acuerdos de cooperación, concretar capacitaciones para brigadistas y gestionar financiamiento destinado a fortalecer la infraestructura provincial de lucha contra el fuego.
“A partir de los incendios de interfase, el gobernador Alberto Weretilneck se contactó con las embajadas de Estados Unidos y de Canadá para empezar a mirar lo que ellos están haciendo en materia de diagnóstico. Entender mejor la predisposición del material y cómo han cambiado los inviernos y los veranos ayuda a comprender por qué los incendios hoy se desatan con otras magnitudes. Así, la prevención, mitigación y el primer ataque tienen una lógica distinta. Eso hoy es lo más importante: cuando el fuego toma magnitudes enormes, no hay medios aéreos ni combatientes que alcancen. El mejor ejemplo fue el de Los Ángeles, donde el incendio arrasó casi el 50% de la ciudad”, indicó Banacloy a LA NACIÓN.
Sumó que en los últimos 30 años se ha modificado también la convivencia entre las zonas urbanas y periurbanas con los bosques. El diagnóstico se vuelve fundamental en ese nuevo escenario. “Los focos de incendio y puntos calientes los monitoreamos con satélites de la NASA. En Estados Unidos y Canadá cuentan con mayor información sobre cómo se desarrollan y se comportan los incendios en la Patagonia. Eso va acompañado del equipamiento: el intercambio con esos países nos dará claves sobre qué debemos adquirir a nivel tecnológico para tener los centros de monitoreo que se necesitan y para hacer el primer ataque”, dijo Banacloy.
Análisis
El ministro señaló que también “es vital empezar a cambiar la cabeza” sobre lo que significa jurisdiccionalmente un ataque de incendio, ya que “los límites en un bosque no existen y en un incendio mucho menos”. Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, comparten zonas y tienen estrategias comunes a la hora de combatir un incendio. De hecho, Estados Unidos, Canadá y México poseen un acuerdo para compartir recursos en la lucha contra incendios, basado en la estandarización de la formación para que los brigadistas puedan integrarse rápidamente y operar en distintos territorios. En el caso patagónico, en cambio, cuando el fuego avanza sobre diversas jurisdicciones –parques nacionales, municipios, provincias e incluso territorio chileno– el combate se complejiza. También se evalúa un trabajo conjunto en la Patagonia Norte, para fortalecer el combate en la región.
“Asimismo, estamos analizando cómo avanzan países como España, Estados Unidos, Canadá y Francia en materia legislativa. Ellos también tienen parques nacionales que son afectados por el fuego, y ciudades que conviven con los bosques: queremos saber cómo ordenan eso en su normativa y legislación”, agregó Banacloy.
Las autoridades rionegrinas también trabajan con sus pares de España, otro de los países con mejor preparación para los combates de incendios forestales. La idea es intercambiar capacitaciones y recibir inspiración en relación con el equipamiento que se necesita. En Río Negro también están en contacto con miembros de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) de Chile: buscan generar acuerdos que permitan una acción conjunta eficaz. Hace unas semanas, uno de los responsables del Departamento de Prevención de Incendios Forestales de la Conaf explicaba a este medio: “El éxito que tenemos en materia de combate de incendios forestales tiene que ver con un trabajo de muchos años. Se accedió a capacitación y perfeccionamiento internacional, y se nutrió de equipamiento. El principal crecimiento se ha dado, lamentablemente, a partir de grandes emergencias, como la de Valparaíso en 2014, donde se quemaron muchas casas. Y particularmente los incendios de 2017 en el sur del país, que dieron lugar a un mejoramiento forzoso: empezó a aparecer la necesidad de utilizar sistemas de prognosis que permitieran saber los avances del fuego, por ejemplo. También se entendió que los recursos que existían hasta ese momento no eran suficientes para enfrentar los incendios que se estaban presentando en el país”.
En ese sentido, el Plan de Acción 2024-2025 de Prevención, Mitigación y Control de Incendios de la Conaf lanzado por el presidente Gabriel Boric incorporó 77 aeronaves, entre ellas, dos aviones tanqueros de 15.000 litros y helicópteros pesados de 10.000 litros, así como el despliegue de 311 brigadas a nivel nacional: eso significa más de 3000 brigadistas. A su vez, en momentos de emergencias se activan más recursos aéreos contratados a través del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), y los recursos aportados por las empresas forestales.
“Juego de ajedrez”
En pleno incendio en los alrededores de El Bolsón, hace apenas un mes, el coordinador general del Servicio de Prevención y Lucha Contra Incendios Forestales (Splif), Orlando Báez, decía: “Tratamos de administrar los recursos haciendo un juego de ajedrez. Hoy hay fuego en todas las provincias patagónicas. Por eso creo que no solo Río Negro, sino toda la Argentina debiera tener aeronaves pesadas con mayor capacidad de descarga de agua, así como maquinarias viales, para poder dar otro tipo de respuesta. Los helicópteros pesados, por ejemplo, son mucho más maniobrables en la zona de montaña y con capacidad de descarga de unos 4000 litros de agua”.
En ese sentido, Banacloy señaló: “Nuestro sistema de prevención y lucha contra el fuego, el Splif, cuenta con más de 30 años de trayectoria, pero los incendios han incrementado en intensidad y velocidad. Necesitamos adaptarnos a esta nueva realidad y contar con la mayor cantidad de herramientas posibles”.
Lo cierto es que, como subrayan Marcelo Bari y Anabella Carp en el Plan de Manejo del Fuego 2024-2028 de los parques Nahuel Huapi y Los Arrayanes, “el escenario futuro es cada vez más complejo en relación al manejo del fuego y al combate de incendios debido, fundamentalmente a dos aspectos, el cambio climático y el aumento del interfaz urbano silvestre”. Se prevé que, debido al cambio climático, aumenten las condiciones de peligro meteorológico, lo que puede significar que haya más cantidad de días de la temporada con condiciones para incendios forestales y aunque no aumente la frecuencia si pudiera aumentar su severidad.
“La realidad indica que es inevitable que los grandes incendios forestales sucedan, por lo que el abordaje que requiere esta problemática es asumir que va a suceder en algún momento y, por lo tanto, tomar acciones que podrían mitigar sus efectos no deseados”, concluye Bari.