Brasil lanzó un operativo en varias ciudades contra agentes vinculados al financiamiento de Hezbollah

Miembros de Hezbollah saludan y levantan las banderas amarillas del grupo durante el funeral de sus compañeros caídos Ismail Baz y Mohamad Hussein Shohury, quienes murieron en un ataque israelí a sus vehículos, en Shahabiya, en el sur del Líbano, el 17 de abril de 2024. (Photo by AFP)
Miembros de Hezbollah saludan y levantan las banderas amarillas del grupo durante el funeral de sus compañeros caídos Ismail Baz y Mohamad Hussein Shohury, quienes murieron en un ataque israelí a sus vehículos, en Shahabiya, en el sur del Líbano, el 17 de abril de 2024. (Photo by AFP) - Créditos: @-

BRASILIA.- La Policía Federal de Brasil abrió este jueves la segunda etapa de la operación llamada “Trapiche-FT” para investigar la financiación de preparativos para actos terroristas por parte de brasileños “reclutados” por el grupo libanés Hezbollah.

Los agentes realizaron arrestos preventivos y registraron ocho domicilios en Belo Horizonte, Uberlandia, Contagem (Minas Gerais), San Pablo y Brasilia. Las órdenes fueron emitidas por un tribunal de Belo Horizonte, que también bloqueó las cuentas de los investigados y de algunas empresas.

Los investigadores encontraron pruebas de que el principal reclutador de Hezbollah en Brasil, Mohammad Khir, utilizó el mismo método de preparación para varias personas involucradas con el grupo terrorista libanés. Khir está prófugo y fue incluido en la lista roja de Interpol (Organización Internacional de Policía Criminal). Es sirio y tiene ciudadanía brasileña. En Brasil, su último domicilio fue en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais.

“En esta fase de la denominada “Operación Trapiche-FT” se descubrió que el principal investigado, aprovechando la situación vulnerable de inmigrantes y refugiados, usó sus datos personales para abrir cuentas bancarias y empresas a través de las cuales ingresó fondos de ilícitos”, dice la nota de la Policía Federal.

La investigación también encontró que parte de las ganancias del contrabando circulaban en las cuentas de empresas fantasma, que ya estaban siendo investigadas por la Policía Federal por ser parte de un esquema de lavado de dinero de miles de millones de dólares.

Los investigadores pudieron rastrear las transferencias del grupo e identificaron que los recursos eran convertidos en criptomonedas y enviados a billeteras sancionadas por tener vínculos con organizaciones terroristas.

El criterio, según la Policía Federal, es que los reclutadores buscaban brasileños que tuvieran antecedentes penales y no tuvieran vínculos religiosos o ideológicos con Hezbollah.

“Las pruebas reunidas en la investigación policial indican que los billetes de avión utilizados por brasileños reclutados para viajar al extranjero, donde fueron entrevistados para ser seleccionados por la organización terrorista, fueron financiados con el comercio ilícito de cigarrillos electrónicos de contrabando y vendidos en estancos en Brasil”, señalan las autoridades policiales.

Los acusados podrán ser responsables de los delitos de contrabando, integración de organización terrorista, actos preparatorios del terrorismo, financiación del terrorismo y blanqueo de capitales, cuyas penas máximas, sumadas, alcanzan los 75 años y seis meses de prisión.

Cuando a comienzos de abril recrudecieron las tensiones entre Israel e Irán, algunas voces alertaron sobre la posibilidad de que esa escalada saliera de Medio Oriente a través de las fuerzas proxy (o delegadas) de Irán, como Hezbollah, el grupo terrorista libanés que tiene un brazo internacional que se extiende hasta América Latina, como quedó demostrado con sus dos ataques en Buenos Aires –contra la embajada de Israel, en 1992, y contra la AMIA, en 1994-, que en total dejaron 107 muertos. Este mes, la Cámara Federal de Casación Penal confirmó que Irán estuvo detrás de los atentados y que Hezbollah se encargó de la ejecución.

En las tres décadas que pasaron desde los atentados en Buenos Aires, Hezbollah siguió dando muestras de su expansión en América Latina, especialmente vinculadas con el negocio del crimen organizado, mientras el grupo se mueve sigilosamente en la clandestinidad.

La actividad central del grupo chiita en la región, coinciden los expertos, es la financiera, al facilitar mecanismos para lavar dinero a organizaciones de narcotráfico y crimen organizado, principalmente para sostener sus operaciones en Medio Oriente. Según distintas investigaciones, los vínculos de Hezbollah en la región incluyen a importantes bandas como Primeiro Comando Capital (PCC), en Brasil, y los carteles Los Zetas y Sinaloa, en México.

Agencias AFP, ANSA y AP