Los bots de IA no pueden reportar esta columna, pero pueden mejorarla

ChatGPT no es el único asistente de redacción que ha surgido para sustituir a los editores. (Derek Abella/The New York Times)
ChatGPT no es el único asistente de redacción que ha surgido para sustituir a los editores. (Derek Abella/The New York Times)

Plagiar ensayos. Hacer trampa en los exámenes. Difundir información errónea. La llegada de nuevas y potentes herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT ha suscitado preocupación por las consecuencias imprevistas de la tecnología y un debate sobre las implicaciones éticas de su uso.

A pesar de las preocupaciones, los asistentes de IA parecen haber llegado para quedarse. Tras el espectacular debut de ChatGPT a finales del año pasado, Microsoft invirtió 10.000 millones de dólares en OpenAI, el laboratorio detrás del chatbot. La amenaza de un rival obligó a Google a reagruparse. Y el sitio de medios de comunicación BuzzFeed anunció hace poco que utilizaría IA para redactar tests en línea y otros contenidos.

Dada la creciente influencia de esta tecnología, es hora de concentrarse en cómo podemos empezar a aprovechar sus beneficios de forma responsable. Muchos expertos en IA e informáticos coinciden en que estas herramientas pueden aportar una ventaja importante que no hace daño: editar nuestros escritos.

En este contexto, seguiríamos utilizando nuestras habilidades y nuestro cerebro para hacer el trabajo arduo de dar sentido a la información y proponer nuevas ideas, mientras recurrimos a la IA para que nos ayude ligeramente, como hacer que una frase suene más coloquial, añadir algo de contexto histórico o incluso un chiste.

Durante varios días, he probado Wordtune Spices y Rytr, dos asistentes de escritura con IA lanzados por empresas emergentes en los últimos dos años, y los he comparado con ChatGPT. Repasaré algunos ejemplos que ponen de relieve los puntos fuertes y débiles de cada una de estas tres herramientas.

Prueba 1: Reescribir una oración

Para utilizar Wordtune Spices, que la empresa emergente israelí AI21 Labs lanzó el mes pasado, hay que insertar texto en un recuadro, resaltar las frases que se quieren editar y luego hacer clic en las opciones para introducir mejoras. Durante mi prueba reciente, una de sus mejores aplicaciones fue la reescritura rápida de frases.

Por ejemplo, tomé esta frase de mi columna de la semana pasada sobre direcciones de correo electrónico y privacidad:

Cuando navegas por internet, cada vez más sitios y aplicaciones te piden un dato básico que quizá entregas sin dudar: tu dirección de correo electrónico.

Después di clic al botón de “Rescribir”. Wordtune Spices respondió con una lista de opciones de diferentes versiones de esa oración. La que más me gustó fue la siguiente:

Tu dirección de correo electrónico es uno de los datos más básicos que cada vez solicitan más sitios web y aplicaciones.

Mi oración original incluía un detalle importante para mí —que entregamos nuestras direcciones de correo electrónico sin dudarlo—, pero la herramienta recortó unas cuantas palabras para ir al grano y resumir el meollo del problema. No está mal.

Prueba 2: Detectar errores gramaticales

Rytr, un asistente de escritura con inteligencia artificial que la empresa homónima lanzó en 2021, fue diseñado para agilizar la creación de entradas de blog y textos de mercadotecnia. Era capaz de detectar errores gramaticales (como herramientas de procesamiento de textos como Microsoft Word han hecho desde hace décadas).

En mi prueba, tomé este párrafo, que tiene errores deliberados, de un sitio web educativo que ofrece ejercicios de edición:

Facebook, con más da mil millones de usuarios es celebrada este año su décimo aniversario. La empresa estaba fundando por Mark Zuckerberg para 4 de febrero de 2004. El sitio se Concibió en un dormitorio de estudiantes de Harvard como una manera Para conectar a los estudiante y permitirles construir sus propia identidad en internet.

Luego, en Rytr, resalté el párrafo y di clic en “Mejorar”. Respondió lo siguiente:

Facebook, con más de mil millones de usuarios, celebró este año su décimo aniversario. Mark Zuckerberg fundó la empresa el 4 de febrero de 2004. El sitio se concibió en un dormitorio de estudiantes de Harvard como una forma de conectar a los estudiantes y permitirles construir una identidad propia en internet.

La herramienta reescribió automáticamente una versión sin errores del párrafo. Puede resultar muy útil como herramienta de estudio o para hablantes no nativos de inglés.

Prueba 3: Añadir contexto

Wordtune Spices también destaca a la hora de aportar contexto adicional a los párrafos. Pulsando el botón +, puedes añadir color e información de fondo a un texto, insertando datos históricos, un chiste y un ejemplo para demostrar lo que quieres decir.

Por ejemplo, tomé este párrafo de mi columna de la semana pasada:

En primer lugar, ayuda saber por qué las empresas quieren direcciones de correo electrónico. Para los anunciantes, editores web y creadores de aplicaciones, tu correo electrónico es importante no solo para ponerse en contacto contigo. Sirve de rastro digital para que las empresas relacionen tu actividad en sitios y aplicaciones y te ofrezcan anuncios relevantes.

En Wordtune Spices, pulsé el botón + para añadir un ejemplo, un dato histórico y un chiste. (Cambios en negrita.)

En primer lugar, ayuda saber por qué las empresas quieren direcciones de correo electrónico. Para los anunciantes, editores web y creadores de aplicaciones, tu correo electrónico es importante no solo para ponerse en contacto contigo. Por ejemplo, mediante el seguimiento de tus compras, las empresas pueden recomendarte productos o servicios que te sean relevantes. La primera ráfaga de anuncios de mercadotecnia por correo electrónico la envió en 1978 un hombre llamado Gary Thuerk, que trabajaba para Digital Equipment Corp. Y con ello, Gary Thuerk pasó a la historia como el primer “Señor del Spam” del mundo.

Después de investigar un poco, me impresionó saber que, en efecto, fue en 1978 cuando se empezó a utilizar el correo electrónico para la mercadotecnia. El ejemplo del uso de los recibos de correo electrónico para ofrecer anuncios específicos también era acertado. El chiste no tenía mucha gracia, pero aligeraba las cosas.

Prueba 4: Terminar esta columna

Por último, pegué toda la columna en cada asistente de escritura para ver si podía encontrar un remate o una conclusión inteligente para terminar.

ChatGPT fue el único de los tres que fue capaz de leer todo el texto para generar una conclusión plausible:

Con asistentes de escritura de IA como ChatGPT, Wordtune Spices y Rytr, disponemos de una poderosa herramienta para mejorar nuestra escritura, pero solo si la utilizamos de forma responsable.

Wordtune Spices produjo una conclusión inservible:

Con la ayuda de asistentes de redacción, pude terminar esta columna con una conclusión bien elaborada que enlaza todos los puntos que he tratado.

Rytr hizo... algo:

Los entrenadores de la Liga Nacional de Futbol Americano ganan en promedio 2 millones de dólares anuales.

AI21 Labs, la empresa emergente israelí que desarrolló Wordtune Spices, afirmó que la actual tecnología de escritura por IA requería más orientación por parte del usuario que la indicación que había dado a las herramientas. Rytr aseguró que sus usuarios podrían utilizar una herramienta de retroalimentación para entrenar a su IA en caso de que algo saliera mal. OpenAI rechazó hacer comentarios.

Todo esto demuestra que la inteligencia artificial puede ser una herramienta eficaz para mejorar nuestro trabajo. Me sorprendieron algunos de los resultados, en particular que Wordtune Spices pudiera añadir información de fondo precisa y pertinente. Puede que de vez en cuando utilice la herramienta para que me sugiera cómo completar párrafos con algunos datos históricos, aunque luego verificaré los hechos antes de publicarlos.

Y, en general, los robots de inteligencia artificial me han servido para afinar la prosa y depurar frases poco gramaticales.

Sin embargo, lo que no podían hacer los robots era investigar o elaborar informes para mostrar sus puntos fuertes y débiles. Eso requiere reflexión.

© 2023 The New York Times Company