Boom de argentinos: la impresionante cifra de turistas que celebra el sector en Punta del Este
PUNTA DEL ESTE (enviada especial)-. La postal de la avenida Roosevelt con una fila de más de 150 metros de autos detenidos, con el guiño preparado para ingresar al estacionamiento de Punta Shopping, se repite cada mediodía y cada tarde desde, al menos, el 24 de diciembre pasado. “Estamos estallados todos los días”, dice un empleado del centro comercial más emblemático de este destino, mientras observa el caos exterior a través de una de las puertas principales.
El embotellamiento empeora en días, como el de ayer, en que las ráfagas frías y el cielo gris invitan a los turistas a evitar la playa. Un clima que desde comienzos de la temporada se ha vuelto la norma. Hoy el tiempo es similar: la mañana comenzó con una temperatura de 21°C –con una sensación térmica de 17°C– y con ráfagas que llegaron a los 50 kilómetros por hora.
En Punta del Este, la mejor temporada en años coincide con el peor clima de verano en décadas, según admiten los locales y los turistas que llegan todas las temporadas aquí. “Hay mucha gente y, a su vez, casi no hay playa”, resume Inés Scorza, una proveedora de la librería Libros Libros, que en este verano está teniendo un pico de ventas.
En números
La intendencia de Maldonado habla, en términos generales, de un boom de turistas en la costa esteña, con una importante presencia de uruguayos y brasileños, pero, sobre todo, con el regreso de una parte del turismo argentino que se había ausentado durante las temporadas que siguieron a la pandemia.
Según datos de la Dirección Nacional de Migración de Uruguay, desde el 20 de diciembre hasta el 1º de enero pasados ingresaron 163.052 argentinos, lo que marca un incremento aproximado del 25% con respecto al verano anterior, cuando en el mismo período habían entrado poco más de 130.000. Al ser Punta del Este el destino uruguayo predilecto de los argentinos, se considera que la mayoría, al ingresar al país, sigue viaje hasta esta ciudad.
A las vías de acceso más convencionales –principalmente por tierra, a través de los puentes internacionales, o en buque– se suman los viajes en barcos propios o en aviones privados. Desde Navidad el puerto de Punta del Este se encuentra ocupado al 100% de su capacidad. Al Aeropuerto Laguna del Sauce, desde el 24 hasta el 31 pasados, llegaron 350 vuelos privados, de los cuales el 75% provenían de la Argentina, principalmente taxis aéreos. “Este año se vieron más aviones compartidos y más aviones grandes operando en Laguna”, detallaron desde el aeropuerto. Son opciones de viaje destinadas al público argentino de mayor poder adquisitivo, el más fiel del este.
Pero esta temporada cuenta también con la presencia de un nuevo turismo argentino. En un contexto de achicamiento de la brecha cambiaria respecto de la Argentina, y por ende una mayor paridad entre lo que se gasta veraneando en Uruguay y en los principales destinos turísticos argentinos, como es el caso de la costa bonaerense, aparecieron nuevos grupos de jóvenes que vacacionan con sus amigos, y que este año eligieron venir a Punta del Este.
“A mí me parece que es un destino mucho más lindo que la costa atlántica, y este año particularmente, en precios, estaba igual. Entonces valía la pena venir. Nunca habíamos venido por nuestra cuenta”, destaca Chiara Villardo, abogada, de 27 años, que, junto a un grupo de tres amigas que se conocen desde el colegio secundario, alquiló por primera vez una casa en Punta del Este. “Es salir del país sin gastar una ridiculez. Y es cerca, por lo que tuvimos la posibilidad de hacernos una escapada un par de días”, suma.
“Con el aguinaldo te pagás la mitad del viaje, algo que antes no pasaba. Alquilamos en balneario Buenos Aires, porque está a cinco minutos de la movida nocturna y es barato”, destaca Javier Montreal, un economista, de 28 años, que alquiló a un par de cuadras de Vallardo, junto a 10 amigos.
Los argentinos habitués hablan de un panorama similar previo a la pandemia de coronavirus. “Punta de Este no terminaba de recuperarse, y ahora recién vuelve a lo que era antes”, dice María Azcuy, porteña, de 30 años, que viene a este destino todos los veranos. Destaca, a su vez, que podría estarse viviendo un récord. “Nunca, en Navidad, había visto tanta gente como vi este año. Desde esa época que hay tráfico para ir a todos lados”, dice.
Pero, además de la cantidad de argentinos, tanto los turistas como los comerciantes esteños destacan un cambio de hábitos de este grupo de visitantes que veranean en Uruguay: están “menos mesurados” con los gastos. Entre los dueños de los locales hay quienes mencionan, incluso, un aumento “del 100%” en el consumo por parte de estos turistas.
Sin embargo, no todos los comerciantes se benefician este año. Los puestos de la playa, así como los paradores, son las principales víctimas de los días de viento y llovizna intermitente que hasta ahora marcan la temporada. “Es un verano frío, y como nosotros justo estamos sobre la playa de la Mansa, el viento pega de frente. Eso nos está perjudicando, porque no tenés todas las mesas disponibles que podrías tener afuera”, afirma Joaquín Jafif, dueño del restaurante Muelle 3, ubicado sobre la playa.
“Quise prender la chimenea”
Los turistas de la costa esteña viven desde antes de Año Nuevo en alerta ante la salida del sol. Pese a algunas excepciones, las mañanas suelen comenzar nubladas y, a media mañana, si el sol sale, las playas se llenan. Pero en los últimos días, salvo en algunas excepciones, por la tarde el cielo se volvió a nublar, e incluso hubo varias jornadas en las que hubo un par de horas con llovizna.
“Por lo general, cuando no llueve, vamos a la playa a la mañana. A veces hay mucho viento, pero vamos igual. Y a la tarde, en vez de volver, vamos a caminar por la Punta”, cuenta la acompañante terapéutica Victoria Alliot, de 24 años, mientras pasea por Punta Shopping con un balde de pochoclos. Su novio sostiene una bolsa con compras que hicieron en el centro comercial.
“Nunca había tenido un verano tan malo, y eso que vengo hace décadas a Punta del Este. Ayer quise prender la chimenea, porque realmente hacía mucho frío, y mi marido se rió”, indica la emprendedora Virginia Bracht, de 57 años, mientras paseaba vestida con un suéter y con una campera por San Rafael, junto a su perro.
Los pronósticos marcan una mejora del clima a partir del 8, fecha que coincide con el fin de la temporada más alta de Punta del Este. Desde la intendencia sostienen, sin embargo, que se espera que una parte de los turistas argentinos se quede hasta el 15 y que tanto en la segunda quincena de enero como en la primera de febrero haya una ocupación más alta que la de los últimos años.