Los atentados contra Raúl Alfonsín: una bomba desactivada y el héroe más inesperado

Fue durante una visita al Tercer Cuerpo del Ejército en Córdoba. Fuente: Archivo.
Uno de los atentados contra Alfonsín fue durante una visita al Tercer Cuerpo del Ejército en Córdoba. Fuente: Archivo.

El 19 de mayo de 1986, Raúl Alfonsín estaba en su tercer año de presidencia cuando se supo que era blanco de un atentado que se concretaría en su visita al Tercer Cuerpo del Ejército, en Córdoba. Pocos meses atrás, gracias a un decreto derogado por él, se había condenado y destituido a diferentes exponentes militares.

Minutos antes de que el mandatario llegara al lugar, el oficial Carlos Primo, miembro del Comando Radioeléctrico cordobés, vio que cerca del lugar donde el Presidente se iba a ubicar para ser parte del acto había un cable negro sospechoso que se asomaba cerca de una alcantarilla.

Raúl Alfonsín durante el cierre de campaña de 1983
Raúl Alfonsín durante el cierre de campaña de 1983

Junto al cabo Hugo Velázquez, siguieron el rastro del cable y dieron con un artefacto explosivo compuesto por una bala de mortero calibre 120 mm con 2,5 kilos de TNT adosada a dos panes de trotyl de 450 gramos cada uno.

Inmediatamente se dio aviso al Comando de Explosivos y se logró desactivar exitosamente el artefacto. Por su rango de explosión, podría haber acabado con la vida de Alfonsín. Nunca se pudo identificar a los autores del intento de asesinato, pero se pasó a retiro al máximo responsable de la seguridad presidencial, el jefe del escuadrón, el general Aníbal Verdura. En 2014 fue condenado a prisión perpetua en el juicio por el circuito represivo de Monte Peloni, en el Partido de Olavarría.

El segundo ataque a Alfonsín y una llamada

El 23 de febrero de 1991, Alfonsín sufrió un segundo intento de asesinato cuando un exmiembro de la Gendarmería Nacional de 29 años, Ismael Abdala, gatilló varias veces contra él. Las balas no salieron.

Alfonsín, expresidente y entonces activo líder político, hablaba ante 5000 personas, en un acto organizado por la Unión Cívica Radical en San Nicolás. Abdala se le acercó y apretó el gatillo del revólver calibre 32 largo, pero el mecanismo del arma se atascó y no logró disparar ninguna bala.

Ante la agresión, el oficial de la Policía Federal Daniel Tardivo, custodio de Alfonsín, lo cubrió inmediatamente con su cuerpo. Pero el que llegó a detener a Abdala fue un héroe inesperado, un hombre de 70 años, Vicente Massisi, asistente al meeting que se lanzó encima del agresor. Massisi logró sacarle el arma. Otros militantes radicales golpearon al tirador mientras la custodia intentaba retenerlo. Luego, lograron entregarlo a la Policía.

Entonces Alfonsín pidió calma a los asistentes y continuó su discurso subrayando la importancia de defender las instituciones democráticas para garantizar la libertad y la justicia.

Más adelante Abdalá fue juzgado por intento de homicidio, declarado inocente por insania mental e internado en un hospital psiquiátrico. Cuando fue dado de alta, con el diagnóstico de que no era peligroso para sí mismo ni para los demás, llamó por teléfono a Marcela Alfonsín, hija del político, para pedirle disculpas. En ese momento ella hizo la denuncia correspondiente y el hombre fue internado nuevamente en un psiquiátrico.

En 1994 volvió a salir y a los pocos días se suicidó.