¿Hombre o mujer? Los caprichos sexuales de la naturaleza

Los intersexuales presentan características de mujeres y hombres debido a trastornos en su desarrollo sexual. (Wikimedia Commons)
Los intersexuales presentan características de mujeres y hombres debido a trastornos en su desarrollo sexual. (Wikimedia Commons)

Crecieron como hombres hasta la adultez y un día, porque así lo decidió el azar, descubrieron que en su interior eran mujeres. Aunque por su rareza los casos suelen saltar a la prensa, muchos intersexuales viven discretamente entre nosotros. Los rodea una sociedad que limita la definición de género al sexo biológico y excluye, por colectiva ignorancia, a estas personas nacidas en una suerte de "tierra de nadie" en el campo de los cromosomas.

La mujer oculta

Al estadounidense Steve Crecelius le dijeron a los 17 años que caminaba como un marica. Pero luego vivió feliz como hombre, se casó y tuvo seis hijos. Cerca de los 60 le detectaron un cálculo en el riñón. En la sala de urgencias le practicaron un ultrasonido y entonces descubrió que sus pasos de adolescente no andaban del todo alejados de la verdad: en su interior era una mujer.

Crecelius, renombrado Stevie, asumió su nueva identidad femenina y al menos hasta 2012, cuando el reporte apareció en los periódicos de Estados Unidos, se mantenía junto a su esposa.

Una historia similar podría suceder en China, donde un hombre del que solo conocemos el nombre, Chen, recibió la noticia durante una visita al médico. Su dolor de estómago y sangramiento al orinar se respondían a un proceso muy natural en las mujeres: la menstruación. Chen está casado desde hace 10 años y, según aseguró a los doctores, disfruta de una vida sexual normal.

La diversidad sexual comienza a ser más aceptada en Occidente (William Hamon - Flickr)
La diversidad sexual comienza a ser más aceptada en Occidente (William Hamon - Flickr)

Otro ciudadano del gigante asiático fue registrado en 2013 como un caso excepcional por el Hong Kong Medical Journal. El anciano de 66 años se quejaba de una inflamación abdominal. Los análisis detectaron entonces que los dolores provenían de un quiste en un ovario.

Los dos últimos ejemplos ilustran la confluencia excepcional de dos padecimientos: el síndrome de Turner y la hiperplasia suprarrenal congénita (HSC). La literatura médica solo ha publicado estudios sobre seis pacientes con esa rara condición, que perturba el desarrollo habitual de los órganos sexuales.

El síndrome de Turner es un trastorno a nivel de los cromosomas que afecta a las mujeres. Las células contienen solo uno de los dos cromosomas X y el segundo ha sufrido alteraciones o no existe. Esa deficiencia retarda el crecimiento, provoca fallos en los ovarios y finalmente infertilidad. También puede causar defectos en el corazón incompatibles con la vida. Se estima que esta condición aparece en una de cada 2.500 bebés nacidas en el mundo, aunque la cifra podría ser mayor si se consideran los abortos espontáneos y partos infructuosos.

La HSC (conocida como CAH en inglés) surge por una producción anormal de andrógeno, una hormona que define características masculinas. Los genitales de las niñas afectadas se asemejan más a los varones. Con los años esos rasgos masculinos se acentúan –voz grave, desarrollo muscular, vello facial abundante—y en casos extremos este desorden hormonal impedirá el embarazo. La HSC es detectada en uno de cada 25.000 bebés nacidos cada año en Estados Unidos.

Las cirugías en el caso de los intersexuales suelen realizarse en la niñez (Foto AP/Ahn Young-joon)
Las cirugías en el caso de los intersexuales suelen realizarse en la niñez (Foto AP/Ahn Young-joon)

Breve mapa de la intersexualidad 

En la lengua corriente Stevie Crecelius era un hermafrodita. En la literatura especializada, sin embargo, ese término ha cedido su lugar a otro: intersexualidad o trastornos del desarrollo sexual, una categoría que abarca las variantes de esta anomalía.

Según la clasificación aceptada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, la intersexualidad se divide en cuatro categorías:

-    Intersexualidad 46 XX: A pesar de poseer cromosomas de mujer, útero y ovarios, los genitales externos se parecen a los de un varón. El clítoris crece como un pene. Antiguamente se conocía como pseudohermafroditismo femenino. La HSC explica con frecuencia estos casos.

-    Intersexualidad 46 XY: El caso inverso al anterior. Aunque con cromosomas de hombre, la persona desarrolla genitales ambiguos o claramente femeninos. El antes denominado pseudohermafroditismo masculino ocurre cuando los testículos no funcionan bien o el cuerpo produce cantidades insuficientes de testosterona.

-    Intersexualidad gonadal verdadera: Las personas con verdadero hermafroditismo, como se conocía hasta hace algunos años, poseen tejido ovárico y testicular, genitales ambiguos o más cercanos a alguno de los sexos, y cromosomas XX, XY o ambos. Los científicos aún no han descubierto una causa que justifique de manera convincente esta anomalía.

-    Intersexualidad compleja o indeterminada: Si bien esta categoría no incluye discrepancias entre los órganos sexuales, sí comprende diversas combinaciones de cromosomas que generan problemas en las hormonas y el desarrollo sexual de la persona.

Gracias al avance de las investigaciones sobre la sexualidad humana, muchos científicos recomiendan hoy postergar las operaciones de definición del sexo hasta que la persona afectada pueda decidir, con la ayuda la familia y de un equipo de especialistas, con qué género se identifica. Como en el caso de Stevie Crecelius, la apariencia exterior de los genitales puede resultar engañosa.

Sin embargo, los intersexuales padecen con frecuencia la discriminación en sociedades conservadoras, donde la diversidad sexual se castiga con el ostracismo o la muerte. Lamentablemente la naturaleza, que nos creó iguales, pero diferentes, no ha dotado a todos sus hijos humanos con la inteligencia suficiente para respetar y amar a los otros, sin importar el aspecto exterior de sus cromosomas.