La fatiga, un mal de estos tiempos
Con el ritmo de vida que llevamos (casa, niños, pareja, trabajo) cada vez nos sentimos más fatigadas.
Nos hemos acostumbrado. Estar cansadas ha pasado a ser parte de nuestro estado "normal", pero no lo es.
De hecho el cansancio puede estar asociado solamente al estrés, pero también a cuadros médicos, como el Síndrome de Fatiga Crónica, hipotiroidismo o depresión.
Como se explica en un interesante artículo sobre este tema, "aunque parezca sencillo, el tratamiento de la fatiga debe considerar varios factores. En primer lugar se debe conocer cuál es el origen del malestar, ya que no serán iguales el caso de una persona que se siente agotada luego de atravesar un periodo de intensa actividad y posteriormente recupera su habitual tranquilidad, al de otra que vive en un estado permanente de estrés. Asimismo, deberá diferenciarse con claridad si un paciente presenta síntomas de agotamiento por malos hábitos de sueño y deficiente nutrición, o si el origen del problema se relaciona con alguna enfermedad, como diabetes (aumento en la concentración de glucosa en sangre debido a la incapacidad del organismo para aprovecharla)."
Si solo se tratara de estrés, la solución es cambiar algunos hábitos de vida y mejorar la alimentación, aunque a simple vista modificar estos factores pueda sonarnos a un imposible.
Suele suceder también que cuando decimos que estamos agotadas nadie nos toma en serio. Pero la realidad es que un cuadro de fatiga merece una visita al consultorio, porque incluso el estrés sostenido en el tiempo puede desatar otros males.
Para empezar, aquí va un autotest de Síndrome de Fatiga Crónica.
Y a no dejarse estar. El agotamiento permanente puede ser una señal de alarma del cuerpo.