Biden y el "yanqui" disidente del IRA: dos visiones opuestas sobre la paz

Belfast (R.Unido), 11 abr (EFE).- Joe Biden es el presidente estadounidense más irlandés que ha pasado por la Casa Blanca. John Crawley es el irlandés más "yanqui" que ha militado en el IRA, ya inactivo tras 25 años de proceso de paz en Irlanda del Norte pero muy crítico con el acuerdo del Viernes Santo.

Ambos tienen visiones opuestas sobre el pacto que puso fin el 10 de abril de 1998 al sangriento conflicto que durante casi 30 años causó unos 3.600 muertos, la gran mayoría -más de 3.000- en el debe del Ejército Republicano Irlandés (IRA) por su campaña armada contra los paramilitares protestantes y las fuerzas del orden británicas y norirlandesas.

Un cuarto de siglo después, en un aniversario marcado por la parálisis política, la amenaza terrorista de disidentes republicanos y la llegada este martes a Belfast de Biden, Crawley, hijo de emigrantes irlandeses criado en EE.UU. hasta los 14 años, asegura a EFE que el acuerdo no desembocará en la ansiada reunificación de Irlanda, el objetivo histórico que el IRA y el Sinn Féin, su brazo político durante el conflicto, quieren ahora lograr por medios democráticos, con un referéndum pactado.

"Nunca creeré que cualquier medio que persiga el Gobierno británico en Irlanda podrá ser democrático. Podrá ser pacífico, defiendo la paz, pero mi crítica es al proceso, porque como republicano irlandés quiero una República en toda la isla", arguye el autor del libro "El Yanqui: Mi vida como ex marine estadounidense en el IRA".

Crawley explica que tras mudarse a Belfast en 1972, al comienzo del conflicto, comenzó a simpatizar con el movimiento republicano y decidió que la mejor manera de ingresar en el IRA era regresando a EE.UU., con apenas 18 años, para alistarse en los marines y "recibir entrenamiento militar".

APRENDER DE LOS MARINES PARA INGRESAR EN EL IRA

Pasó cuatro años en estos cuerpos especiales y su "carrera" después en el IRA incluye diez años en prisión, desde 1984 a 1994, por tratar de importar armas en barco desde EE.UU. a Irlanda, así como otra condena de 35 años de cárcel impuesta en 1994 por "conspirar para causar explosiones" en el Reino Unido.

En virtud del acuerdo de paz, fue puesto en libertad en 2000, junto a otros muchos paramilitares amnistiados, y trabajó durante un tiempo con el Sinn Féin, hasta que se desilusionó con el proceso y derivó sus simpatías hacia organizaciones políticas republicanas disidentes.

"Según el pacto del Viernes Santo, tenemos aquí una situación por la que (cualquier ciudadano) puede ser británico y/o irlandés y esto mantiene la dinámica sectaria y perpetúa las lealtades nacionales en el futuro", expone "El Yanqui" tras participar en un acto organizado por uno de esos grupos, Lasair Dhearg ("llama roja"), en el cementerio de Milltown, en el oeste de Belfast, bastión del republicanismo en la ciudad.

Sus simpatizantes, guiados por voluntarios que portan banderas, estandartes y uniformes de estilo paramilitar, han desfilado al son de la gaita hacia un monumento a los caídos.

Así recuerdan cada año a sus víctimas del conflicto y del Levantamiento de Pascua de 1916, la rebelión contra la ocupación británica que sentó la bases de la posterior guerra de independencia del Reino Unido.

Se trata, sostiene Crawley, de que no caiga en el olvido que aquel enfrentamiento resultó en la fundación en 1922 del entonces llamado Estado Libre de Irlanda, independiente, y de Irlanda del Norte, de mayoría protestante y bajo dominio británico hasta hoy.

EL SECTARISMO, OBSTÁCULO PARA LA REUNIFICACIÓN

Por ello, insiste en que el actual proceso de paz "mantiene esa división inherente intacta", entorpeciendo la "meta republicana" que aspira a "unir a toda la ciudadanía en torno" a un solo país y a superar "las políticas sectarias".

"Nunca acabará mientras los británicos sigan en Irlanda, así -advierte- es como han permanecido y controlado Irlanda, dividiendo a la población con sectarismo. El acuerdo del Viernes Santo ha traído la paz, aunque yo lo llamo proceso de pacificación en el sentido de que la paz genuina solo se consigue cuando se aborda la raíz del problema y la realidad es que el Reino Unido aún tiene jurisdicción sobre este país".

Reconoce que el acuerdo contempla la posibilidad de que el Gobierno de Londres, por decisión de su ministro para Irlanda del Norte, convoque un referéndum sobre la reunificación cuando se den las condiciones adecuadas, según reza el texto firmado hace 25 años.

No obstante, Crawley dice que desconfía de los "políticos ingleses" y pone en duda que el Parlamento de Westminster aceptaría un resultado a favor de la unificación en una hipotética consulta organizada exclusivamente en Irlanda del Norte.

"Solo el ministro (para la región) puede convocar un referéndum fronterizo. Él es un político inglés que no tiene ni un solo voto en Irlanda. Básicamente, daría igual lo que decida la ciudadanía porque el Gobierno británico aún tiene el control".

Crawley reconoce que no tiene la solución para el complejo laberinto norirlandés e insiste en que no quiere "que vuelva la guerra", pero cita a John Fitzgerald Kennedy, otro presidente que, como Biden, presumió de profundas raíces irlandesas.

"Una vez dijo que aquellos que hacen imposible la revolución pacífica harán inevitable la revolución violenta", concluye "El Yanqui" del IRA.

(c) Agencia EFE