La batalla sobre qué decirles a los estadounidenses acerca del consumo de alcohol

La evidencia contra el consumo de alcohol lleva años evolucionando. Sin embargo, eso no se reflejó en la última actualización de las Guías Alimentarias para Estadounidenses en 2020, y puede que tampoco se refleje en la revisión de 2025. (Tamara Kenyon/The New York Times)
La evidencia contra el consumo de alcohol lleva años evolucionando. Sin embargo, eso no se reflejó en la última actualización de las Guías Alimentarias para Estadounidenses en 2020, y puede que tampoco se refleje en la revisión de 2025. (Tamara Kenyon/The New York Times)

Un informe que pretende dar forma a la próxima edición de las Guías Alimentarias para Estadounidenses se ha alejado de manera drástica del consenso científico emergente de que el alcohol no tiene beneficios para la salud.

La revisión de evidencia, realizada en diciembre por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, reavivó la hipótesis, antes dominante, de que el consumo moderado de alcohol está relacionado con menos muertes por infarto de miocardio e ictus, y con menos muertes en general, en comparación con no beber nunca.

Muchos científicos ahora discrepan de esa opinión. Y algunos temen que, con base en el nuevo análisis, las influyentes directrices dietéticas no tengan en cuenta las investigaciones recientes sobre los daños del consumo de alcohol.

Las guías se revisan una vez cada cinco años, y en las últimas décadas ha aumentado la preocupación por el incremento del consumo de alcohol en Estados Unidos.

PUBLICIDAD

“Este informe es un esfuerzo apenas velado por desmentir las crecientes pruebas de que el alcohol es causa de cáncer y se asocia cada vez más con graves consecuencias para la salud”, afirmó Diane Riibe, cofundadora de la Alianza de Políticas de Alcohol de Estados Unidos, una organización sin ánimo de lucro dedicada a analizar los daños que provoca el alcohol.

El informe señala un riesgo pequeño, aunque significativamente elevado, de padecer cáncer de mama asociado al consumo moderado de alcohol, pero afirma que no hay pruebas suficientes para relacionar el consumo moderado con otros tipos de cáncer. El Instituto Nacional del Cáncer, entre otros organismos científicos, no está de acuerdo.

Los productores de alcohol “necesitaban que el diálogo nacional informado se detuviera en seco, porque nada en la ciencia actual o emergente apunta a que beber con moderación sea más saludable que no beber”, afirmó Riibe.

Una portavoz del Consejo de Licores Destilados de Estados Unidos, Melissa San Miguel, se negó a responder a esas críticas.

En una declaración firmada conjuntamente por el Consejo, el Instituto de la Cerveza, la Asociación Nacional de Mayoristas de Cerveza, el Instituto del Vino y los Mayoristas de Vinos y Licores de Estados Unidos, la portavoz afirmó que las directrices dietéticas para los estadounidenses en relación con el alcohol “deben guiarse por una preponderancia de la ciencia rigurosa”.

PUBLICIDAD

“Instamos a los secretarios de Agricultura y de Salud y Servicios Humanos a que mantengan la integridad de las directrices dietéticas para promover decisiones informadas y responsables en torno al alcohol”.

El informe de las Academias Nacionales es uno de los dos que se utilizarán para dar forma a las próximas recomendaciones dietéticas estadounidenses. Se está preparando otro análisis, que se espera esté listo este mes, bajo los auspicios de un comité gubernamental llamado Comité Coordinador Interagencial para Prevenir el Consumo de Alcohol por Menores.

El proceso de encargar dos informes distintos sobre el consumo moderado de alcohol es totalmente nuevo. En el pasado, el Comité Asesor de las Guías Alimentarias para Estadounidenses evaluaba las pruebas científicas sobre el alcohol, junto con otros componentes de la dieta, y formulaba recomendaciones.

Nunca se ha puesto realmente en duda que el consumo excesivo de alcohol sea perjudicial. Pero el informe científico de 2020, elaborado la última vez que se actualizaron las guías alimentarias, también señalaba que el alcohol es cancerígeno y, en general, poco saludable.

Los asesores científicos incluso plantearon la idea de “endurecer las directrices” para los hombres, diciendo que “debería considerarse seriamente” limitar la recomendación para los hombres a una bebida estándar, o 14 gramos de alcohol, al día.

PUBLICIDAD

Esta sugerencia disgustó a la industria del alcohol, dijo Marion Nestle, nutrióloga y defensora de la salud pública que ha formado parte del Comité Asesor de las Guías Alimentarias para Estadounidenses y ha escrito sobre la influencia de la industria alimentaria en el proceso.

“Una bebida al día para los hombres, ¡santo cielo!”, dijo, parafraseando la reacción. “¿Qué va a pasar con toda esa gente que va a los bares? ¿Qué sigue? ¿Usar etiquetas de advertencia?”.

Las guías alimentarias definitivas para 2020 sí reconocían que “las pruebas emergentes sugieren que incluso beber dentro de los límites recomendados puede aumentar el riesgo general de muerte por diversas causas, como varios tipos de cáncer y algunas formas de enfermedad cardiovascular”.

Aun así, las directrices mantuvieron el consejo de que es seguro el consumo moderado de hasta dos bebidas diarias para los hombres y una para las mujeres.

“Acabaron diciendo lo mismo de siempre”, dijo Nestlé. “La industria estaba asustada”, añadió.

PUBLICIDAD

Replanteando el consumo de alcohol

Las autoridades de la salud de todo el mundo han estado animando a la gente a beber menos, a dejar de beber o a proponerse dos o tres días sin alcohol a la semana.

En años recientes, la Organización Mundial de la Salud, las autoridades sanitarias canadienses, el Reino Unido y varios otros países se han suscrito a la idea de que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol. Últimamente, algunos científicos se han aventurado a opinar que los riesgos podrían empezar con la primera gota.

Sin embargo, el consejo oficial en Estados Unidos no ha cambiado mucho, a pesar de la conclusión del informe científico de 2020 de que los riesgos asociados a un bajo consumo pueden haberse subestimado.

A finales de 2022, mientras se preparaba la revisión de las directrices dietéticas, el Congreso concedió 1,3 millones de dólares a las Academias Nacionales para que crearan un grupo no gubernamental que examinara la investigación sobre el consumo moderado de alcohol.

Los detractores vieron en la medida un esfuerzo por aplacar a la industria del alcohol con un informe más proclive a apoyar el consumo moderado. Dos investigadores de la Universidad de Harvard, cuyas investigaciones habían apoyado el consumo moderado, fueron nombrados rápidamente como posibles miembros del panel.

Las Academias Nacionales los descartaron tras la protesta de expertos y defensores externos. No obstante, fueron sustituidos por otros dos científicos de Harvard cuyas investigaciones también han respaldado la relación entre el consumo moderado de alcohol y la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares.

De los cuatro, al menos tres han recibido financiamiento de la industria del alcohol en algún momento de su carrera.

Tras un año de estudio, el panel de las Academias Nacionales consideró que solo había pruebas suficientes para extraer tres conclusiones con cierto grado de certeza.

Estas fueron que los patrones de consumo moderado de alcohol se asociaban con un 18 por ciento menos de muertes por enfermedades cardiovasculares, con un 16 por ciento menos de riesgo de mortalidad por todas las causas y con un 10 por ciento más de riesgo de cáncer de mama para las mujeres.

Los científicos escépticos sobre los beneficios del alcohol para la salud afirmaron que ya esperaban que esas fueran las conclusiones. Tim Stockwell, exdirector del Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias y profesor de la Universidad de Victoria, dijo que el panel utilizó criterios muy restrictivos al seleccionar los estudios para su revisión.

Como resultado, se excluyeron muchos estudios sobre los daños del alcohol.

Se espera que el próximo informe del gobierno, la próxima pieza que se añadirá a esta controversia, se enfoque en las consecuencias de salud que se sabe que son causadas por el alcohol, no simplemente asociadas con su consumo.

Eso podría sentar las bases para tener directrices dietéticas que digan algo verdaderamente nuevo: hay que beber menos.

c.2025 The New York Times Company