Barco sospechoso de transportar residuos tóxicos atraca en puerto de Albania para inspección

TIRANA, Albania (AP) — Un barco sospechoso de transportar una gran cantidad de residuos tóxicos fue autorizado para atracar el viernes en el principal puerto de Albania, donde su carga estaba siendo desembarcada para que fuera inspeccionada por orden del fiscal, informaron las autoridades.

Albania había impedido que el barco de pabellón turco Moliva XA443A atracara a principios de la semana pasada en el puerto de Durres, a 33 kilómetros (20 millas) al oeste de la capital, Tirana, después de que un organismo de vigilancia alertara a las autoridades de que transportaba residuos tóxicos.

En su lugar, el barco fue mantenido en un lugar de anclaje alejado del puerto.

Los fiscales ordenaron entonces que los contenedores fueran incautados y almacenados en un lugar “ambientalmente” seguro. Una vez descargados, se espera que los contenedores sean enviados a una agencia en Porto Romano, a 6 kilómetros (4 millas) de distancia, para que sean sometidos a una inspección.

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La oficina del fiscal ha solicitado a diferentes instituciones que realicen pruebas de laboratorio de la carga.

La organización no gubernamental con sede en Seattle, Basel Action Network, o BAN, que se centra en cuestiones ambientales, señaló el barco a las autoridades en agosto después de recibir información de un informante de que los contenedores a bordo se sospecha que transportan unas 2.100 toneladas de polvo tóxico de filtros de control de la contaminación de la industria del acero.

Se sospecha que el polvo se originó en una empresa albanesa y que también fue contrabandeado ilegalmente a Albania desde los vecinos Kosovo y Alemania.

BAN dijo que los contenedores salieron de Durres el 4 de julio en dos barcos fletados por Maersk con destino previsto a Tailandia. El grupo dijo que alertó a varios países de tránsito y colaboró con EARTH, una organización ambiental tailandesa, y juntos dieron la alarma sobre el envío.

Tailandia se negó a aceptar el envío, pidiendo a las autoridades de Singapur que lo detuvieran. Los barcos luego atracaron en un puerto turco y los contenedores fueron cargados en el barco de bandera turca, que brevemente se detuvo en el puerto italiano de Gioia Tauro antes de dirigirse a Albania, dijo BAN.

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La documentación aduanera indicaba que los contenedores contenían óxido de hierro, según informes locales.

“El caso está bajo investigación de la fiscalía de Durres y el Ministerio de Turismo y Medio Ambiente está cooperando en todo lo que la institución de justicia solicite”, dijo el viernes a The Associated Press el portavoz del ministerio, Erjon Uka.

La oposición de Albania acusó al gobierno en agosto de participar en el tráfico ilegal de material peligroso.

El primer ministro Edi Rama dijo en el Parlamento en septiembre que los documentos del envío fueron verificados y que el óxido de hierro “no se considera como residuo tóxico en los catálogos europeos en los que se basan los procedimientos ambientales y aduaneros de nuestro país”.

Hablando ante una comisión parlamentaria el viernes, la ministra de Medio Ambiente, Mirela Kumbaro, dijo que el caso no debería ser políticamente explotado para difundir pánico.

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Instó a mantener la calma para permitir que la investigación avance.

El barco, dijo, es sospechoso de transportar residuos peligrosos pero “residuos peligrosos no significa residuos tóxicos”, agregando que las compañías de transporte habían declarado que la carga consistía en “bienes normales” — y que solo ahora se describía como residuos peligrosos.

La ONG con sede en Seattle ha pedido a las autoridades albanesas que realicen una apertura pública y muestreo de los contenedores para garantizar la transparencia de la investigación.

BAN también ha dicho que, mientras Albania busca unirse a la Unión Europea y el gobierno ha estado ansioso por alinear su política de residuos peligrosos con la del bloque de 27 naciones, debería prohibir “la exportación de residuos peligrosos, residuos domésticos, residuos electrónicos y residuos plásticos a países en desarrollo”.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.