Baluartes dentro de la tierra

En un intento por impedir los contraataques de Ucrania, a lo largo de varios kilómetros Rusia ha desplegado hileras de pirámides de concreto, conocidas como dientes de dragón.
En un intento por impedir los contraataques de Ucrania, a lo largo de varios kilómetros Rusia ha desplegado hileras de pirámides de concreto, conocidas como dientes de dragón.

Durante los últimos meses, cerca de uno de los frentes de combate más peligrosos de la guerra en Ucrania, ha aparecido un enorme complejo de trincheras, trampas y algunos otros obstáculos.

Estas fortificaciones fueron construidas por Rusia con el propósito de que Ucrania no intentara tomar Popasna, un pueblo que Rusia capturó en mayo. De acuerdo con un análisis que realizó The New York Times de los datos de radar por satélite, solo se trata de una pequeñísima parte de una inmensa red de defensa rusa que se extiende por toda Ucrania.

Estas estructuras podrían proporcionarle a Rusia un tiempo muy valioso para movilizar y entrenar a más soldados y así recobrar su ímpetu en la guerra. Pero es posible que Ucrania ponga a prueba la capacidad de los rusos para conservar estas posiciones durante el invierno.

Las trincheras no son nuevas en Ucrania. Desde hace mucho tiempo, la guerra de trincheras ha sido una característica del combate en el este de Ucrania por la región del Donbás. Los ucranianos luchan desde sus propias trincheras en su lado de la línea cerca de Popasna, donde los rusos están emprendiendo una intensa campaña para expulsar de la ciudad de Bajmut a los soldados ucranianos.

Sin embargo, la velocidad y la magnitud del proceso de construcción de Rusia durante estos últimos pocos meses no tiene precedentes.

Las fortificaciones son un ejemplo de la manera en que el Ejército ruso está tratando de instalar posiciones más fuertes y defendibles para contrarrestar la presión de Ucrania, casi siempre con la ayuda de obstáculos naturales como los ríos.

El mes pasado, Ucrania recuperó una gran cantidad de territorio en el sur, incluyendo la capital regional de Jersón, y mandó a las fuerzas rusas al otro lado del río Dniéper. Este río funciona como una barrera natural, y Rusia ha construido una serie de obstáculos defensivos enormes al sur del río para que Ucrania no intente cruzarlo.

El mes pasado, Ucrania recuperó la capital regional de Jersón del control de los rusos. Para evitar más pérdidas, Rusia ha construido baluartes a lo largo del río Dniéper.
El mes pasado, Ucrania recuperó la capital regional de Jersón del control de los rusos. Para evitar más pérdidas, Rusia ha construido baluartes a lo largo del río Dniéper.

Como parte de las defensas, hay hileras de pirámides de concreto, conocidas como dientes de dragón, a lo largo de varios kilómetros, y zanjas muy profundas llamadas trampas antitanques. Ambas están diseñadas para detener a los vehículos ucranianos y obligarlos a quedarse en posiciones predeterminadas donde las fuerzas rusas puedan atacarlos.

Rusia también está construyendo kilómetros de trincheras y resguardos para que sus soldados puedan disparar sus ametralladoras.

Las fortificaciones podrían frenar al ejército ucraniano, pero solo resultan eficaces si se manejan de manera correcta.

Si no hay personal que ocupe los puestos, solo serán útiles si hay un repliegue ordenado por parte de los rusos, el cual es una de las operaciones tácticas más difíciles de llevar a cabo, señaló Philip Wasielewski, un miembro del Instituto de Investigación de Política Exterior.

“No hay ninguna garantía de que los soldados lleguen a esas fortificaciones, ni tampoco de que no sigan corriendo cuando lleguen”, comentó Wasielewski. “Solo son agujeros en la tierra a menos de que sean gestionados por soldados disciplinados y motivados que cuenten con un respaldo de artillería, reservas móviles y logística”.

A fin de que se entienda mejor qué son las fortificaciones rusas en el este de Ucrania, el Times analizó los datos de radar por satélite para ver los cambios físicos en la superficie de la Tierra. Esos datos, junto con imágenes satelitales de alta resolución proporcionadas por Planet Labs, muestran varias hileras de baluartes rusos a lo largo de autopistas importantes justo detrás de las líneas de combate rusas.

Rusia continúa su ofensiva cerca de Bajmut, donde está atacando la ciudad con artillería y, en las dos últimas semanas, poco a poco ha ido ganando territorio hacia el este y el sur de la ciudad. La nueva construcción ofrece varias posiciones defendibles a las cuales replegarse en caso de un contrataque de los ucranianos.

Pese a que la guerra de trincheras se asocia con guerras importantes del siglo XX, las trincheras y los obstáculos pueden seguir teniendo una función importante en las guerras modernas al determinar dónde puede atacar el enemigo, señaló Ben Barry, investigador principal en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.

“Toda la idea de las posiciones defensivas es tener la ventaja de poder combatir desde posiciones programadas”, explicó Barry.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los soviéticos usaron este tipo de baluartes para defenderse con éxito de un ataque de los alemanes a la ciudad de Kurk. Según Barry, Moscú ve esto como modelo de la batalla defensiva rusa.

“Ellos sabían que los alemanes estaban atacando ahí, así que construyeron defensas a gran profundidad y contaron con muchas franjas de obstáculos y campos minados, así como con franjas de defensas y fuertes reservas”, explicó Barry.

Pero actualmente las trincheras también tienen puntos débiles. Muchas de ellas están construidas al descubierto a poca distancia de la artillería ucraniana, lo cual hace que sean especialmente susceptibles a ser detectadas por los drones.

El ministerio de Defensa del Reino Unido señaló en un comunicado que es muy probable que la construcción de estos baluartes tan cerca de las fuerzas ucranianas haya provocado muchas bajas rusas cerca de la ciudad de Svatove, en el este de Ucrania.

Un análisis publicado a fines de noviembre por el Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo estadounidense de investigación, reveló que, en octubre, Rusia también construyó posiciones defensivas en el sur profundo de Jersón antes de ordenar su retirada del territorio al norte de río Dniéper.

Las fortificaciones de Rusia están mucho más lejos de las líneas de combate en Jersón que en el este de Ucrania. Se han detectado nuevas estructuras a más de 80 kilómetros del río Dniéper, el cual ahora sirve de barrera natural entre ambos lados.

Los expertos militares señalaron que es probable que Rusia pase a la defensa en Jersón y así podría reubicar sus fuerzas en frentes más activos en la guerra, como Bajmut.

Sin embargo, de acuerdo con un análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra, esta es una señal de que “la dirigencia militar rusa ve como una amenaza importante la posibilidad de una contraofensiva ucraniana al otro lado del río Dniéper”.

Ucrania ya ha realizado un aterrizaje anfibio en una península estratégicamente esencial en la desembocadura del río Dniéper. Esta península, conocida como península de Kinburn, podría servir de base para los ataques de Ucrania en Jersón, así que Rusia ha reforzado mucho una franja de tierra de un poco más de tres kilómetros de ancho que separa la península del territorio continental.

Muchas de las fortificaciones están diseñadas para proteger las líneas de suministro que conectan Jersón, en el sur, con Crimea, la península que Rusia se anexó de modo ilegal en 2014. De acuerdo con el Instituto para el Estudio de la Guerra, perder, incluso, una sola de las dos carreteras principales “probablemente perjudicaría la logística en la que se fundamentan las operaciones de Rusia” en el este de Jersón y el oeste de Zaporiyia.

Las posiciones defensivas se pueden ver cada ocho kilómetros en la importante carretera M14 que va de Jersón a Melitópol, una ciudad en la región de Zaporiyia que Rusia capturó en los primeros días de la guerra.

A fin de cuentas, el éxito de estas estructuras defensivas depende de la capacidad de los soldados que las defienden. En septiembre, Rusia movilizó cientos de miles de reclutas nuevos, pero muchos de ellos llegaron al campo de batalla mal entrenados y sin equipo.

A fines del mes pasado, los analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra escribieron que es probable que Rusia haya desplegado estos nuevos reclutas en los baluartes de la línea de combate en Jersón y reservó a los soldados más experimentados para las posiciones secundarias.

“Mandar a estos efectivos menos eficaces, menos organizados, mal equipados y mal abastecidos a las fortificaciones rusas del frente de batalla podría hacer que se desplomen o retrocedan más rápido de lo que habría planeado la dirigencia militar rusa”, escribieron los analistas.

© 2022 The New York Times Company