Una ballena rara vez vista murió en los Cayos, los biólogos investigan

Científicos especializados en mamíferos marinos están investigando la causa de la muerte de una ballena raramente vista encontrada en aguas poco profundas de los Cayos

Unos transeúntes vieron al animal debatiéndose a medio metro de profundidad en los alrededores de Harry Harris Park, un pequeño parque frente al mar en Tavernier, sobre las 4 p.m. del domingo y llamaron a la Comisión de Conservación de Peces y Vida Silvestre de la Florida (FWC). La agencia se puso en contacto con la organización sin fines de lucro Dolphins Plus Marine Mammal Responder, autorizada por el gobierno federal, que envió un equipo en 30 minutos.

Pero ya era demasiado tarde.

El animal, un macho adulto de 14 pies de largo, había muerto, según Art Cooper, biólogo y fundador de la organización.

Funcionarios de la FWC remolcaron la ballena a un puerto deportivo local, donde permaneció hasta que fue llevada a una estación del Servicio de Parques federal (NPS) en Cayo Largo, donde los científicos llevaron a cabo su necropsia el lunes bajo tiendas de campaña instaladas bajo un dosel de árboles sobre una rampa para botes.

Los científicos tomaron medidas antes de cortar el cuerpo para tomar muestras e inspeccionar posibles heridas o signos de enfermedad o lesión.

Cooper dijo que es demasiado pronto como para saber qué le ocurrió a la ballena, pero hasta ahora no hay nada obvio que indique que estuviera relacionado con la actividad humana, como el golpe de un barco.

“Creo que se trata de un animal más viejo”, dijo Cooper.

Lo supuso porque el torso de la ballena estaba cubierto de círculos oscuros con aspecto de lunares que, según Cooper, eran cicatrices de mordeduras de tiburón. Estos pequeños tiburones tienen bocas redondas con dientes afilados como cuchillas. Cuando muerden, dejan heridas circulares y arrancan trozos de carne en forma de cucurucho de helado invertido, dijo Cooper.

“Tardan mucho tiempo en curarse”, dijo Cooper. “Si nos fijamos en el vientre de este tipo, ha estado aquí un tiempo”.

Este tipo de ballenas puede vivir entre 27 y 48 años, según la NOAA. Como prefieren aguas muy profundas, rara vez se les ve en las aguas menos profundas que rodean los Cayos.

“Llevo 33 años haciendo esto”, dijo Cooper, de 54 años. “Esta es la tercera ballena picuda que veo”.

A pesar de la indicación inicial de que esta ballena murió de vejez, los funcionarios del Servicio Nacional de Peces Marinos querían que el equipo de Cooper, que trabajó con biólogos de la FWC, llevara a cabo la necropsia, porque esta era la segunda ballena pelágica —o de aguas abiertas— que se encontraba muerta frente a los Cayos en menos de una semana, dijo.

La semana pasada, un gran cachalote muerto fue avistado a unas 40 millas de la ciudad de Marathon en los Cayos, dijo Cooper.

Los científicos no tuvieron la oportunidad de inspeccionar el animal, porque los depredadores habían llegado hasta su cadáver y acabaron comiéndole el estómago. Cuando eso ocurre, los mamíferos se hunden, dijo Cooper.

Aparte de la necropsia, gran parte de las demás partes del animal serán analizadas en otro lugar por los científicos y el cráneo será sometido a una tomografía computarizada en el laboratorio de la NMFS en Key Biscayne , dijo Cooper.

El resto se devolverá al agua, en donde, según Cooper, animales como el tiburón toro, habituales en las aguas poco profundas de los Cayos, devorarán el cadáver en cuestión de horas.

“Como a este animal no se le practicó la eutanasia”, dijo, “podemos reciclar el cadáver y cualquier parte que no nos interese científicamente”.

Biólogos de Dolphns Plus Marine Mammal Responder y de FWC haciéndole una necropsia el lunes 14 de agosto de 2023 a un zifio de Gervais que murió frente a los Cayos de la Florida el día anterior.
Biólogos de Dolphns Plus Marine Mammal Responder y de FWC haciéndole una necropsia el lunes 14 de agosto de 2023 a un zifio de Gervais que murió frente a los Cayos de la Florida el día anterior.