Ayahuasca, la bebida indígena que propicia la regeneración neuronal

Decocción de ayahuasca en Iquitos, Perú. (Imagen Creative Commons vista en Wikipedia).
Decocción de ayahuasca en Iquitos, Perú. (Imagen Creative Commons vista en Wikipedia).

En el idioma quechua que hablan los indígenas de la selva amazónica (el mismo que adoptaron los misioneros españoles para la catequesis de los incas) el término ayahuasca significa “la liana de los muertos” (de “aya”: espíritu, muerto y “waskha”: liana, soga).

El término se ha hecho popular en medio mundo, ya que la ayahuasca ha trascendido el empleo medicinal que tradicionalmente le han dado los pueblos amazónicos, y se ha llegado a convertir en una “atracción turística” para todos aquellos que buscan “otros mundos que no están en este”.

La razón de este interés se explica por los efectos alucinógenos provocados por este brebaje, que se obtiene por la decocción de una especie de liana local llamada yagé (Banisteriopsis caapi) cuyo principio activo llamado dimetiltriptamina (DMT) es capaz de “hacerte volar sin alas”. No, no me he abandonado a las drogas psicodélicas. Si os hablo hoy de la ayahuasca es porque al parecer esta bebida genera algo más que un “colocón”.

Según un reciente trabajo con ratones realizado por científicos de nuestro país, el DMT presente en esta liana podría estimular el crecimiento de nuevas neuronas en el hipocampo. Esto al menos es lo que se desprende del estudio que acaban de publicar en la revista Translational Psychiatry. Debemos aclarar que el hipocampo es una región del cerebro (encastrada profundamente en el lóbulo temporal de cada hemisferio) que forma parte del sistema límbico y que está muy relacionada con los procesos mentales que involucran el uso de la memoria.

Además del DMT, la ayahuasca contiene dos compuestos químicos más, llamados harmina y tetrahidroharmina. Algunos trabajos previos habían demostrado que estos dos alcaloides tenían la capacidad de estimular la formación de nuevas neuronas, a partir de células madre, en discos de Petri.

El trabajo de nuestros compatriotas de la Universidad Complutense de Madrid intentó comprobar si además de en pacas de Petri, la ayahuasca sería también capaz de generar nuevas neuronas en el hipocampo de ratones vivos. ¿Resultado? Efectivamente, no solo se generaron más neuronas sino que los ratones dopados con este brebaje también rindieron mejor en pruebas de memoria, en comparación con los del grupo del control.

Se sabe que la neurogénesis se da de forma natural en tres pasos. Comienza con una proliferación de células madres neuronales, que formaban neuroblastos (células precursoras de las neuronas) en un área específica del hipocampo llamada zona subgranular del giro dentado (SGZ). Durante el segundo paso, los neuroblastos migran al interior de la capa granular del hipocampo. Y finalmente, una vez allí se diferencian en neuronas funcionales.

Secciones de la liana <i>Banisteropsis caapi</i> con las que los chamanes preparan el brebaje llamado ayahuasca. Desgraciadamente, el turismo "psicodélico" hace que cada vez sea más difícil de encontrar en su ambiente natural.(Imagen Creative Commons vista en Wikipedia).
Secciones de la liana Banisteropsis caapi con las que los chamanes preparan el brebaje llamado ayahuasca. Desgraciadamente, el turismo "psicodélico" hace que cada vez sea más difícil de encontrar en su ambiente natural.(Imagen Creative Commons vista en Wikipedia).

Para comprender cómo influía la ayahuasca en este proceso, los investigadores se la inyectaron directamente en el cerebro de los ratones poco antes de extraer y analizar su hipocampo. Los resultados mostraron que esto provocaba que las células madres presentes en el SGZ proliferaran y se diferenciaran formando neuronas pero también células gliales (que actúan como auxiliares de las neuronas) tales como atrocitos y oligodendrocitos.

Para determinar si estas células eran luego capaces o no de migrar hacia la capa granular del hipocampo y convertirse en funcionales, los investigadores inyectaron ayahuasca a un segundo grupo de ratones a lo largo de tres semanas. Pasado ese tiempo los sometieron a varias pruebas diseñadas para evaluar su capacidad de memorización y aprendizaje.

Y el resultado, como os había anticipado, es que el rendimiento cognitivo de estos ratones sobresalió en comparación a lo observado en el grupo de control, lo que sugiere que los neuroblastos recién formados fueron capaces de convertirse en neuronas funcionales, mejorando las habilidades de los roedores.

Como os comentaba, esto abre la puerta a futuros tratamientos para enfermedades neurodegenerativas como la demencia, que se caracterizan por la pérdida de neuronas en algunas regiones cerebrales de importancia crucial.

Tal y como explica el investigador principal José Ángel Morales García: “el estudio muestra que la DMT es capaz de activar a las células madre neuronales y formar nuevas neuronas”. Obviamente, el reto ahora es conseguir que este compuesto químico: “active la capacidad latente de nuestro cerebro para generar neuronas que remplacen las que mueren a causa de las enfermedades”.

Seguramente te estás preguntando si para someternos a esos hipotéticos futuros tratamientos neurogeneradores tendremos que pagar el peaje de sufrir “viajes psicodélicos”. La respuesta es “no”, ya que otro de los hallazgos del equipo de la complutense es que la ayahuasca estimula la neurogénesis interactuando con un receptor celular llamado “sigma-1”, diferente a la ruta que emplea el DMT (los receptores de serotonina) para provocar alucinaciones.

Sin duda esto es una gran noticia ya que se podrán evitar efectos secundarios desagradables en esos tratamientos futuros, que obviamente deberían centrarse en los receptores sigma-1.

¡Quién iba a pensar que los chamanes amazónicos guardan el secreto de un posible tratamiento contra la demencia y otras enfermedades mentales¡ La naturaleza nunca deja de sorprendernos y por eso es tan importante que, en la medida de lo posible, se preserve intacta la flora de la Amazonía y de otras zonas vírgenes del planeta. En la espesura de sus bosques puede haber plantas que encierren secretos capaces de curar cientos de enfermedades.

Me enteré leyendo Popular Mechanics.

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