La atleta Ana Peleteiro denuncia violaciones: "Me despertaba teniendo sexo sin consentimiento"

La atleta Ana Peleteiro denuncia violaciones: "Me despertaba teniendo sexo sin consentimiento"

La atleta española Ana Peleteiro, especialista en la prueba de triple salto y ganadora de una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de 2020, ha revelado que sufrió violaciones, abusos sexuales y maltrato psicológico por parte de una antigua pareja.

Aprovechando un nuevo 'trend' de sororidad femenina, en el que miles de mujeres están compartiendo experiencias de abusos en sus relaciones, Peleteiro se sinceró en un video de TikTok: "Me despertaba por las noches teniendo relaciones sexuales sin consentimiento. Y aún así me quedé".

"Me decía que si no manteníamos relaciones sexuales siempre que él quería, deterioraría la relación", afirmó Peleteiro. Su expareja, un hombre al que no ha querido nombrar, le habría hecho chantaje sexual, amenazándole con infidelidades si ella no cedía: "[Decía] que al fin y al cabo, quien no comía en casa comía fuera, y que si luego me era infiel tampoco me sorprendiese. Y aún así me quedé".

Sin embargo, no pretende tomar medidas legales ni dedicarle más tiempo a esta situación. "Ahora está centrada en su entrenamiento, en prepararse para sus próximas competiciones. Solo quiso denunciar los abusos públicamente para concienciar sobre el tema, para animar a que se empatice con las mujeres que sufren maltratos. No tiene intención de llevar a juicio al culpable", explicó a 'Euronews' una fuente cercana a la atleta. "Ojalá esto sirva para que otras niñas no se queden", dice la propia Peleteiro al inicio de su video.

Un posible culpable

Varios usuarios dedujeron que el abusador era Nelson Évora, un atleta portugués que estuvo cinco años con Peleteiro, y que fue campeón olímpico en triple salto en 2008.

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La especulación provocó oleadas de mensajes de odio y de insultos racistas hacia Évora. Tanto, que el atleta se ha visto obligado a despejar dudas y a publicar en su cuenta de Instagram un mensaje aclarador: "Con motivo de las noticias que están circulando y que involucran mi nombre, expreso toda mi empatía por Ana y todas las mujeres y hombres que viven este tipo de situaciones. La persona señalada en esa historia no soy yo", afirma. "Por lo tanto, agradecería que no se me asociara con la misma o habrá consecuencias legales", agrega.

#Yaunasímequede

Peleteiro se suma a la tendencia viral #yaunasímequede, que reúne miles de videos de mujeres compartiendo historias personales para visibilizar actitudes machistas o tóxicas comunes, y normalizadas, en la vida de pareja. Al igual que Peleteiro, denuncian momentos que van desde anécdotas humillantes hasta abusos sexuales y violaciones, admitiendo a su vez que, a pesar del sufrimiento, fueron incapaces de dejar la relación.

En el caso de Peleteiro, también hubo infidelidades y mentiras: "Descubrí que tenía una doble vida, otra relación a escondidas, y aún así me quedé. Desaparecía y yo no sabía nada de él durante fines de semana enteros. Y volvía de esos viajes con chupetones en el cuerpo".

Ana Redondo, ministra de Igualdad de España, alabó la valentía y sinceridad de la atleta en declaraciones a la prensa en Barcelona. "Lo importante es alzar la voz y dar el paso hacia la denuncia", afirmó la ministra. E Irene Montero, eurodiputada de Podemos y exministra de Igualdad, defendió la libertad de denuncia de Peleteiro diciendo que "tiene derecho a romper el silencio como quiera".

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Las declaraciones de la atleta llegan en un momento clave para el feminismo en Europa, que aún sigue atento al juicio por violación de Gisele Pelicot, en Francia. Pelicot, de 70 años, fue violada repetidamente a lo largo de una década por más de 90 hombres, de los cuales solo 50 han sido identificados. Su marido Dominique la drogaba hasta dejarla inconsciente; acto seguido, permitía que desconocidos, reclutados a través de páginas de internet donde "ofrecía" a su mujer, entrasen a violarla en su propia casa.

Gisele sufrió lagunas mentales y heridas misteriosas durante años, llegando a sospechar que tenía alguna enfermedad, ya que no era consciente de los abusos a los que la sometía su marido. Este, que grabó y fotografió los encuentros, produciendo miles de videos y de imágenes, ha admitido su culpa, aunque muchos de los otros violadores insisten en que pensaban que Gisele, inconsciente, daba su consentimiento.