Atenas limita el acceso a la Acrópolis para paliar los daños causados por el turismo masivo

Tras el respiro provocado por la pandemia, el turismo a vuelto a ser masivo y en particular en los sitios históricos europeos a los que ya no les queda otra solución más que filtrar el acceso al público. Es el caso de la Acropolis de Atenas, la capital de Grecia, donde estuvo nuestra corresponsal.

La Acrópolis y su emblemático Partenon acaba de abrir sus puertas al público, y miles de turistas esperan en las enormes colas para entrar a visitar la obra maestra de Fidias. Entre el caos de visitantes y vendedores ambulantes, los guías turísticos acreditados intentan buscar clientela.

Desde el pasado mes de septiembre, y para evitar las aglomeraciones y las interminables colas, el ministerio de cultura ha reducido el número máximo de visitantes diarios de 23 a 20 mil. También ha establecido el acceso organizado en franjas horarias para controlar el tráfico dentro de la Acrópolis. Todo ello para frenar el deterioro que la afluencia masiva de turistas estaba causando en el monumento patrimonio de la Humanidad.

«No nos gustan los sitios turísticos masificados, pero no podemos venir a Atenas y perdérnosla», relata Lidia, una turista que espera paciente a entrar en la Acrópolis.

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