Lo que un ataque de pandillas en una localidad rural de Haití dice sobre la misión de seguridad encabezada por Kenia

Ganthier, una comunidad rural 28 millas al este de Puerto Príncipe y a 14 millas de la frontera con República Dominicana, era uno de los últimos reductos bajo control de las pandillas en Haití.

Durante dos años, sus habitantes resistieron a una de las pandillas más conocidas del país, peleando junto a la policía local contra unos bandidos que asaltaban y saqueaban negocios, secuestraron misioneros estadounidenses y lanzaban repetidos ataques en la zona.

El jueves, cuando Ganthier estaba a punto de ser tomado totalmente por la pandilla, la policía haitiana, junto con agentes kenianos de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), lanzó una ofensiva. Tras semanas de planificación, reuniones y patrullajes conjuntos para familiarizar a las fuerzas extranjeras con el laberíntico paisaje de Puerto Príncipe, se puso en marcha el primer gran intento de acabar con una pandillas y recuperar el control durante un ataque activo.

Los refuerzos llegaron en dos vehículos blindados, y pronto se les unió un tercero estacionado carretera arriba, en Fond-Parisien, una comunidad vecina cercana a la frontera dominicana. Entre lo que encontraron los agentes: una estación de policía destruida, una ciudad vacía y pandilleros a la fuga.

Horas antes, el alcalde de la ciudad había dado la voz de alarma.

“Si en 72 horas no se produce un refuerzo significativo, si no se emprenden acciones, Ganthier habrá caído completamente bajo el control de la pandilla ... hasta la frontera dominicana”, declaró el alcalde Jean Viloner Victor al Miami Herald. “Esto es peligroso no solo para la comuna, sino para la nación”.

En la lucha contra el dominio de las pandillas en Haití, Ganthier destaca no solo por la resistencia de sus ciudadanos, sino por su ubicación estratégica: el control de la ciudad permitiría a las pandillas extender su violencia hacia el este, hasta el paso fronterizo de Malparase con República Dominicana. Según Victor y los propietarios de negocios de la zona, ese paso les permitiría acceder sin trabas a la porosa frontera haitiana y pasar armas, municiones y otros artículos de contrabando.

Pero antes de llegar a Malpasse, los miembros de la pandilla 400 Mawozo tendrían que apoderarse de Fond-Parisien, una comunidad rural vecina. Es la localidad donde Ted Higgins, cirujano vascular jubilado de Kansas City, construyó y opera uno de los únicos centros médicos que siguen funcionando en la zona desde que los ataques de las pandillas hicieron que los viajes hacia y desde Puerto Príncipe fueran arriesgados. El Higgins Brothers Surgicenter for Hope está a siete millas de Malpasse y Ganthier.

“Ganthier ha sido nuestra línea del frente y hasta hace poco han podido contener a las pandillas y hemos podido operar”, dijo Higgins, cuya clínica atiende a entre 1,500 y 2,000 pacientes al mes.

Después de que la policía no lograra recuperar el control de Ganthier el miércoles, Higgins pidió a sus médicos y otros empleados que vivían en un complejo de viviendas —el cual él construyó en Fond-Parisien para mantenerlos a salvo de los ataques de las pandillas mientras iban y venían del trabajo— que se reubicaran.

“Esto no es bueno para nosotros, que Ganthier caiga así”, dijo. “Somos el siguiente paso. Necesitamos ayuda”.

La ayuda llegó finalmente a última hora de la tarde del jueves. Pero en lugar de llegar en helicóptero, como habían previsto Higgins y Victor, llegó por carretera.

La misión multinacional de apoyo a la seguridad, que comenzó a llegar a Haití hace un mes, ha sido equipada con vehículos blindados, radios, armas de alto calibre y aviones no tripulados, pero no con medios aéreos o marítimos específicos, según confirmó un portavoz del Departamento de Estado.

La falta de helicópteros, aviones y barcos es una limitación significativa en la lucha contra la violencia de las pandillas, dicen expertos en seguridad y los habitantes de la zona que señalan que las pandillas están ampliando su control fuera de Puerto Príncipe.

“Los vehículos blindados por sí solos no bastan para hacer frente al tipo de delincuencia que tenemos aquí”, dijo Victor, que había abogado por el apoyo de helicópteros.

Réginald Delva, ex funcionario de seguridad pública, dijo que no ve cómo la misión puede tener éxito en el terreno de Haití –carreteras llenas de baches, tierras agrícolas y viviendas destartaladas– sin apoyo aéreo. “Las pandillas saben dónde esconderse y, sin apoyo aéreo, no se puede llevar a cabo una operación seria, aunque se disponga de drones”, dijo.

Sin acceso a helicópteros, que son un estándar en las operaciones tradicionales de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas, tanto los haitianos como los kenianos pasaron horas el jueves trazando un plan de ataque. No solo era necesario mantener el secreto, sino también atravesar una calle bloqueada con contenedores de transporte en la vecina Croix-des-Bouquets, que las pandillas usan para aislar Ganthier del resto de Puerto Príncipe.

“Tiene mucho sentido usar helicópteros”, dijo Higgins.

Brian Nichols, subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental de Estados Unidos, quien visitó Haití a principios de esta semana, concuerda.

Pero la aviación, dijo, es cara “y nos gustaría ver a otros países dar un paso adelante para proporcionar esos recursos”.

Estados Unidos es el mayor donante de la fuerza multinacional de apoyo a la seguridad, con $309 millones procedentes de los departamentos de Estado y Defensa y otros $60 millones en equipamiento y servicios de otras dependencias gubernamentales estadounidenses. Nichols dijo que esta cantidad, junto con $21 millones en contribuciones a un fondo fiduciario controlado por la ONU, es suficiente para apoyar a los 400 policías kenianos que están actualmente en Haití y a los cerca de 200 que llegarán en breve procedentes de Jamaica. Pero la misión necesita más dinero.

Nichols dijo que se están manteniendo varias conversaciones sobre los recursos, la policía y la seguridad. Uno de los temas es si la misión necesita tener hasta 2,500 efectivos, como se ha proyectado, y si todos ellos deberían tener su base en Puerto Príncipe.

“Una de las razones por las que se realiza este despliegue de la MSS en apoyo de la policía nacional haitiana es para que la policía nacional haitiana pueda asumir algunas de las otras tareas”, dijo Nichols. La necesidad de defender la infraestructura vital había absorbido una gran parte de sus fuerzas”.

Invasión de pandillas

El domingo, los miembros de una pandilla invadieron Ganthier, prendiendo fuego a la estación de policía y a un anexo de aduanas. En un video que mostraba la destrucción, Lanmou Sanjou, el actual líder de la pandilla 400 Mawozo, se comparó con un león dormido que se vuelve peligroso una vez despierto. Luego anunció su próximo objetivo: Fond-Parisien, dijo, y habría sangre.

Nichols, quien visitó Haití el lunes junto con Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, dijo que el asunto de Ganthier fue planteado por el primer ministro Garry Conille durante una reunión.

La semana pasada, en un discurso a la nación, Conille dijo que el gobierno había declarado el estado de emergencia para 14 zonas bajo control de pandillas y que había pedido a la policía, junto con el ejército haitiano y los kenianos, que llevaran a cabo operaciones contra las pandillas en esas comunidades. A pesar de su declaración, fuentes implicadas en las conversaciones con funcionarios del gobierno sobre el envío de refuerzos a Ganthier dijeron al Herald que estaban empezando a perder la esperanza de que se hiciera algo para ayudar a la ciudad.

A última hora del jueves, se supo que los dos vehículos blindados se desplazaban por la ciudad, donde horas antes los pandilleros habían recorrido las calles con artillería pesada y tomado “el control de todos los edificios gubernamentales”, dijo Victor.

Delva, el experto en seguridad, dijo que aunque las poderosas pandillas de Haití no están llevando a cabo el mismo tipo de ataques coordinados que realizaron a finales de febrero y marzo tras intentar capturar Puerto Príncipe, siguen siendo muy activas.

Durante el fin de semana, cuando la policía fue llamada a Ganthier, también se desplegó en Gressier y Léogâne, dos ciudades situadas al sur del área metropolitana de Puerto Príncipe, confirmó esta semana el portavoz de la Policía Nacional de Haití, Michel Ange Louis-Jeune,s.

“Las pandillas están en modalidad de espera ... a la expectativa”, dijo Delva.

En Ganthier, Victor dijo que está esperando ansiosamente para ver si la operación conjunta devolverá una sensación de normalidad a su comunidad de 92,000 habitantes.

“Es realmente alarmante”, dijo. “Las pandillas están saqueando las propiedades de la gente. Ellos son los que hacen la ley y controlan la ciudad”.