Ataque militar deja saldo sangriento en mina venezolana

Enfrentamientos entre militares venezolanos y mineros ilegales, muchos de ellos indígenas, han dejado un saldo de al menos 10 muertos y 17 heridos, reportaron el jueves organizaciones que velan por los derechos humanos.

El choque de fuerzas se produjo en medio de los esfuerzos de los soldados venezolanos por desalojar una mina de oro y coltán ubicada en el Parque Nacional Yapacana, región selvática cercana a la frontera con Colombia.

Las autoridades venezolanas llevan ya varias semanas tratando de desmontar las operaciones de explotación ilegal de minerales ubicadas en el parque nacional. Desde el 1 de julio “más de 11,594 mineros ilegales han sido desalojado... por irrespetar el ordenamiento jurídico territorial venezolano”, detalló en la plataforma X el general Domingo Hernández Lárez, jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada.

Aún cuando los militares venezolanos atribuyen el enfrentamiento a un presunto ataque perpetrado por guerrilleros colombianos, imágenes y testimonios que circulaban el jueves a través de las redes sociales mostraban que varias de las víctimas se trataban de trabajadores de las minas, incluyendo a integrantes de las comunidades indígenas que habitan en la zona.

Testigos dijeron que los militares llegaron haciendo uso de la fuerza, provocando la tragedia.

“No se puede llegar con bombazos a las minas”, esa no es la manera, dijo la activista Cristina Burelli en una entrevista con Radio Fe y Alegría Noticias.

El enfrentamiento, que portales de noticias en Venezuela dijeron había durado unas seis horas, extiende el alarmante historial de violencia que empaña la región minera, que según estudios se ha convertido en el sector de mayor inseguridad en el país.

“El Arco Minero del Orinoco (en el sur del país) se ha convertido en un territorio sin ley donde operan los intereses económicos y políticos de grupos armados irregulares, militares y policiales que han desatado una guerra contra la población indefensa”, señaló en un reciente estudio la organización no gubernamental FundaRedes.

La ola de violencia desatada ha estado por años aterrorizando a los habitantes de la zona, “esclavizando a civiles, de manera especial a indígenas, y explotando la tierra de una manera indiscriminada y en progresiva y continua violación de los derechos humanos en este territorio”, agregó el informe.