Aryna Sabalenka, campeona del Australian Open: vapuleó a Zheng Qinwen y retuvo la corona

Aryna Sabalenka es la imagen de la felicidad en el Melbourne Park, de Melbourne
Aryna Sabalenka es la imagen de la felicidad en el Melbourne Park, de Melbourne - Créditos: @LILLIAN SUWANRUMPHA

Aryna Sabalenka, número 2 del mundo, se proclamó este sábado campeona del Australian Open por segunda vez consecutiva al imponerse a la tenista china Zheng Qinwen (número 15) por 6-3, 6-2 en 1 hora y 16 minutos. La bielorrusa de 25 años conquistó su segundo título de Grand Slam sin conceder ningún set a lo largo de las dos semanas en Australia, para unirse a Ash Barty, Serena Williams, Maria Sharapova y Lindsay Davenport en el selecto club de jugadoras que han logrado la hazaña desde el año 2000. Zheng, pese a la derrota, entrará en el ‘Top 10′ de la clasificación WTA a partir del lunes, en la séptima posición.

“Han sido un par de semanas increíbles. La sensación ahora mismo es increíble”, dijo Sabalenka al recibir el trofeo. “Como siempre, mi discurso va a ser extraño, este no es mi superpoder”, dijo la campeona, conteniendo la emoción, al momentos de tomar el micrófono. “Quiero agradecer a Evonne (Goolagong) porque eres una inspiración para todas nosotras. Quiero también felicitar a Qinwen, sé que es un sentimiento muy duro pero eres muy joven y una gran jugadora. Vas a llegar a muchas finales como esta y se que lo conseguirás”, señaló. “Quiero agradecer también a mi familia, porque siempre me olvido de ellos en estos discursos. No sé si debería seguir en inglés porque no se van a enterar de nada”, dijo entre risas.

Sabalenka se convirtió así en la primera jugadora desde hace más de diez años que logra conservar el trofeo de Melbourne, después de que su compatriota Victoria Azarenka se proclamase campeona en 2012 y 2013. La bielorrusa no estuvo acompañada por las banderas de su país en las gradas, debido a una prohibición por el papel de Minsk en la invasión rusa de Ucrania, pero la carismática jugadora de 25 años cuenta con una gran base de seguidores en Melbourne y aprovechó el apoyo de la Rod Laver Arena.

Repitiendo el guion que ha impuesto en todos sus partidos en las pistas del Melbourne Park, la final estuvo muy decantada a su favor desde el inicio. Zheng perdió su primer servicio y lo mismo ocurrió en el inicio del segundo set. Autora de numerosas dobles faltas y sufriendo la potencia de los golpeos de Sabalenka, la china no pudo plantar cara a su rival.

La bielorrusa quebró el saque de Zheng en el segundo juego y se adjudicó el primer set en apenas 33 minutos. Volvió a romper el servicio de su rival al inicio del segundo y mantuvo su dominio durante todo el choque contra la 12° preclasificada. Con un 5-2 a favor y un 40-0 en la pizarra en el segundo, Sabalenka dispuso de tres puntos de partido con su saque pero falló dos por derechas que se fueron largas y otro por una inteligente dejada de Zheng. Al final necesitó cinco puntos de partido para sellar su triunfo con una derecha cruzada ganadora. Se trató de la final más desigual desde que Azarenka venció a Maria Sharapova por 6-3 y 6-0 en 2012.

En el tercer game del segundo set, con Zheng al saque, el partido fue interrumpido por los gritos de un activista. Se reanudó cuando los guardas de seguridad escoltaron al hombre fuera del estadio.

Qinwen Zheng of China, la exjugadora australiana Evonne Goolagong Cawley y Aryna Sabalenka, tras la entrega de premios
Qinwen Zheng of China, la exjugadora australiana Evonne Goolagong Cawley y Aryna Sabalenka, tras la entrega de premios - Créditos: @JOEL CARRETT

Desde su primer gran título en Australia hace un año, la bielorrusa ha dado un paso hacia delante en el tenis mundial, disputando tres de las últimas cinco grandes finales, dos en Melbourne y una en Nueva York, perdida contra Coco Gauff. Precisamente la estadounidense es la única en haber aguantado más de una hora y media contra Sabalenka durante esta edición del torneo australiano. Su misión ahora es desplazar a Iga Swiatek, la polaca que encabeza el ranking mundial. ¿Podrá lograrlo?

De 21 años, Zheng Qinwen se quedó a las puertas de convertirse en la segunda tenista de su país en lograr un título de Grand Slam, después de que su compatriota Li Na ganase Roland Garros en 2011 y el Abierto de Australia en 2014. Su mejor resultado en Grand Slam hasta ahora eran los cuartos de final del US Open 2023, donde fue eliminada por Sabalenka, precisamente.

Zheng fue además la primera en cuatro décadas que supera seis rondas sin medirse a ninguna rival entre las 50 mejores, y la tercera en la era Open que alcanza la final sin verse las caras con ninguna preclasificada.

Lo mejor de la final

Polémica, sensible y con un tigre que la impulsa

Si hay algo que no hace Aryna Sabalenka es pasar inadvertida. Con una personalidad avasallante y poderosos impactos, la tenista bielorrusa no oculta sus fragilidades. Angustiada, lloró desconsoladamente en un court por la cantidad de doble faltas cometidas en un partido (21; en Adelaida 2022). En medio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania se les plantó a aquellos que la señalaron por su vínculo con Alexander Lukashenko, el presidente de Belarús que muestra su apoyo a Vladimir Putin. Es quien queda en medio de una polémica por el tamaño de una torta de cumpleaños recibida en el torneo de Madrid (Carlos Alcaraz obtuvo una más grande).

Tras el último US Open, la bielorrusa nacida en Minsk alcanzó por primera vez el número uno del ranking mundial. Se transformó entonces en apenas la octava jugadora de la historia en llegar al número 1 en individuales y dobles, detrás de figuras como Serena y Venus Williams, Kim Clijsters, Martina Hingis, Lindsay Davenport, Arantxa Sánchez Vicario y Martina Navratilova.

El tigre que se tatuó Aryna Sabalenka y enojó a su mamá
El tigre que se tatuó Aryna Sabalenka y enojó a su mamá - Créditos: @TIMOTHY A. CLARY

Con la cabeza de tigre tatuada en su antebrazo izquierdo, Sabalenka comenzó a jugar al tenis con seis años y casi por casualidad, al pasar con su padre Serguéi, un jugador de hockey sobre hielo, por delante de unas canchas y decidieron probar. Los recuerdos de sus primeros partidos de tenis profesional son algo difusos: “Me acuerdo vagamente de un partido entre Kerber y Serena, en la final del Abierto de Australia 2016. Había pedido un chocolate en un café y había un televisor. Pero en realidad, yo no miraba realmente tenis. No sé por qué”, explicó un tiempo atrás. En 2012 jugó su primer torneo del circuito ITF y, en 2016, se inició en el circuito profesional, jugando la clasificación en el WTA en Rabat. En 2017 entró en el top cien y acabó la temporada en el puesto 78° tras una final perdida en Tianjin (China) contra Maria Sharapova. Ese mismo año debutó en el equipo bielorruso de la (ex) Fed Cup. En 2018 aparecieron sus primeros títulos (en New Haven y Wuhan) y nació su deseo de ganar algún día un Grand Slam y llegar a la cima del tour. Claro que debió domar su carácter.

Es que detrás de su físico imponente (1,82m) y de su juego intenso, con golpes pesados y un saque devastador, cometía constantes dobles faltas que la hundían en abismos de incertidumbre. Entonces añadió a su entrenamiento un trabajo psicológico, aunque finalmente prescindiera de él antes de ganar el Australian Open en 2023. “En el parate entre temporadas decidí dejar de trabajar con un psicólogo. Me di cuenta de que era la única en poderme ayudar. Le dije a mi psicólogo que pensaba que tenía que gestionar todo esto sola porque contar cada vez con alguien para solucionar mis problemas, a fin de cuentas, no solucionaba nada”, argumentó Sabalenka tras conquistar su primer major aussie.

Aryna Sabalenka abraza su primer trofeo del Australian Open, en 2023
Aryna Sabalenka abraza su primer trofeo del Australian Open, en 2023 - Créditos: @MARTIN KEEP

Todavía generan congoja las imágenes del torneo de Adelaida 2022 cuando no pudo contener su dolor ante la repetición de errores no forzados y doble faltas (llegó a sacar de abajo). La situación se volvió tan incómoda para todos los presentes que la jueza de silla, durante un descanso, le preguntó: “¿Te sentís bien?”. Sabalenka, preocupada, le confesó: “No puedo sacar”. No hizo ningún gesto sobre alguna lesión que la complicara, ni tampoco pidió atención médica. Claramente estaba atravesando por una crisis emocional.

La invasión bélica de Rusia a Ucrania dividió el vestuario del tenis, sobre todo el femenino, donde la tensión entre las jugadoras del país atacado por el Kremlin y las rusas (y bielorrusas) no se oculta. En medio de ese conflicto quedó Sabalenka. “Que diga a quién apoya. No la respeto”, rugió la ucraniana Marta Kostyuk en mayo pasado, tras caer con Aryna en Roland Garros y no estrecharle la mano tras el partido. Sabalenka admitió que antes del debut en París estaba nerviosa preguntándose si los espectadores la hostigarían. “Estaba preocupada. Sobre la guerra, lo he dicho muchas veces: nadie en este mundo, y eso incluye a los atletas rusos y bielorrusos, apoya esta guerra. ¿Cómo podríamos apoyar esta guerra? Por supuesto que no apoyamos. Y si pudiéramos detenerla, lo haríamos. Desafortunadamente, no está en nuestras manos. Entiendo por qué no quieren darnos la mano. Si nos dan la mano, ¿qué les sucederá del lado ucraniano?”.

La ucraniana Marta Kostyuk saluda a la umpire pero no a Sabalenka: ocurrió en el último Roland Garros
La ucraniana Marta Kostyuk saluda a la umpire pero no a Sabalenka: ocurrió en el último Roland Garros - Créditos: @Julian Finney

Sabalenka nació en 1998, que en el horóscopo chino es año de tigre, un símbolo de fuerza, protección y valentía. Esa coincidencia le llamó la atención y se tatuó el animal en un antebrazo. “Creo que tenía 18 años y mis padres no sabían de este tatuaje. Y cuando lo vieron la primera vez mi papá se reía, no sé por qué, pero mi mamá no me habló durante una semana. Y luego ella dijo: ‘Espero que sea el primero y el último’ y yo dije: ‘Sí mamá, es el primero y el último’, y luego me di la vuelta y dije: ‘Con suerte’. Pero ella no escuchó eso. Siento que a veces en la cancha necesito recordar a los tigres y luchar hasta el final. Teniéndolo en mi brazo me aseguro de poder verlo todo el tiempo y estar en llamas”, reveló alguna vez, desafiante, con la misma actitud que la lleva a lo más alto.