Los argumentos sobre la salud de Murillo Karam fallaron en convencer al juez de dejarlo salir de prisión preventiva

Jesús Murillo Karam
Jesús Murillo Karam

Con el rostro demacrado, una gruesa chamarra color caqui y una sonda de oxígeno en el rostro, el exprocurador Jesús Murillo Karam compareció mediante videoconferencia ante un juez de control, a quien su defensa pidió dejarlo salir de prisión preventiva debido a su “delicado estado de salud”.

Durante dos horas, sus abogados describieron a detalle que, desde su ingreso al Reclusorio Norte, Murillo ha sido trasladado en cinco ocasiones a diversos hospitales públicos, razón por la que desde el 19 de octubre no ha regresado al penal.

“Se trata de una persona que podría perder la vida si no es atendido constantemente”, dijo el abogado Javier López García tras enumerar las enfermedades del exfuncionario, al tiempo que Murillo recargaba su rostro sobre sus dos manos.

Sin embargo, el aspecto del exprocurador rápidamente cambió cuando la fiscal del caso Ayotzinapa, Lidia Bustamante, tomó la palabra y presentó siete elementos de prueba en su contra y concluyó que “el estado de salud del hoy justiciable es mucho mejor que el que tenía aquel 20 y 24 de agosto”, cuando fue presentado ante el juez y vinculado a proceso.

Molesto, ya sin la sonda que lo acompañó durante las más de cinco horas que duró la audiencia —y hasta con una ligera sonrisa irónica—, Murillo escuchó la decisión del juez Marco Antonio Fuerte Tapia, que determinó dejarlo en prisión al menos hasta febrero, cuando se llevará a cabo su siguiente audiencia.

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Salud y cuentas de Murillo Karam

El 19 de agosto pasado, el exprocurador fue detenido afuera de su casa en Lomas de Chapultepec, acusado de los delitos de tortura, desaparición forzada y contra la administración de la justicia por el caso Ayotzinapa.

Al día siguiente, se llevó a cabo una audiencia en la que el juez Fuerte Tapia decidió imponerle prisión preventiva justificada y, días después, vincularlo a proceso al considerar que, de dejarlo en libertad, existía “un alto riesgo de fuga” dada la trascendencia de la investigación y el perfil del exfuncionario.

Desde entonces, Murillo ha sido trasladado a cinco hospitales para recibir atención médica e incluso ser intervenido quirúrgicamente, razón por la cual su defensa solicitó una audiencia para que el juez nuevamente revisara la medida cautelar.

Al inicio de la jornada, la abogada Elba Marina Vázquez Mendoza expuso las razones por las cuales las defensa consideraba que imponer otra medida cautelar como prisión domiciliaria era lo ideal: su delicado estado de salud y que desde el 15 de noviembre la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ordenó el bloqueo de cuatro de sus cuentas bancarias.

La abogada también enumeró una decena de padecimientos crónicos del exfuncionario, como hipertensión, insuficiencia vascular cerebral y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), condiciones que —dijo— hacen que la prisión preventiva sea “una medida peligrosa y desproporcionada”.

“Por las condiciones precarias de salud que tiene y debido a que tiene una edad biológica de más de 80 años (…) está claro que no puede haber riesgo de fuga de una persona que no puede subsistir por sí sola”, señaló.

El ánimo desganado del exprocurador cambió cuando la fiscal Bustamante argumentó que no era posible concederle el cambio de medida cautelar, dado que “no han variado de manera objetiva las condiciones; lo único que ha variado es que la condición del señor JMK es mejor que en aquel 20 y 24 de agosto”.

Después, expuso pruebas en las que peritos y autoridades describían que “su estado de salud es estable”. Incluso, describió un peritaje que indicaba que la cirugía que se le practicó no era necesaria, pues el nivel de obstrucción de una de sus arterias carótidas era del 35%, cuando estas cirugías solo se practican cuando están a 50% o 70% de obstrucción.

“De todos modos se realizó (la cirugía) de manera preventiva, aunque fuera más riesgoso para su salud, pero al salir bien de esta se resolvió la insuficiencia cardiovascular sanguínea, por lo que ya no hay riesgo”, dijo la fiscal.

Sobre el bloqueo de cuentas bancarias por la UIF, el equipo de la Fiscalía General de la República (FGR) explicó que, dado que la propia unidad informó que en su investigación por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita incluye a “familiares directos y empresas fachadas”, se demostraba su “red de apoyo”.

“Así, el incentivo de fuga hoy es mucho mayor porque ya estuvo en prisión preventiva”, insistió la fiscal.

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La resolución contra Murillo Karam

Luego de más de una hora de receso para analizar su decisión, el juez regresó a la sala, desde donde comunicó a Murillo su decisión: no es procedente el cambio de medida cautelar.

“No se actualiza el principio de excepción puesto que él está siendo beneficiado, aunque no formalmente, de atención hospitalaria”, dijo frente a Murillo, visiblemente enojado, quien negaba con la cabeza y rechazaba los argumentos del juez.

Además, aseguró que las enfermedades crónico-degenerativas que expusieron los abogados ya se conocían desde la audiencia inicial, pero a Murillo “se le ha dado la atención médica correspondiente e incluso una cirugía que resultó exitosa”.

Por ello, determinó que el exfuncionario federal permanezca hospitalizado de manera temporal en la Torre Médica de Tepepan, hasta que se restablezca por completo o se elabore un nuevo dictamen para conocer su estado de salud, mismo que debe ser realizado por la FGR.

Al hacer referencia al bloqueo de cuentas de la UIF, el juez aseguró que esta determinación “evidencia otros recursos que se desconocían” y que incluso los bloqueos “no son definitivos y además podrían ser controvertidos mediante amparos”.

En otras palabras, el juez concluyó que, al no haber un cambio significativo en su poder adquisitivo o en su red de apoyo para lograr huir o permanecer oculto, y por su conocimiento en el sistema de justicia, “el riesgo de fuga prevalece”. Por ello, Murillo debe permanecer privado de la libertad.

Justo antes de terminar la audiencia, y a petición de la defensa y la fiscalía, el juez concedió tres meses más para el término de la etapa de investigación complementaria, que concluirá el 24 de febrero de 2023. Murillo escuchó esto mientras debía resignarse a seguir detenido al menos por 90 días más.

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