Año 2062, así será un 'rascanubes' de casi 5 kms de altura

A comienzos del siglo XX, cuando Manhattan comenzaba a poblarse de sus icónicos rascacielos, pareció claro que el futuro de las grandes ciudades pasaba por crecer a lo alto. A día de hoy, con urbes por todo el mundo disputándose el honor de albergar el edificio más alto del mundo, parece que la única restricción a la que se enfrentan los arquitectos es la de la resistencia de los materiales.

¿Cómo serán los edificios del futuro? La empresa Arconic, una empresa especializada en el diseño de nuevos materiales, ha imaginado un mega-rascacielos con una altura de 4.800 metros para dentro de 45 años. Si la altura que imaginan los técnicos de Arconic impresiona, tampoco sus características dejan indiferente, ya que este edificio podría estar realizado con materiales capaces de absorber la contaminación, y además sus balcones podrían desplegarse y recogerse como si se tratase de cajones.

La Torre forma parte de una campaña a gran escala de la empresa conocida como “The Jetsons”, un homenaje a la serie Los Supersónicos que Hanna Barbera creó en 1962, en la que intentan imaginar precisamente cómo sera la vida 100 años después, en 2062.

Sherri McCleary, una de las ejecutivas de Arconic, afirma que uno de los proyectos actuales más excitantes en los que trabaja es el EcoClean, un recubrimiento especial que ayudará a que las construcciones se limpien a sí mismas, purificando el aire en sus cercanías. Ideado en 2011, este material ofrece unas cuantas ventajas sobre el cristal clásico de ventana.

“Este funcional revestimiento proporciona estética, ventajas en su mantenimiento y también aporta un beneficio al medio ambiente circundante, reduciendo los niveles de los contaminantes a su alrededor”, afirmó McCleary.

EcoClean trabaja con la ayuda de la luz y del vapor de agua, que se mezclan con los compuestos químicos presentes en el revestimiento para producir unos átomos conocidos como radicales libres. Estos radicales libres absorben los contaminantes del aire y los descomponen para conseguir que se desprendan del edificio junto con la suciedad y la mugre – casi como si fuera piel muerta.

El resultado final es un edificio más limpio rodeado de aire más limpio.

Otra innovación está en las propias ventanas, que Arconic confía en que formen parte también de la torre de casi 5 kilómetros de altura. El nuevo diseño se llama Bloomframe, y esencialmente es una ventana motorizada que se convierte en un balcón hecho de vidrio en menos de un minuto.

Arconic ha presentado la tecnología en ferias comerciales de todo el mundo y esperan que llegue al mercado en un “futuro cercano”, según un portavoz de la compañía.

En lugar de gastar el doble de dinero en materiales para construir ventanas y rejas separadas, Arconic quiere invertir en componentes flexibles con el que construir edificios que sean algo más que gigantes estáticos.

Otros de los diseños futuristas de Arconic incluyen coches voladores, carrocerías ultraligeras y alas aerodinámicas de aviones.

Mientras tanto, siguen trabajando para superar los límites estéticos y funcionales de los modernos rascacielos. Gracias a la impresión en 3D, McCleary creee se podrían fabricar estructuras, que actualmente no son factibles, que podrían resistir vientos fuertes y climas singulares.

“Estamos buscando optimizar los materiales que se pueden imprimir en 3D para ofrecer más y más opciones a los diseñadores y a los arquitectos”, afirmó la directiva.

Me enteré leyendo Yahoo! news.