Angel Cabrera se comprometió a vivir otra clase de vida, después de haberse metido en un infierno que lo terminó encerrando en la cárcel, tras haber sido declarado culpable de dos episodios de violencia de género. Desde que cumplió su pena de 32 meses mostró distintas señales de recuperación, tanto anímicas como físicas, con el golf como principal aliado. En definitiva, se apoyó en lo que mejor sabe hacer. Y este domingo, el renacimiento se trasladó en resultados concretos: ganó el Paul Lawrie Match Play, un torneo correspondiente al Legends Tour de Europa.

“Estoy muy feliz, muy emocionado. Trabajé muy duro en los últimos dos meses para este momento y lo disfruto”, comentó el cordobés, luego de haber superado por 2 arriba al sudafricano James Kingston en el Hanbury Manor Marriott Hotel & Country Club, en la ciudad inglesa de Hertfordshire. Históricamente reacio a hablar en inglés, tanto en el Tour Europeo como en el PGA Tour, esta vez sí se largó a contar sus sensaciones en el idioma de Shakespeare: “Tuve que mantener la concentración, jugando hoyo a hoyo, y eso fue todo. ¿Si me ayudó el haber ganado aquellos dos majors para definir en esos hoyos finales? Por supuesto, me dio la experiencia”, contó el golfista de Villa Allende, de 54 años.

A falta de elocuencia al hablar en inglés, sí dejó entrever su emoción. que se le notó en sus gestos. Un desahogo, después de haber sido consciente de que había extraviado el camino durante una etapa reciente de su vida. Y describió: “Me gusta participar en los torneos match play. No juego habitualmente en este formato, pero me agrada. Jugaré la próxima semana en Irlanda y tengo que seguir trabajando, porque este deporte es muy difícil”.

Antes de este triunfo, Cabrera había recibido una muy buena noticia en el plano administrativo, porque la embajada de los Estados Unidos le otorgó la visa por 10 años. El trámite se demoró y hasta le había impedido formar parte en abril pasado del Masters de Augusta -en su condición de excampeón-, pero esa habilitación le abre las puertas a apostar al PGA Tour Champions, el circuito de veteranos de Norteamérica, donde su colega y amigo Ricardo González logró la membresía. Allí está su meta deportiva.

“Mi desafío es triunfar en el Champions Tour y obviamente ganar Majors de la gira”, admitió el Pato, en una entrevista reciente con la Voz del Interior. El otro punto positivo es que ya no volvió a sentir molestias en una de sus muñecas, después de haberse sometido a una operación en 2020. “La verdad que hasta entonces estaba jugando en una mano”, reconoció.

Como todo golfista exitoso que sobrepasa los 50 años, no hay mejor objetivo que tratar de prolongar la carrera en el circuito de veteranos de los Estados Unidos, donde se puede amasar más gloria y embolsar mucho dinero. Es el ámbito ideal para extender una trayectoria, ya que el Legends Tour de Europa, donde ganó este domingo, es menos competitivo y reparte menos premios.

Una definición muy pareja

El field con 64 jugadores del jueves se redujo a los dos últimos hombres que quedaron en pie el domingo por la tarde, para la definición del Paul Lawrie Match Play. Allí estaban, enfrentándose cara a cara el Pato Cabrera con el triple ganador en el Legends Tour y el campeón de la Carrera a Islas Mauricio 2022, James Kingston.

Hubo bromas en el tee, el típico estado de distensión y camaradería que se da en el ámbito senior, pero poco antes de la hora de salida se dibujó en los rostros de ambos una concentración férrea.

El primer punto de quiebre fue a favor del cordobés, que ganó el segundo hoyo, pero en ese intrincado trayecto de ida, de suma paridad, Kingston se apoderó del hoyo 8, lo que los llevaría a la curva de la vuelta final con el partido empatado.

Cabrera se llevó el hoyo 12 para tomar ventaja desde el principio en los últimos nueve, aunque Kingston niveló el score nuevamente al imponerse en el 14. Pero el campeón del US Open de 2007 y del Masters de 2009 ganó consecutivamente los hoyos 15 y 16 para quedar dos arriba, con dos por jugar.

En el tee en el 17, Cabrera falló hacia la izquierda y la pelota le quedó en el primer corte del rough, entre un pequeño grupo de árboles jóvenes. Kingston acertó el fairway, pero su tiro de aproximación aterrizó en el bunker del green, mientras que Cabrera conectó un sublime hierro 8 desde 177 yardas y dejó la bola a menos de 10 pies. Cuando Kingston acertó su tiro desde el bunker y sobrepasó la bandera, el sudafricano concedió el partido al cordobés.

La próxima estación del Legends Tour será el Irish Legends, en Seapoint Golf Links del condado de Louth, donde Cabrera estará nuevamente en el campo al igual que el australiano Michael Campbell, campeón del US Open 2005.

El de esta última semana fue el primer certamen en la historia del Legends Tour que presentó cinco campeones de majors, con seis títulos grande en total. Además de Cabrera, Ian Woosnam (Masters 1991), Paul Lawrie (Open Británico de 1999), Shaun Micheel (PGA Championship 2003) yMichael Campbell (US Open 2005)