AMLO y la idea de castigar a los abuelos convirtiéndolos en niñeras

Foto: Cuartoscuro
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Los abuelos ya cuidaron a sus hijos, ahora, la Cuarta Transformación los eleva al rango de cuidadores de los nietos y educadores. Cientos de estancias infantiles en el país servían, operaban y cuidaban a los niños de familias de escasos recursos, atendiendo su crecimiento, desarrollo, salud, educación y alimentación y lo podían hacer porque recibían un subsidio del gobierno federal que, sin aviso, les fue suspendido desde noviembre de 2018.

El programa que otorgaba el subsidio a las estancias infantiles, operado por la hoy Secretaria de Bienestar, tuvo en 2018 un presupuesto federal de 4 mil 70 millones 260 mil pesos, mismo que en el presupuesto de 2019 pasó a 2 mil 41 millones 620 mil pesos, tuvo una disminución de cincuenta por ciento.

El recorte fue explicado por Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en la Cámara de Diputados. Según él la disminución de 2 mil 28 millones 640 mil pesos para las Estancias Infantiles, destinado a apoyar a Madres Trabajadoras, es parte de la estrategia del gobierno federal para acabar con la corrupción en este programa.

“Nos interesa erradicar la corrupción en la administración de las estancias infantiles, eso es nuestro objetivo fundamental y por eso la garantía absoluta de la atención de los niños y la protección de las mamás trabajadoras.

“Las bondades que al principio tuvo este esquema, fueron desapareciendo paulatinamente y en algunos segmentos se convirtió en una fuente muy importante de desvío de recursos y desatención a los niños, fue lo que nos llevó a tomar la medida que ustedes conocen”. (Excelsior, 5 de febrero de 2019)

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Las estancias infantiles dejaron de recibir el subsidio federal que permitía a los padres pagar sólo el 50 por ciento de la mensualidad por niño, equivalente a 950 pesos, que representaba la mitad del costo mensual de la estancia. El programa se implementó hace más de 10 años a nivel nacional.

Provenientes de diversas entidades del país personal de las estancias infantiles, así como madres de familia, se manifestaron en el Zócalo de la Ciudad de México para exigir al presidente Andrés Manuel López Obrador que no se recorte el subsidio que reciben las estancias. Vinieron a buscar que las autoridades las escuchen y se sensibilicen sobre la repercusión del cambio de reglas de operación
de este subsidio. También acudieron a la Cámara de Diputados para demandar que se revierta la determinación del recorte presupuestal.

Los directores de algunas estancias comentaron que las nuevas reglas dejan fuera de las estancias infantiles a niños mayores de tres años, que están recibiendo educación preescolar y deberán ser retirados a medio ciclo escolar.

En las nuevas reglas de operación se propone entregar el dinero del subsidio directo a las madres, lo cual implica el riesgo de que lo usen para otra cosa en lugar de pagar las estancias. Se podría reducir la población en las estancias, muchos niños se quedarían sin servicio y las madres no podrán atenderlos.

Por su parte Adriana Montiel, subsecretaria de Bienestar, confirmó que el gobierno federal retirará el subsidio federal, pero “otorgará mil 600 pesos bimestrales a las jefas de familia para que decidan en dónde dejar a sus hijos, lo que incluye que los menores puedan ser cuidados por sus abuelitas”. (El Heraldo de México, 7 de febrero de 2019)

El secretario de Hacienda, Carlos Urzúa comentó que el gobierno federal destinará más de dos mil millones de pesos al programa de entrega directa de recursos a las jefas de familia.

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“Con eso se puede ayudar a la abuela que va a cuidar, quizá mejor a los niños que las propias estancias infantiles. ¿Me explico? Dar flexibilidad a los padres de familia y no atarse con estancias infantiles en particular”.

Este caso indica la tendencia del gobierno de López Obrador de ir retirando apoyos financieros a diversas organizaciones sociales dedicadas a apoyar a grupos vulnerables, mediante una combinación de recursos de origen privado y gubernamental. El argumento es el mismo, la corrupción y que los recursos otorgados a las organizaciones no llegaban totalmente a su destino.

La atención del Estado a diversos grupos vulnerables siempre ha sido insuficiente. Las organizaciones sociales se caracterizan por ser apolíticas y esta parece ser la razón por la que ahora dejarán de recibir los apoyos del gobierno.

Está claro que los niños no votan, pero los padres y los abuelos sí. En el proceso de construir su clientela política el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sigue la estrategia de entregar “becas” a jóvenes, madres solteras, ancianos y demás. La evaluación de esta práctica la podremos ver en los resultados electorales estatales y federales de los próximos años.