AMLO evita a toda costa hablar mal de Jaime Bonilla ante señalamientos en mañanera

AMLO evita a toda costa hablar mal de Jaime Bonilla ante señalamientos en mañanera
AMLO evita a toda costa hablar mal de Jaime Bonilla ante señalamientos en mañanera

Las monótonas expresiones y frases pronunciadas desde los micrófonos nacionales, han sido, son y serán menos abrumadoras que la realidad que esconden. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ha ejercido desde hace cuatro años, un arte contrario al creado tiempo atrás por Mario Moreno, quien solía decir las cosas, sin decirlas; Obrador ha llevado tales prácticas a otro extremo: afirma cuando niega, y niega cuando afirma.
Esto es lo que ha quedado de su visita a la ciudad de Tijuana, que días atrás fue víctima de las provocaciones, actos de terror, de impunidad, de violencia y del fuego propiciado por el crimen organizado. ¿debo agregar a esta serie de hechos lamentables la anémica respuesta de su primera protectora: Montserrat Caballero?
Al presidente estos hechos lamentables, le parecen asunto de medios; propaganda del narcotráfico, producida por conservadores neoliberales, cuyos siniestros planes, son presentar un México incendiado frente al mundo, para desmeritar su administración.

Curiosamente uno de los propagandistas que han levantado la voz con más fuerza, ha sido el "nuevamente" senador, Jaime Bonilla. Durante su visita a Baja California, se tomó el tiempo, con fuero en mano, de referir que la situación actual del estado era producto de pactos de altos funcionarios con el narco, los cuales han salido mal y han provocado estos desenlaces lamentables. En palabras del senador: es el resultado de un Estado Fallido.

Sobre esto, Obrador ha dicho que el senador es libre de expresarse como quiera, después refirió que Bonilla es un personaje al cual estima mucho, porque ha estado con el movimiento de la 4T cuando apenas comenzaba a dar sus primeros pasos. Obrador afirma que los comentarios de Bonilla son un ejercicio de la libertad de expresión que existe en el país. Libertad que no existe en muchos otros países, generalmente en los capitalistas. Pero lo que el presidente ignora es que, las opiniones de Bonilla, no son un ejercicio de la libertad de expresión, sino todo lo contrario.
Bonilla se ha atrevido a hacer declaraciones fuertes, porque se sabe a salvo de sus palabras. Sabe que cuenta con la protección del Fuero, que anti-constitucionalmente le fue devuelto, y hace uso de la impunidad que goza. No tiene miedo de decir lo que sea, porque sabe que nada, absolutamente nada, va a provocar consecuencias negativas contra su persona. De lo contrario ¿por qué no se pronunció cuando no tenía asegurado su lugar en el senado? si su interés es representar a los bajacalifornianos ¿por qué no habló antes? los comentarios de Bonilla son un ejercicio no de la libertad de expresión, sino de los privilegios que produce la lealtad al movimiento Obradorista.
El presidente ha dicho en un primer momento que apoya incondicionalmente a la Gobernadora Marina del Pilar, a la que reconoce como legítima y única gobernadora del estado; siempre y cuando esa defensa no consista en comprometer a otro funcionario de Morena, pero más que de morena, Obradorista.
Dentro del mismo impetuoso discurso de unificación partidista, menciona que todo es en beneficio del pueblo, porque Morena y sus integrantes aman al pueblo. Un amor bastante contradictorio, que ha puesto como representante de Baja California en el senado, a su propio violentador.
Las frases constantes del presidente siempre nos dicen una cosa, pero las acciones hacen otra, y el hacer es mayor que el decir. Pero más grande todavía, es la realidad de las cosas que suceden, la cual se desborda de la administración presidencial.

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