AMLO, el experto provocador, le da a Trump una cucharada de su propia medicina

EFE/ Sáshenka Gutiérrez
EFE/ Sáshenka Gutiérrez

Uno de los principios de la política es no caer en la provocación y eso es lo que hace el presidente Andrés Manuel López Obrador, experto provocador, al responder a Donald Trump, experto provocador, que no va a responder a sus comentarios sobre México y se lo dice preguntando al “pueblo sabio” si debe responder a Donald Trump, y actuar con prudencia.

El “pueblo sabio” le recomienda no responder y ser prudente levantando la mano y con ello el presidente de México le dice a Donald Trump que no va a caer en la provocación y le manda el mensaje de que no va a hacer el juego a su estrategia electoral.

El presidente Donald Trump, una vez superado el tema de su presunta responsabilidad en la injerencia de los rusos en su anterior campaña hace casi tres años, retomó su campaña para obtener posiciones para el Partido Republicano en las elecciones intermedias en los Estados Unidos que lo pondría en ruta para su reelección en dos años.

Donald Trump busca permanecer en el poder y lo hace siguiendo su estrategia probada de atacar a México responsabilizándolo por las corrientes migratorias que se originan en Centroamérica y se dirigen a la frontera para intentar ingresar a Estados Unidos. En esta ocasión y con el poder en las manos, el presidente Trump amenaza con cerrar tramos estratégicos de su frontera sur y acusa a
México de no hacer nada para detener las caravanas de migrantes que se dirigen a su país.

La medida de Donald Trump de cerrar la frontera entre Estados Unidos y México, de 3200 kilómetros, afectaría la economía de ambas naciones impactaría de manera severa a las ciudades y comunidades fronterizas desde San Diego hasta el sur de Texas, en los Estados Unidos caerían las ventas, por ejemplo, de supermercados que venden productos mexicanos, fabricas armadoras de ese país tendrían problemas para acceder a las partes importadas y otros negocios en ese país que integran cadenas productivas con importantes eslabones en México.

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Según la Cámara de Comercio de Estados Unidos el intercambio entre ambos países involucra operaciones diarias por cerca de 1,700 millones de dólares, por lo que el cierre de la frontera con México sería “una absoluta debacle económica” que amenazaría cinco millones de empleos estadounidenses. (AP, 30 de marzo de 2019)

La posición de Donald Trump implicaría, según algunos, que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se pronunciara enérgicamente en contra de esa determinación que podría afectar a México, pero se niega a responder a los comentarios provocadores de Trump.

En materia de relaciones exteriores López Obrador ha dicho en diferentes ocasiones que “la mejor política exterior es la política interna” y consecuente con su planteamiento ha instruido a la secretaria de Gobernación para no detener las caravanas y, a los migrantes que lo soliciten, otorgarles visas de trabajo para que permanezcan hasta un año en México.

A través de la secretaria de Relaciones Exteriores, el gobierno de López Obrador ha manifestado que redoblará esfuerzos para contener la migración que se origina en las condiciones de pobreza y violencia de los tres países centroamericanos Guatemala, Honduras y El Salvador a los que ha manifestado el proyecto de inversión de Canadá, Estados Unidos y México para crear desarrollo y empleo en la región, para frenar la migración.

El canciller mexicano Marcelo Ebrard considera que Donald Trump no esta pidiendo un alto absoluto al flujo de migrantes. “Lo que sí se puede hacer es un mejor trabajo de registro y regulación migratoria. Están pidiendo que apliquemos lo que dijimos que haríamos”. (Reuters, 31 de marzo de 2019)

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El problema migratorio desde el enfoque de Donald Trump se resuelve construyendo un Muro en la frontera con México, cuyos recursos le han sido negados por legisladores de su país. La solución no es compartida por López Obrador quien plantea ir al origen y las causas que motivan el fenómeno.

Parece que el tema se mantendrá vigente mientras para Donald Trump sea una herramienta útil para mantenerse en el poder. Su campaña está en marcha y no existe ninguna razón para que abandone la estrategia nacionalista y racial que le permitió llegar a la Casa Blanca y que podría mantenerlo ahí hasta completar ocho años.

Es posible que la cena del yerno del presidente Trump, Jared Kushner, con López Obrador haya sido para decirle que esta tormenta vendría y que no se alarmara, una especie de cortesía al estilo Donald. Para que el Peje se mantenga sereno. Aunque ya lo estaba.