Alerta máxima en Florida: por qué el huracán Milton fue tan feroz

Los escombros a lo largo de Commonwealth Drive obstruyen la ruta después de que el huracán Milton tocara tierra cerca de Siesta Key
Los escombros a lo largo de Commonwealth Drive obstruyen la ruta después de que el huracán Milton tocara tierra cerca de Siesta Key - Créditos: @Chris Urso

WASHINGTON.- La temporada de huracanes en Estados Unidos parece haberse desatado de golpe al mismo tiempo: en menos de dos semanas, sobre el Golfo de México se formaron dos inmensos y feroces centros ciclónicos.

Primero, el enorme huracán Helene llevó lluvias torrenciales y mortales hasta cientos de kilómetros tierra adentro de donde inicialmente tocó tierra. Y ahora, el huracán Milton atravesó con furia el estado Florida: en menos de un día, dejó de ser una tormenta tropical para convertirse en un huracán de categoría 5, lo que también lo sitúa como el quinto más intenso jamás registrado. La tormenta finalmente tocó tierra con categoría 3 y salió de Florida el jueves por la mañana con categoría 1, pero dejó a su paso destrucción, inundaciones y tornados, además de más de 3 millones de hogares sin luz.

Para que llegue a materializarse un huracán deben confluir una larga lista de factores, pero los científicos coinciden en que hay un ingrediente en particular que en los últimos años está llevando estas tormentas a nuevos límites: el calor de los océanos. Las aguas del Golfo de México ya empezaron a batir sus récords máximos históricos de temperatura durante el reciente verano boreal, pero en las últimas semanas han recibido una sacudida de calor adicional que los científicos describen como “ola de calor marina” que fue el combustible extra para las actuales tormentas.

“En realidad, hay algunas partes del Golfo de México que estuvieron en diferente grado de ola de calor durante todo el verano”, dice Brian Dzwonkowski, oceanógrafo de la Universidad del Sur de Alabama. “En el Golfo de México suele hacer mucho calor y la temperatura llega a grandes profundidades”.

Según las investigaciones, uno de los factores más importantes a la hora de pronosticar el comportamiento de los huracanes son estos episodios anormalmente calurosos, ya que aumentan la evaporación del agua oceánica y hace que las tormentas crezcan más rápido, sean más fuertes y provoquen muchas precipitaciones, como ocurre con Helene y Milton.

¿Qué es una ola de calor marina?

La fuerza de una tormenta depende en gran medida de las condiciones atmosféricas en la superficie y de la temperatura de la superficie del océano. El aire seco, por ejemplo, puede debilitar una tormenta, y un océano muy caldeado puede fogonear una tormenta, al aumentar la velocidad del viento y las precipitaciones.

Si bien para que se forme un huracán alcanza con que el agua del mar esté caliente, las olas de calor marinas son un empujón extra. Se trata de períodos de temperaturas oceánicas anormalmente altas, que a veces duran días, semanas, meses o años. Según la definición más común, se habla de una ola de calor marina cuando durante al menos cinco días la temperatura superficial del océano es más cálida que el 90% del tiempo.

En términos prácticos, las actuales olas de calor del agua simplemente enfatizan “que cuando un ciclón tropical atraviesa determinada zona, hay otra condición de clima extremo que debemos incorporar a la ecuación”, apunta Dzwonkowski.

En las últimas semanas, a las ya caldeadas aguas del mar en el Golfo se le sumó una ola de calor marina, al menos hasta ayer clasificada como “moderada a fuerte” (categoría 2 de 5) por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, pero cualquier cifra de calor extremo en este caso es relevante. Las causas exactas de las olas de calor marinas siguen siendo motivo de estudio, pero pueden deberse a un aumento del calentamiento solar o a cambios en las corrientes de los océanos.

Turistas salen de Universal Orlando Resort a medida que se acerca el impacto del huracán Milton, en Orlando, Florida. (AP/John Raoux)
Turistas salen de Universal Orlando Resort a medida que se acerca el impacto del huracán Milton, en Orlando, Florida. (AP/John Raoux) - Créditos: @John Raoux

Su frecuencia e intensidad también viene aumentando debido al cambio climático provocado por el hombre: en las últimas cuatro décadas, se duplicaron.

“Las olas de calor marinas son como los monstruos del futuro”, advierte Soheil Radfar, investigador de peligros costeros de la Universidad de Alabama en Tuscaloosa. “Y tenemos que prepararnos para ese monstruo que va a sobrecargar y potenciar los ciclones tropicales hasta convertirlos en huracanes”.

“Corriente en bucle”

Aunque la ola de calor marina es generalizada, el calor no es igual en todas las partes del Golfo de México. Algunas zonas son más cálidas y profundas que otras, incluida la que los científicos llaman “la corriente en bucle” o “corriente circular”.

Esa corriente forma parte de un giro más grande en el Atlántico Norte y trae agua cálida del Caribe, más allá de la península de Yucatán hacia el Golfo de México. Circula a aproximadamente un kilómetro de profundidad, creando un depósito de agua cálida que los huracanes pueden aprovechar.

Esta es una de las mayores fuentes de calor en el Golfo de México.

“La corriente en bucle suele ser el agua más cálida del Golfo”, apunta Nan Walker, oceanógrafa de la Universidad Estatal de Luisiana. “Básicamente, es una cantidad ilimitada de calor que puede alimentar a cualquier huracán que pase por encima”.

En esta imagen satelital cortesía del Sentinel Hub de la Agencia Espacial Europea tomada el 7 de octubre de 2024, se puede ver el ojo estenopeico del huracán Milton sobre el Golfo de México
En esta imagen satelital cortesía del Sentinel Hub de la Agencia Espacial Europea tomada el 7 de octubre de 2024, se puede ver el ojo estenopeico del huracán Milton sobre el Golfo de México - Créditos: @HANDOUT

Todo huracán que pasa por la corriente en bucle suele intensificarse, a menos que haya condiciones atmosféricas predominantes que impidan que eso suceda, señala Walker. De hecho, “es la temperatura debajo de la superficie la que realmente intensifica los ciclones hasta convertirlos en huracanes de gran intensidad”, dice Séverine Fournier, científica oceánica del Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA.

¿Y por qué es importante la temperatura del agua profunda? Porque los huracanes remueven el agua desde abajo. Por lo general, el agua profunda es más fría, lleva temperaturas más frías a la superficie, y el huracán se aplaca. Pero cuando a mayor profundidad el agua está más caliente, al ser llevada a la superficie se convierte en combustible extra para el huracán.

Christian Burke se encuentra en la puerta de su casa, donde él, su madre y su tía planean capear el huracán Milton en el tercer piso con vista a la Bahía de Tampa, en Gulfport, Florida
Christian Burke se encuentra en la puerta de su casa, donde él, su madre y su tía planean capear el huracán Milton en el tercer piso con vista a la Bahía de Tampa, en Gulfport, Florida - Créditos: @Rebecca Blackwell

Esa parece pasar con Helene y Milton. Helene, que se movía rápidamente, pasó por encima de la corriente en bucle y se intensificó, pero el agua que llevó a la superficie estaba caliente, pero no tanto. “El problema es que en la superficie esa agua simplemente se calienta todavía más”, apunta Fournier, que observó un fenómeno similar durante el huracán Michael.

Los científicos no esperaban que Milton se intensificara tan vertiginosamente, sobre todo porque todavía si siquiera pasó por encima de la corriente en bucle. “Es sorprendente que Milton haya pasado de categoría 1 a categoría 5. Ni siquiera pasó por encima de la corriente en bucle. Eso algo nunca visto, nunca”, recalca Walker, que investiga el fenómeno desde hace tres décadas. “Ahora parece que la parte superior del océano del Golfo está muy caliente”. Y la travesía de Milton recién empieza: también tiene que pasar la corriente en bucle en su camino hacia Florida.

En teoría, la corriente circular podría intensificar a Milton, pero se espera que las condiciones atmosféricas, como una mayor impacto del viento, contrarresten su crecimiento. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos pronostica que antes de tocar tierra en la región de la bahía de Tampa la tormenta se debilitará, aunque un golpe de categoría 4 o 3 igual podría ser catastrófico, dependiendo de cuándo y dónde toque tierra.

“Los huracanes no solo responden a la cantidad de calor del océano”, señala Fournier. “Para que ocurran, deben cumplirse muchos requisitos, especialmente también en la atmósfera”.

Kasha Patel, Harry Stevens y Niko Kommenda

Traducción de Jaime Arrambide